En noviembre la Marina danesa interceptó y detuvo al buque granelero de China Yi Peng 3, sospechoso de haber destruido los cables submarinos de telecomunicaciones entre Finlandia-Alemania y Suecia-Lituania (Mar Báltico), un evento que prueba, según autoridades nórdicas, la vigencia de una guerra híbrida.
La detención se llevó a cabo en aguas territoriales danesas, en el estrecho danés a la salida del Gran Belt, y fue realizada por la patrullera P525. Posteriormente, el buque HDMS Soeloeven, especializado en trabajos submarinos, se unió a la operación para inspeccionar posibles daños en el lecho marino.
Un mes después, aún no está comprobada la participación del Yi Peng 3 en el atentado por los obstáculos que impone Pekín en la investigación. Este lunes (23/12) el ministro de Asuntos Exteriores de Suecia dijo que el gigante asiático ha rechazado una solicitud para que los fiscales realicen una investigación sobre aquel barco chino.
Si bien la policía sueca abordó el Yi Peng 3 como observadora en relación con la investigación china , el gigante asiático “ no ha atendido nuestra petición de que el fiscal realice una investigación a bordo”, criticó la ministra sueca de Asuntos Exteriores, Maria Malmer Stenergard.
China, por su parte, ha afirmado que proporciona información y documentos e invitó a Alemania, Finlandia, Suecia y Finlandia a participar en una investigación conjunta.
China quiere liderar la investigación como lo hizo con varias relacionadas el Covid en la que demostró limitaciones y restricciones como la persecución a científicos críticos del régimen por su tardía respuesta. Aún no se sabe 100% la causa de la pandemia que cambió el mundo entero. En esa línea, no sorprende la desconfianza de los países nórdicos.
La ministra sueca de Asuntos Exteriores, Maria Malmer Stenergard, declaró a la Agence France-Presse: “La policía sueca ha estado a bordo [del Yi Peng 3] como observadora en relación con la investigación china… Al mismo tiempo, observo que China no ha atendido nuestra petición de que el fiscal realice una investigación a bordo”.
El barco en la mira europea que había estado anclado en las aguas internacionales del estrecho de Kattegat entre Suecia y Dinamarca, navegó hacia el norte saliendo del estrecho el sábado (21/12), según el sitio de seguimiento de barcos Vesselfinde. Pekín justificó su partida “para garantizar el bienestar físico y mental de la tripulación”.
"La compañía propietaria del buque, después de una evaluación exhaustiva y de consultas con las partes pertinentes, decidió reanudar las operaciones China ha notificado con antelación a todos los países pertinentes y está dispuesta a mantener la comunicación y la cooperación con los países implicados para avanzar en el seguimiento del incidente”, dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Guerra híbrida
Según MarineTraffic, el Yi Peng 3, que había zarpado del puerto ruso de Ust-Luga hacia Port Said en Egipto, pasó cerca de los cables submarinos sueco-lituano y finlandés-alemán en el momento en que estos fueron cortados. Sin embargo, en el tramo alrededor de la rotura del cable, Yi Peng 3 había apagado su señal AIS, por lo que no fue posible rastrear su ruta exacta.
El primero fue saboteado el domingo por la mañana alrededor de las 10:00 a.m. hora local, según un portavoz de la empresa de telecomunicaciones Telia Lituania a CNN.
La rotura del otro cable submarino C-Lion1 tendido en el fondo del mar Báltico el 12 de octubre de 2015, que conecta la capital finlandesa, Helsinki, con la ciudad germana de Rostock a través del mar Báltico, ha desatado la alarma en Alemania y Finlandia, después de haberse confirmado que se trató de un acto de sabotaje y descartado una falla técnica.
Si bien el sabotaje no tuvo un impacto masivo en los países afectados, ya que se usan varios cables para el flujo de datos por no depender de un único enlace, las reparaciones tomaron varios días.
Estos cables no solo son fundamentales para las telecomunicaciones, sino que también desempeñan un papel clave en el transporte de energía eléctrica entre países. La interrupción de su funcionamiento puede tener consecuencias para la economía y la seguridad de las naciones afectadas.
Los funcionarios europeos han dicho que sospechan que se ha producido un sabotaje relacionado con la invasión rusa de Ucrania. Y los relacionaron con la guerra híbrida. Hace 2 meses en diálogo con CNN funcionarios norteamericanos afirmaron que Rusia era más propensa a ejecutar posibles operaciones de sabotaje en estas piezas críticas de infraestructura.
En una investigación conjunta de las emisoras públicas de Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia informaron en abril de 2023 que Rusia tenía una flota de barcos espías sospechosos operando en aguas nórdicas como parte de un programa de posible sabotaje de cables submarinos y parques eólicos en la región.
La tensión entre Occidente y Rusia alcanzó niveles altísimos por la guerra de Ucrania y la expansión de la OTAN con ingreso de Suecia y Finlandia. Ambos países históricamente neutrales, han cambiado drásticamente su postura de defensa al alinearse con la OTAN, un movimiento que Rusia leyó como amenaza directa a su soberanía. Manuales de sobrevivencia han sido actualizados y distribuidos por varios países nórdicos. En Suecia, Finlandia y Noruega se están repartiendo en “caso de guerra o crisis” en un claro acto de reforzar la resistencia civil ante la amenaza rusa.
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