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OSCURO PERÍODO

Japón condena su siniestro pasado: Indemnización a víctimas de esterilización forzada

El Tribunal Supremo de Japón declaró inconstitucional la ley de esterilización forzada y el gobierno deberá pagar daños y perjuicios a decenas de damnificados.

Este miércoles (03/07) es un día histórico para Japón. El Tribunal Supremo declaró inconstitucional la ley de esterilización forzada, aunque ya en desuso, bajo la cual entre 1948 y 1996 más de 16.000 personas fueron privadas sin su consentimiento de una descendencia en aras del “interés público” con el fin de prevenir la transmisión hereditaria de una enfermedad y protección de la pureza genética.

El fallo del de la corte suprema marca una importante victoria para los 39 demandantes y miles de otras personas con enfermedades crónicas y trastornos genéticos y mentales que se sometieron a procedimientos sin su consentimiento.

Según medios japoneses, unas 25.000 personas fueron esterilizadas conforme a la ley, incluidas 16.500 que no dieron su consentimiento al procedimiento. Los pacientes más jóvenes conocidos tenían apenas nueve o diez años. Alrededor del 70% de los casos eran mujeres o niñas.

El camino ha sido largo y doloroso. Durante años el gobierno japonés se negó a asumir su responsabilidad mientras las víctimas vivían sus días con graves secuelas físicas y emocionales lamentando su destino robado por su propio país.

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16.500 personas no dieron su consentimiento al procedimiento.

16.500 personas no dieron su consentimiento al procedimiento.

El Tribunal ordenó también que el gobierno pague daños y perjuicios a decenas de damnificados. Japón se vio obligado a afrontar su oscuro pasado de eugenesia en 2018, cuando una mujer de unos 60 años demandó al gobierno por un procedimiento al que se había sometido a los 15 años debido a una discapacidad intelectual, lo que provocó una avalancha de demandas similares.

En 2019 se aprobara una ley que estipulaba un pago único de ¥3,2 millones (aproximadamente £15.750 hoy) para cada víctima. Pero los damnificados dijeron que no era suficiente y que no correspondía a la gravedad de su sufrimiento: el arrebato de su futuro.

En los años 1980 y 1990 se llevaron a cabo un pequeño número de esterilizaciones forzadas antes de que se aboliera la ley en 1996.

Un pasado escalofriante

De esta manera, Japón enfrenta su siniestro pasado. Más allá de todo el dinero del mundo que destine a las víctimas, el daño es irreversible. El fallo judicial es más simbólico que otra cosa. Sirve como una lección de ese oscuro capítulo de la historia para que el estado nunca más invada los cuerpos y viole los derechos más personales de los ciudadanos.

Un documento gubernamental de 1953 decía que se podían utilizar restricciones físicas, anestesia e incluso “engaños” para facilitar las operaciones. De ahí que se explica el supuesto consentimiento de 8.500 víctimas que accedieron a que se les manipulara y cortara sus órganos sexuales.

A algunos pacientes se les informaba que iban a ser sometidos a procedimientos de rutina, como una operación de apéndice, cuando en realidad iban a ser esterilizados.

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De esta manera, Japón enfrenta su siniestro pasado de violaciones de los derechos humanos.

De esta manera, Japón enfrenta su siniestro pasado de violaciones de los derechos humanos.

Una ligera evocación del pasado revela ciertos datos y detalles escalofriantes de aquel período funesto en Japón. Se estima que alrededor de 60.000 mujeres les fueron practicados abortos para evitar enfermedades hereditarias.

En realidad la ley eugenésica buscaba esterilizar a las personas que sufrían de deficiencias intelectuales hereditarias para evitar engendrar una “descendencia de mala calidad”. Pero en la práctica las autoridades se excedieron deliberadamente en medio del temor de la superpoblación y “deterioro” de la descendencia. Un pavor infundado dada la actual crisis de natalidad en todo el mundo.

La ley incluía una lista de enfermedades que entonces se consideraban hereditarias: la esquizofrenia, la psicosis maníaco depresiva, “un deseo sexual marcadamente anormal”, una “marcada inclinación al crimen”, el albinismo, la distrofia muscular, la epilepsia, la sordera, la hemofilia, la acromatopsia, la “rotura de mano” y la “rotura de pie”, e incluso trastorna de la conducta.

Incluso a algunas víctimas femeninas no solo se les privó su capacidad reproductiva sino también su menstruación a través de la extirpación del útero para hacer más fácil el cuidado de estas personas en los centros de salud.

Según The Guardian, una de las víctimas, Saburo Kita, fue persuadido para que se sometiera a una vasectomía cuando tenía 14 años y vivía en un centro para niños con problemas de conducta. “He pasado 66 años agonizantes por culpa de una cirugía del gobierno”

Para Junko lizuka, oculta detrás de una mascarilla para no ser reconocida públicamente, confesó a la prensa: "La cirugía eugenésica me privó de todos mis modestos sueños de tener un matrimonio feliz e hijos".

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