La creciente incertidumbre geopolítica y financiera ha impulsado a los bancos centrales de todo el mundo a reforzar sus reservas con oro, reduciendo su dependencia del dólar y fortaleciendo su resiliencia ante futuras crisis. En los últimos tres años los bancos centrales acumularon el doble de oro que en la última década.
Compras récord de oro y nuevo protagonista global
En 2024, los bancos centrales adquirieron más de 1.045 toneladas de oro —equivalente a unos US$ 96.000 millones—, más del doble del promedio anual de la década previa. Este ritmo se mantiene en 2025: solo en mayo sumaron cerca de 20 toneladas, lideradas por Kazajistán, Turquía y Polonia.
Según el Consejo Mundial del Oro, 95% de los bancos centrales planean seguir comprando oro en los próximos doce meses, mientras el 73% de las instituciones prevé una caída de la presencia del dólar en sus reservas.
¿Por qué tanto oro?
Los motivos son múltiples:
- Cobertura ante la inflación y volatilidad: El oro es un refugio tradicional frente a la depreciación del poder adquisitivo y la incertidumbre económica.
- Diversificación de reservas: Para reducir exposición al dólar, muchos bancos venden bonos del Tesoro de EE.UU. y compran oro.
- Respuesta a sanciones y tensiones geopolíticas: El oro no puede ser congelado ni bloqueado como ocurre con activos en dólares, útil ante riesgos como sanciones a Rusia.
- Política simbólica: Las compras de oro también son “declaraciones políticas” frente a la hegemonía del dólar.
Efecto en los precios del oro
Este impulso de demanda oficial ha elevado el precio del oro más de 90% en cinco años, hasta tocar casi los US$3.500 por onza a principios de 2025. Analistas de diferentes instituciones creen que el metal podría llegar a los US$4.000 hacia finales de año .
Un mundo menos dolarizado, con más oro
La participación del dólar en reservas globales ha caído del 60% hace una década a cerca del 46% en la actualidad, mientras que el oro ha pasado del 10% al 20%, desplazando al Euro como segundo activo de reserva global. El euro también gana terreno sobre el dólar, y los bonos verdes y criptomonedas comienzan a entrar en la discusión.
En particular, los bancos de economías emergentes están liderando este cambio, aumentando sus reservas de oro como indicador de soberanía financiera futura, mientras Occidente se mantiene más conservador.
El lugar favorito para mantener las reservas en oro es el Banco de Inglaterra, donde el 64% de los encuestados mantienen los lingotes.
La acumulación masiva de oro por parte de los bancos centrales consolida su rol como reserva de valor estratégica en un mundo cada vez más incierto y fragmentado. Esta tendencia no solo refuerza su posición como segundo activo de reserva global tras el dólar, sino que también presiona al metal para mantenerse en carrera.
El reordenamiento de las reservas internacionales sugiere un nuevo equilibrio monetario global, donde el oro vuelve a adquirir un protagonismo histórico.