SANTA FE. La producción de la industria mostró en agosto una mejora del 1,3% interanual acumulando, en ocho meses, un descenso de 8,1% en relación al mismo período del año anterior. Estos datos se dan a partir de la baja base de comparación anual y la marcada expansión de la molienda de soja.
Los porcentajes surgen del Índice de Producción Industrial de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) que dio cuenta de que la actividad en 2024 estuvo por debajo de los registros de 2021/22. Incluso fue superior al de 2018/19.
La molienda de soja, al rescate
La Industria siderúrgica (-2,35 p.p.), productos lácteos (-1,06 p.p.), Maquinaria agropecuaria (-0,99 p.p.), productos de metal y servicios de trabajo de metales (-0,72 p.p.), y papel y productos de papel (-0,51 p.p.), fueron las actividades de mayor incidencia negativa en la variación interanual del índice de producción industrial de FISFE.
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En los últimos meses, tras el freno de la obra pública por parte del Gobierno, la menor demanda de productos siderúrgicos impactó negativamente sobre la producción sectorial en la provincia. El volumen producido en los primeros ocho meses de 2024 es el más bajo de los 16 últimos años, ubicándose incluso por debajo de los registros mínimos de 2009 y 2020.
Por su parte, tal lo mencionado, la molienda de soja fue la actividad de mayor contribución positiva (+13,11 p.p). Cabe remarcar que, descontando esta particular situación sectorial vinculada a la baja base de equiparación que representó el 2023 por efecto de la sequía, la producción industrial en la provincia hubiese registrado en agosto una caída de 8,9% interanual.
En la medición acumulada en ocho meses la molienda de soja superó las 24,2 millones de toneladas; es decir, 6,6 millones de toneladas por encima de 2023. Además, la elaboración de aceite de soja, que alcanzó a 4,8 millones de toneladas, mostró una mejora de 1,4 millones de toneladas frente al año anterior.
Desde la perspectiva sectorial, el desplome de la actividad industrial resultó generalizada: el 78% de las ramas fabriles analizadas en Santa Fe presentó, en agosto, un declive interanual de su producción. En relación a ello, la menor demanda de bienes fabriles compone la principal causa de la decadencia de la elaboración.
Las ramas de actividad de mayor contribución al producto industrial en la provincia presentaron el octavo mes del año los siguientes resultados en comparación a agosto de 2023: Molienda de oleaginosas (+64,8%), Productos metálicos para uso estructural (+10,6%), Prendas de vestir (+9,4%), Carne vacuna (+6,5%), Molienda de cereales (+2,9%), Fiambres y embutidos (+0,8%).
Asimismo, Muebles y colchones (-5,8%), Autopartes (-5,9%), Maquinaria de uso especial (-5,9%), Manufacturas de plástico (-13,2%), Edición e impresión (-14,2%), Productos de metal y servicios de trabajo metales (-16,3%), Productos lácteos (-16,7%), Papel y productos papel (-19,1%), Maquinaria agropecuaria (-19,3%), Maquinaria de uso general (-21,7%), Vehículos automotores (-22,4%), Carrocerías-Remolques (-22,8%), e Industria siderúrgica (-26,2%).
Golpe a los trabajadores
Desde comienzos del 2024 en Santa Fe el total de trabajadores asalariados registrados en el conjunto de actividades económicas del sector privado presenta una paulatina disminución. Por sexto mes, en julio, el empleo formal en la provincia se redujo un 2,1% interanual, lo que equivale a una reducción de 11.500 trabajadores respecto al mismo mes del año pasado.
De manera similar, el empleo industrial desprende derrumbes desde febrero, alcanzando en julio una baja de 3,9% interanual, semejante a 5.400 trabajadores asalariados menos en relación al mismo mes de 2023.
Exportaciones
Por otro lado, en el período enero-agosto, las exportaciones de manufacturas de origen agropecuario con base en Santa Fe presentaron una mejora de 43,4% en volumen y un aumento de 15,1% en valor.
La cadena de valor soja aportó gran parte de esa recuperación en términos de peso neto al acumular un incremento de 48,6% en harinas y de 44,2% en el caso de aceites. En ese sentido, medidas en volumen, la comercialización internacional de harinas y aceites creció 4,2 millones de tonelada.
Además, la ventas externas de carnes y productos lácteos se expandieron en cantidad un 9,0% y 9,8% respectivamente.
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