Los mercados chinos volvieron a ser el centro de atención con caídas que golpearon fuerte a los inversores. Las acciones tecnológicas encabezaron un nuevo derrumbe este viernes (22/11), en medio de preocupaciones por los balances decepcionantes, el lento estímulo fiscal del gobierno de China y las tensiones geopolíticas que encendieron alarmas tras el avance de Donald Trump en la escena internacional.
TENSIÓN GEOPOLÍTICA
Se profundiza la sangría de las acciones chinas (Trump no ayuda)
Las acciones de China encabezaron un nuevo derrumbe en medio de preocupaciones por los balances, el lento estímulo fiscal y las tensiones geopolíticas con Trump
El índice CSI 300, que agrupa a las empresas más grandes de China continental, retrocedió un 3,1%, marcando su peor jornada desde octubre.
En tanto, el Hang Seng China Enterprises, que sigue a las principales compañías chinas en Hong Kong, cayó un 2,1% y acumuló su segunda semana consecutiva de pérdidas. Las tecnológicas no quedaron al margen: el índice Hang Seng Tech profundizó su caída, consolidándose en territorio bajista con un desplome superior al 20% desde su pico reciente.
Desilusión en las tecnológicas
Los gigantes tecnológicos fueron los grandes protagonistas del derrumbe. Baidu, referente del sector, reportó una caída de ingresos que no se veía desde hace dos años, lo que llevó a sus acciones a desplomarse un 10% intradiario en Hong Kong. Por su parte, PDD Holdings, otro peso pesado del consumo online, advirtió sobre la presión competitiva en el mercado local, debilitando aún más la confianza de los inversores.
“Las expectativas de que los resultados corporativos trajeran alivio se desmoronaron por completo. Las empresas no lograron capitalizar la reactivación del consumo, que sigue en niveles anémicos”, señaló un operador de Hong Kong que pidió no ser identificado.
El fantasma de Trump y los temores políticos
En paralelo, las tensiones políticas entre Estados Unidos y China sumaron leña al fuego. La reciente prohibición del gobernador de Texas, Greg Abbott, que instó a las agencias estatales a desinvertir en activos chinos, generó incertidumbre sobre el posible impacto en los grandes fondos de inversión estadounidenses. A esto se suma el inminente regreso de Donald Trump, cuyo perfil anti-China podría reavivar los conflictos comerciales y sumar presión sobre las empresas asiáticas.
“La declaración de Texas y el avance de Trump generaron un combo letal para el mercado. En un contexto ya frágil, cualquier chispa basta para desatar el pánico”, afirmó Steven Leung, director ejecutivo de UOB Kay Hian Hong Kong.
¿Dónde está el estímulo?
Aunque algunos indicadores de octubre ofrecieron señales alentadoras, como el aumento en las ventas minoristas y una producción industrial estable, la falta de un estímulo fiscal contundente por parte de Pekín mantiene a los inversores con el freno de mano puesto.
“Las últimas medidas fueron insuficientes. Si bien hubo cierta mejora en los números, no alcanza para generar un cambio de expectativas. El gobierno tiene herramientas, pero parece reticente a usarlas en toda su capacidad”, advirtió Xin-Yao Ng, gerente de inversiones de abrdn Plc.
Además, los analistas señalan que parte de los buenos resultados de octubre estuvieron inflados por eventos puntuales como las promociones del Día de los Solteros y ajustes temporales en el sector inmobiliario, lo que pone en duda la sostenibilidad de la recuperación.
El golpe a las tecnológicas, un termómetro clave
El desplome del índice Hang Seng Tech, que cayó un 2,6% solo el viernes, refleja el mal momento de las empresas del sector. Las tecnológicas habían sido un motor clave en el repunte de los mercados a finales de septiembre, pero la falta de señales claras de recuperación y las dudas sobre el consumo interno las dejaron expuestas.
“Las tecnológicas no logran recuperarse del impacto de las restricciones regulatorias de los últimos años. A eso se suma un consumidor que no termina de reactivar su gasto, lo que pone a estas empresas contra las cuerdas”, explicó un analista de CLSA.
Un escenario desafiante para 2025
A medida que se acerca el nuevo año, las perspectivas para los mercados chinos siguen empañadas por la incertidumbre. Con el CSI 300 acumulando una caída del 9% y el Hang Seng retrocediendo un 17% desde octubre, los inversores enfrentan un panorama de alta volatilidad.
Los especialistas advierten que la combinación de factores internos –como el estímulo fiscal insuficiente y el consumo débil– con externos –como las tensiones geopolíticas y la fortaleza del dólar– podría mantener la presión sobre los mercados en los próximos meses.
“El gobierno chino está en una encrucijada. Si no toma medidas más agresivas para apuntalar la economía, corre el riesgo de enfrentar una fuga de capitales aún mayor. Pero si lo hace, tendrá que lidiar con las consecuencias inflacionarias y fiscales de ese estímulo”, analizó un economista con experiencia en la región.
Mientras tanto, el regreso de Trump promete seguir siendo un factor de volatilidad, sumando presión a una economía que, aunque estabilizada en algunos sectores, no termina de recuperar la confianza de los mercados globales. “La tormenta todavía no pasó, y 2025 se perfila como un año de grandes desafíos para China”, concluyó el experto.
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