CÓRDOBA. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, todavía se encuentra analizando la derrota legislativa que sufrió el Gobierno nacional durante la última sesión en Diputados. Con un quórum ajustado y facilitado por congresistas de Martín Llaryora y Juan Schiaretti, la oposición logró poner en agenda el escándalo $LIBRA y formar una comisión investigadora.
DIPUTADOS
Guillermo Francos quedó desorientado con maniobra de Llaryora y Schiaretti
Guillermo Francos acusó recibo de la participación de diputados de Martín Llaryora y Juan Schiaretti para el debate sobre $LIBRA. Dieron quórum.
En ese sentido, diputados del bloque cordobesista fueron claves para destrabar el debate. De hecho, las cuatro bancas ocupadas habilitaron el tratamiento del tema, que intentó ser postergado por el sector oficialista de La Libertad Avanza en conjunto con el PRO y parte del radicalismo.
Al respecto, Francos aseguró haber sido sorprendido por la movida de los legisladores cordobeses que responden directamente al gobernador Llaryora y a su antecesor Schiaretti. Se trató de un fuerte cambio de política parlamentaria ya que la cúpula del oficialismo cordobés había acompañado, hasta ahora, la mayor parte de las necesidades oficialistas en el Congreso.
Sin embargo, aclaró que “cada uno es libre de votar lo que quiere” luego de resaltar la relación fluida que se cultivó entre el Gobierno provincial y la Casa Rosada durante el último tiempo.
Prueba o daño colateral de Llaryora y Schiaretti
Aún más llamativo fue el accionar de los legisladores cordobesistas una vez instalado el debate. A pesar de haber dado quórum, el bloque que se integró a Encuentro Federal no acompañó la medida para crear la comisión investigadora que terminó naciendo más tarde.
En cambio, los diputados cordobeses sí acompañaron la interpelación de funcionarios del Gobierno nacional, demandando su asistencia al Congreso. Algo que fue apoyado por una amplia mayoría y terminó expandiendo la lista de funcionarios que deberán asistir junto al propio Francos.
La lectura sobre la maniobra cordobesista se desprendió así en dos posibilidades. La primera, una prueba de poder de fuego realizada por el oficialismo provincial que hace semanas viene aumentando el nivel de críticas a la Casa Rosada, aunque sin pasar a un tono que pueda romper la relación institucional cultivada; mientras que la segunda responde a un daño colateral de la propia sesión legislativa.
De cualquier manera, el accionar del PJ cordobés instaló una nueva etapa de la relación entre Córdoba y Nación. Algo que, casualidad o no, se produjo durante el declive de la imagen del Gobierno y de la mano de su peor “cisne negro”.
Qué dicen en Córdoba
Según consignó el medio local La Voz, funcionarios provinciales explicaron que el movimiento de los peronistas Ignacio García Aresca, Carlos Gutiérrez, Alejandra Torres, Natalia De la Sota y el democristiano Juan Brügge, respondió a una necesidad legislativa. En la agenda estaban incluidos dos proyectos de interés para la provincia como el referido al mantenimiento de las rutas nacionales por parte de Vialidad y el proyecto previsional de la diputada Torres.
Mientras tanto, Schiaretti y Llaryora continúan moviendo piezas en el tablero para la construcción de una opción electoral sólida a nivel provincial, y comenzar a diagramar un tejido político que comprenda la protección de los intereses provinciales de la Región Centro.
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