CÓRDOBA. El gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, se transformó este fin de semana (03/6) en el factor de discordia dentro de Juntos por el Cambio. Con toda un ala de la oposición, encabezada por Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales, apoyando el ingreso del peronista a la alianza, el ‘Gringo’ se calzó el traje de protagonista en lo que ya era una aventura nacional.
ANTES NO
Juan Schiaretti borró fronteras y Bullrich se acordó tarde
Hace meses, Juan Schiaretti trabaja en el "frente de frentes". Sin embargo, Patricia Bullrich parece no haberlo visto venir, ¿o sí?
05 de junio de 2023 - 09:40
Se debate el ingreso de Schiaretti a Juntos por el Cambio.
Desde hace meses, el comandante del PJ en Córdoba viene trabajando para potenciar sus posibilidades. Su precandidatura a la presidencia es un fiel resultado de ese trabajo que lleva activo, al menos, un año y meses desde las legislativas en 2021.
Como uno de los pocos estadistas que quedan en pie, Juan Schiaretti vio con claridad el escenario. Sobre el cierre de su carrera política, la imposibilidad de reelección en Córdoba lo empujó a ir más allá, no solo por sus aspiraciones personales, sino también para asegurar la continuidad de su proceso que quedó en manos de Martín Llaryora.
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Eso, sumado a que una carrera solista tiene pocos frutos según encuestas (mide apenas 3% a nivel nacional), llevó a Schiaretti a intensificar todas sus relaciones cultivadas en sus años como gobernador de Córdoba. Y ahora parece estar cosechando.
Su planteo del “frente de frentes” llegó en el momento justo. En la previa a las PASO y con una oposición todavía deforme, el cordobés se presentó a sí mismo como el “pegamento” capaz de cerrar la grieta.
No obstante, su discurso nunca apuntó a la inclusividad total. Las fronteras fueron cambiadas, dejando fuera los extremos como el macrismo y el kirchnerismo.
En esa bolsa de puntas cortadas cayó Patricia Bullrich, quien estalló en las últimas horas al reconocer en Schiaretti una amenaza a sus aspiraciones personales.
¿No la vio?
A pesar de que el silencioso trabajo de Juan Schiaretti lleva meses, la ex ministra de Seguridad de la Nación activó la reacción tarde. Bajo la excusa de defender “a su gente” en Córdoba, la ex funcionaria se puso en posición defensiva para ahogar el posible incendio de sus deseos.
Cabe recordar que en Córdoba, Juntos por el Cambio es oposición. O al menos lo era hasta hace algunas semanas, cuando se activó un traspaso masivo de dirigentes que terminaron en el oficialismo disconformes con el armado provincial que cayó en manos de Luis Juez.
En ese orden, algo que podría revelar la conveniente “desatención” de Bullrich es la estrategia de campaña cordobesa. Allí, su “gente” decidió no cargar contra Schiaretti a nivel comunicacional.
Si bien las críticas se dirigieron a ciertos puntos de la gestión, el gobernador fue un punto a no tocar por parte de Luis Juez y Rodrigo De Loredo, el candidato a intendente de Córdoba capital. “Voy a honrar el legado de Schiaretti como no lo va a hacer Llaryora”, se animó a decir el senador incluso posicionado como opositor y reviviendo recuerdos de un pasado que lo encontró como uno de los primeros en apoyar a José Manuel de la Sota en la década de los 90’.
Al momento de esas declaraciones, las aspiraciones presidenciales de Bullrich no estaban bajo amenaza. Y tampoco lo estaban cuando Mauricio Macri se reunió personalmente con Martín Llaryora en su despacho de Vicente López, generando la ira de los socios cordobeses que ya estaban haciendo campaña.
Mucho menos aún cuando en 2022 una buena parte de los legisladores del PRO en Córdoba apoyaron la llegada de las apuestas en línea. Un proyecto diagramado enteramente por el schiarettismo y aplaudido por el macrismo.
A pesar de que Schiaretti aceleró el borrado de las fronteras en las últimas semanas, es inevitable preguntar si la ex ministra de Seguridad no vio venir el potencial desembarco del cordobés a la interna. Una interna que ya supo influenciar a nivel provincial y que ahora parece hacer convulsionar a nivel nacional.
Las charlas entre Schiaretti y Juntos por el Cambio han sido una constante. Pero nunca, como ahora, una causa de urticaria política para Patricia Bullrich.
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