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HISTORIAS ARGENTINAS

A Manuel Belgrano le robaron hasta los dientes

La presión de los medios de comunicación logró preservar el cuerpo exhumado de Manuel Belgrano, al que le habían robado algunos dientes.

Lo que pareciera haber sido una escena de una comedia negra italiano, existió y fue uno de los mayores escándalos de principio del siglo 20, que involucró a 2 ministros y a uno de los héroes patrios: Manuel Belgrano.

Bueno, mejor dicho, a sus dientes.

La historia de cómo 2 ministros de la Nación terminaron robando, literalmente, una parte del creador de la bandera y devolviéndolo por la presión de artículos periodísticos.

Al respecto, cuenta la crónica: El 04/09/1902, en Ciudad de Buenos Aires, durante la ceremonia de exhumación de los restos mortales del general Manuel Belgrano;

  • el ministro de Guerra, Pablo Riccheri; y
  • el ministro del Interior, Joaquín V. González, robaron varios dientes.

Ambos fueron obligados a devolverlos a causa de la presión de los periódicos porteños.

La historia

La primera parte de la historia es conocida: Manuel Joaquín Corazón de Jesús Belgrano nació el 03/06/1770 y murió el 20/06/1820, a los 50 años, sin poderle pagar a su médico aunque, honesto hasta la muerte, le dejó un reloj de oro obsequio del rey Jorge III, de Inglaterra..., por los servicios prestados.

Belgrano fue enterrado en el atrio del Convento de Santo Domingo con una lápida de mármol de de su casa familiar y en una ceremonia de la que sólo participaron su familia y pocos allegados.

Los destratos al cofundador de las Provincias Unidas y creador de la bandera nacional comenzaron antes de muerto. Ya muy enfermo había solicitado al Gobierno la liquidación de sueldos adeudados, dinero que nunca le llegó y que posiblemente hubiese mejorado su calidad de vida en su lecho de muerte o al menos poder pagarle a su médico Joseph Redhead.

Cuando falleció apenas un diario, 'El Despertador Teofilantrópico Místico Político', que era propiedad del cura Francisco de Paula Castañeda publicó el obituario y, tal como cuenta el historiador Adrian Pignatelli, debió pasar más de 1 año -el 29/07/1821- para que se le realizara un funeral cívico que incluyó una misa y homenaje con discursos.

Los años y gobiernos pasaron hasta que en el 2do. mandato de Julio Argentino Roca se decidió la construcción de un monumento donde se depositarían sus restos, obra a cargo del italiano Ettore Ximenes y para ello era necesario desenterrar los huesos del prócer o lo que quedaba de él.

El hecho

Durante la segunda presidencia de Julio A. Roca, se dispuso exhumar los restos del prócer para colocarlos en el monumento que el escultor italiano Ettore Ximénez construiría al frente del templo ubicado en la actual esquina de avenida Belgrano y Defensa, en la capital nacional.

Para ello, el Presidente formó una comisión encargada de custodiar los restos del creador de la bandera, conformada por

  • Joaquín V. González (ministro del Interior),
  • Pablo Riccheri (ministro de Guerra),
  • Marcial V. Quiroga (inspector de sanidad del Ejército),
  • Julián Massot (jefe de sanidad de la Armada) y
  • Carlos Malbrán (presidente del Departamento Nacional de Higiene).

En la excavación no se hallaron restos del ataúd, pero sí varios huesos que fueron colocados en una bandeja de plata custodiada por uno de los monjes del convento.

Bajo la atenta mirada de un escribano, un nieto y bisnieto del general Belgrano, se encontraron también algunos dientes que fueron inspeccionados en el lugar por los ministros Joaquín V. González y Pablo Riccheri.

Al terminar la tarea, los restos se guardaron en una urna de bronce colocada provisoriamente en el atrio mayor de la iglesia hasta que fuera finalizado el mausoleo.

Al día siguiente trascendió una noticia que no había sido mencionada por las autoridades presentes en la exhumación: ¡Los dientes de Belgrano habían desaparecido!

Este 'detalle' había sido alertado a la prensa por varios de los concurrentes al acto, quienes se percataron de algo que ni siquiera había sido apuntado por el escribano a cargo.

Los responsables de llevarse las piezas dentales del general Belgrano fueron los ministros Ricchieri y González.

El caso terminó en escándalo, ya que los ministros habían profanado los dientes del prócer, transgrediendo el riguroso ceremonial y sus normas concernientes a la exhumación.

'Cartas al director'

Varias personas escribieron cartas de opinión en los diarios, sosteniendo que estos restos “no son del gobierno, sino del pueblo entero de la República, y ningún funcionario, por más elevado o irresponsable que se crea, puede profanarlos”, y exigiendo a las autoridades nacionales “que devuelvan los dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la nación”.

Se criticó también el silencio de quienes presenciaron el robo, ya que deberían haber dado aviso inmediato al escribano para que exigiera la devolución inmediata de los dientes.

El diario La Prensa argumentó: “Vemos en esto un silencio criollo, una tolerancia indisculpable, que tiene su razón de ser en actos semejantes con que han tratado de acostumbrarnos nuestros funcionarios”.

Caras y Caretas

Según el relato del cronista de 'Caras y Caretas', los funcionarios no se quitaron el sombrero, cosa que para la época era una señal de respeto, y para mayor disgusto vio cómo los ministros González y Riccheri tomaron, cada uno, un diente del prócer.

El episodio fue parodiado en el N° 206 de la mencionada revista: "González y Riccheri se llevaron pequeños despojos del héroe", además se publicó una caricatura con el título "Los ministros odontólogos" donde se puede leer a Belgrano decir: "¡Hasta los dientes me llevan! ¿No tendrán bastante con los propios para comer del presupuesto?".

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Varias personas escribieron cartas de opinión en los diarios, sosteniendo que estos restos “no son del gobierno, sino del pueblo entero de la República, y ningún funcionario, por más elevado o irresponsable que se crea, puede profanarlos”.

Varias personas escribieron cartas de opinión en los diarios, sosteniendo que estos restos “no son del gobierno, sino del pueblo entero de la República, y ningún funcionario, por más elevado o irresponsable que se crea, puede profanarlos”.

Las excusas

Al quedar al descubierto su accionar, el ministro Joaquín V. González (quien 3 años después se haría conocido al nacionalizar la Universidad de La Plata), tuvo que devolver el diente que había tomado.

Lo hizo a través del prior del convento, argumentando que se lo había llevado para mostrárselo a unos amigos.

En cuanto al ministro Riccheri, hizo lo mismo que González, diciendo que le había mostrado el diente al general Bartolomé Mitre, evaluando la conveniencia de engarzarlo en oro.

Resuelto el misterioso robo de los dientes de Belgrano, se los colocó en la urna con los demás restos del general, que serían guardados en el mausoleo inaugurado al año siguiente.

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