CÓRDOBA. Parte de la comunidad religiosa de Córdoba comenzó a coincidir en un reclamo reciente en contra de la política de manejo del juego y las apuestas por parte del Gobierno provincial. Tras la reciente apertura de la licitación para el circuito de casinos físicos, un nuevo culto se sumó a los cuestionamientos.
AZAR
Córdoba: Aumenta la presión religiosa para cortar con las apuestas
Un nuevo culto se sumó al reclamo por la política de juego encarada por el Gobierno provincial. Tanto virtual como físico.
Se trata del sector evangélico, una religión que tiene gran penetración en los sectores más carenciados de la provincia y que, en los últimos años, ganó peso en la consideración política del oficialismo. Desde allí, se hizo expresa la disconformidad por la explotación y los proyectos del rubro del azar.
En ese sentido, el Consejo Pastoral Evangélico de Córdoba, que nuclea a gran parte de los múltiples templos que tienen asiento en la provincia, emitió un duro comunicado apuntando contra la reciente licitación para la renovación del circuito del azar. La maniobra fue calificada como “apresurada” por parte de los evangélicos.
“Habiendo tomado conocimiento de la repentina decisión del Gobierno de Córdoba de llamar apuradamente a licitación para la concesión privada de la mayoría de los casinos de la provincia, la creación de uno nuevo en Cruz del Eje y la autorización para la instalación de 5000 nuevas máquinas tragamonedas, no podemos permanecer en silencio ante las consecuencias humanas negativas que eso acarreará a nuestro pueblo”, reza el comunicado.
Córdoba religiosa, en contra del juego
Dentro del descargo, los evangélicos apuntaron contra una “conquista de voluntades” con un gran negocio por detrás como motor, señalando el incentivo que los ingresos por azar implica para las arcas públicas. “Bajo el manto de un inexistente y aparente progreso, el Gobierno provincial ahora dará la concesión del juego a empresarios que administrarán casinos y tragamonedas”, expresó el Consejo.
Los reclamos evangélicos se sumaron, además, a los que ya presentó en numerosas ocasiones la Iglesia Católica. En ese sentido, altas autoridades eclesiásticas hicieron saber la disconformidad con el manejo de la política de juego, en especial con la aparición de las apuestas online con mayor capacidad de penetración en el mercado.
“Nos preocupamos especialmente por la instalación del Casino de Cruz del Eje, una de las poblaciones más castigadas por la desocupación y la pobreza de nuestra provincia. Es la gente especialmente más humilde a la que le generarán un quebranto económico, emocional y familiar”, continuaron en el descargo. Inclusive se incluyó un reclamo político concreto contra Martín Llaryora, quien en campaña durante 2023 aglutinó a la comunidad evangélica dentro de su armado político.
“Señor gobernador, es necesario retroceder sobre la puesta en marcha de estas licitaciones. Esta decisión es dañina para nuestro pueblo. Esto ni siquiera formó parte de su plataforma electoral ni anuncios de campaña. Verdaderamente nos toma por sorpresa a todos los cordobeses”, concluyeron.
Córdoba evangélica
En la última década, la provincia experimentó una caída en la cantidad de adeptos religiosos sobre el universo total de cultos. En ese orden, un trabajo del 2023 de la consultora cordobesa Delfos dio cuenta de un incremento de casi el 7% entre los agnósticos o no creyentes.
A pesar de esa tendencia, el culto evangelista es el segundo más profesado entre los cordobeses, con especial penetración entre los estratos más bajos de la sociedad. Además, los templos evangélicos consiguieron congregar a una base joven de creyentes, en contramano de lo que sucede a la Iglesia Católica, que sufre un franco descenso de practicantes.
En Córdoba, y para el año 2018, el culto evangélico contaba con 650 templos. Una cifra que posiblemente sea mayor en la actualidad, en especial en la zona del Gran Córdoba, que rodea a la capital provincial y concentra a la mayor proporción de barriadas de clase media baja y baja.
En ese orden, y al igual que en otras provincias, el peso político de la religión evangelista ha calado profundamente. Con una adherencia mayor, los pastores son auténticos líderes comunitarios capaces de influir con potencia a sus parroquianos.