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PANORAMA

Alberto Lennon, los 2 polos de CFK y el trabajador pobre

La guerra y la paz contra la inflación de Alberto Fernández. Empoderamiento y victimización de la Vice. Caras de la crisis social. Rumores. 

La guerra y la paz

Hubo desazón de la militancia kirchnerista por el súbito downgrade en el que entró el discurso de Alberto Fernández en relación a la inflación. Lo que había empezado como una declaración de "guerra" contra la suba de precios luego mutó a un pronunciamiento de tintes bíblicos, con "diablos" a los que había que exorcizarlos de su voracidad remarcadora (aunque Roberto Feletti reconoció que "milagros" él no hace), para terminar en una cita al John Lennon pacifista, invitando a los actores a una "terapia de grupo" en la cual encontrar soluciones mediante el diálogo constructivo. En las bases kirchneristas -que diseminan su catarsis en las redes- creen que se trató de una nueva defección del Presidente, que peleó poco y se rindió fácil en una "guerra" que él mismo propuso.

Campamento de pobres

La crisis social ocupó buena parte de la atención de la última semana. El INdEC informó que el 37,3% de la población argentina se encontraba bajo la línea de pobreza al finalizar 2021. Se trata de una mejora del indicador en relación a la primera mitad de ese año, pero que sigue en niveles de deterioro superiores a los de 2019, es decir, a la prepandemia. En la Argentina hay unos 17 millones de pobres. Además, las previsiones privadas indican que el primer semestre de 2022 mostrará un avance de la descomposición social producto de la escalada inflacionaria. Según estimó la consultora Eco Go, el alza de precios de marzo estará "más cercana al 6%", con un piso de 60% para todo 2022.

Las remarcaciones ponen en jaque los acuerdos de salarios. En el Gobierno aún son optimistas. El ministro de Trabajo, el albertista Claudio Moroni, dijo que el promedio de los ingresos del sector privado “no está perdiendo contra la inflación”. Le contestó el ministro del Interior, el camporista Eduardo 'Wado' de Pedro, que actuó como vocero de un segmento de la sociedad "preocupada" que reclama políticas para que sus salarios no se desangren en las góndolas. Cómo "garantizar que los salarios le ganen a la inflación", admitió el ministro, es otro de los temas por los que pulsean las facciones todistas. Un bono de $6 mil pesos para jubilados que ganen el haber mínimo (con posibilidad de extenderse a trabajadores activos) es una medida en ese sentido.

Postales de la crisis

Otra postal de la crisis social fue el acampe durante 2 días que movimientos piqueteros mantuvieron frente al ministerio de Desarrollo Social, que maneja el albertista Juan Zabaleta. Reclaman la ampliación de beneficiarios del 'Plan Potenciar Trabajo' y la actualización del monto (hoy en $16 mil). El Gobierno negó que se extienda el beneficio. El corset al gasto que incluye el acuerdo con el FMI impide cualquier movimiento de ese estilo. La manifestación, por otro lado, creó -o profundizó- una grieta entre los dirigentes sociales que integran el Frente de Todos. Mientras que Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita y secretario de la Economía Popular, denunciaba una intencionalidad política por parte de partidos de izquierda, Juan Grabois visitaba las carpas que inundaron un tramo de la avenida 9 de Julio para brindar su respaldo.

Un último elemento que se puede citar en relación al panorama social es la incorporación a la discusión de un nuevo fenómeno que es el del "trabajador pobre", y que describe la pauperización de los asalariados, en fuerte contraste con la reducción del desempleo, dado a conocer días tras. Hay tantos empleados como en 2015, pero su situación es más dramática.

De acuerdo a un trabajo del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA (ODSA), a fines de 2021 el 28,2% de la población ocupada mayor de 18 años se mantenía en condiciones de pobreza. La teoría se hizo carne con el testimonio de Sergio, una empleado de comercio con un ingreso mensual de $80 mil (2 salarios mínimos), quien aseguró que su salario se escurre entre "comida y servicios" a pesar de contar con la ventaja de no pagar un alquiler. Sergio también le contestó al ministro Moroni. "El ministro de Trabajo dice que llego a fin de mes y eso es mentira, el no vive con mi sueldo. Para mi no es justo lo que estoy cobrando, con paritarias que están 10 puntos debajo de la inflación", dijo, en una entrevista en El Destape Radio, una las usinas de comunicación del Frente de Todos. El medio es el mensaje, diría McLuhan.

La interna

Aunque haya sido menos estridente en los últimos días, la interna en el oficialismo continúa. Que Alberto Fernández y Cristina Kirchner hayan conmemorado por separado una fecha tan cara a los sentimientos de los argentinos, nada menos que el 40° aniversario del inicio de la Guerra de Malvinas, coincide con la versión que trascendió esta semana sobre la presunta negativa de la Vicepresidente de volver a compartir actos con el Presidente. A pesar del slogan oficial, Malvinas no unió a las facciones en pugna.

Fernández, por su parte, se debatió entre solidaridades exageradas (motivados por la cartelería agraviante contra CFK que apareció en algunas esquinas porteñas) y revalidaciones de su propia autoridad que podrían leerse como desafíos a la Vice. En la reunión del Consejo Económico y Social, minimizó la "experiencia" de sus antecesores porque no tuvieron como él que enfrentar una pandemia. Un "qué me vas a venir a explicar vos a mi" en el que, por extensión, también quedó involucrada Cristina.

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Los afiches que Alberto Fernández repudió. Foto: NA.   

Los afiches que Alberto Fernández repudió. Foto: NA.

En el acto por Malvinas que encabezó en el Congreso, en tanto, la Vice tampoco se privó de chicanas. Dijo que le había enviado al Presidente el libro 'Diario de una temporada en el quinto piso' (sobre la experiencia económica del gobierno de Raúl Alfonsín), de regalo de cumpleaños, que se celebra este mismo 02/04.

“Hoy se lo mandé de regalo al Presidente, para que después la vocera (Gabriela Cerruti) no diga que no le regalo nada, viste. Ya veo que el lunes (dice) ‘miren si será mala la vicepresidenta que ni siquiera le da un regalito en su cumpleaños’. Así que le mandé el libro”, dijo CFK, irónica.

Sin embargo, CFK también tendió la mano cuando aseguró que a pesar de los "matices que podemos tener, se hace necesario e imperioso que podamos discutir políticas de Estado". Se refirió de todo el espectro, pero habría tenido especial impacto hacia dentro del oficialismo.

2 polos

La Vice también se movió entre 2 polos. Por un lado, se mostró activa en la reunión con el embajador estadounidense, Marc Stanley, a quien puso en órbita sobre el proyecto de blanqueo de activos en el exterior, presuntamente producto de la "fuga de capitales", que impulsa el kirchnerismo para "pagarle al Fondo" y que se convirtió en un espacio de concordia entre la distintas tribus del oficialismo (contrariamente a la nueva discordia que generó en Juntos por el Cambio el proyecto de "dolarización" de la economía que surgió de sus propias filas). CFK dijo en un tuit que le pidió a Stanley la colaboración estadounidense para instrumentar la eventual ley. Lo que se buscaría es que USA habilite la reciprocidad del programa Foreign Account Tax Compliance (FATCA), mediante el cual ese país recibe información de empresas norteamericanas que tributan en la Argentina. La información que necesita USA va desde la Argentina, pero no ocurre lo contrario. Los esfuerzos de la Vice irían en el sentido de desbloquear esa herramienta sin la cual el blanqueo no tendría demasiada efectividad.

https://twitter.com/CFKArgentina/status/1508560716457938949

El otro polo que tuvo a CFK como eje fue el de un operativo de victimización de la Vice, centrándola como blanco de una serie de ataques. Una saga que habría empezado con las pedradas que recibió su despacho durante una manifestación contra el acuerdo con el FMI y que siguió con la pegatina de carteles en calles porteñas en la que se la señala como responsable de la muerte de 35 mil personas, supuesto resultado de una alianza con el autócrata ruso Vladimir Putin para la provisión de vacunas contra el Covid-19; y, finalmente, con la vandalización de una estatua de su figura en Río Gallegos (Santa Cruz). En el kirchnerismo entrelazaron los hechos para relatarlos como parte de un entramado destinado socavar a la Vicepresidente, hasta el límite de sopesar en la misma balanza el lanzamiento de objetos contundentes que podrían causar serios daños físicos con el despliegue de cartelería que supondría no más que la comisión de una contravención o de delitos menores (que es lo que investiga la justicia porteña).

Cosas que se dicen

El consultor y encuestador Raúl Timerman, con acceso a muchos referentes de la escena política, anticipó en declaraciones televisivas que el próximo 1° de Mayo la CGT, intendentes y movimientos sociales alineados con Alberto Fernández protagonizarán una movilización que convertirá la conmemoración del Día del Trabajo en una manifestación de apoyo al Presidente. Sería una suerte de contramarcha a la que el 24 de Marzo impulsó La Cámpora, con Máximo Kirchner a la cabeza, que más que una recordación del último golpe fue tanto una proclama contra el Gobierno como una exaltación del hijo de la Vicepresidente, quien habita los fondos de los sondeos de opinión pública.

La movilización del 1° de Mayo sería, entonces, un intento de demostración de fuerza albertista que compita con aquella que, además de dirigentes camporistas, sumó a la plana mayor de los intendentes del conurbano bonaerense, más proclives a pactar con CFK, por ser dueña del mayor caudal de votos en el distrito decisivo, si bien los encuestadores empiezan a notar lo menguante de ese poder de fuego.

La retracción del caudal electoral del Frente de Todos no sería sólo un fenómeno en marcha sino que también sería visto como irreversible hacia el interior de la coalición de gobierno. La posición que CFK deja trascender es que las elecciones de 2023 "están perdidas". En el gabinete albertista también hay un derrotismo, pese a falta más de un año para el cierre de listas, tiempo en el que cualquier elemento que cambie el escenario podría ocurrir. Ejemplo de ese pesimismo es lo que transmitió un intendente en uso de licencia que ocupa una cartera y que ya comenzó a comunicar a sus colaboradores que, en vistas del oscuro horizonte, inicia el plan de regreso a su distrito.

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