Es que según el acuerdo, el gas de Bolivia debía llegar a Argentina hasta diciembre de 2026, pero tras los recortes pactados en los últimos años, el lanzamiento de la Reversión del Gasoducto Norte permitirá achicar aún más los plazos.
Así lo afirmó el presidente de Energía Argentina S.A. (Enarsa), Agustín Gerez, quien detalló que "en el marco de las negociaciones, lo que estamos tratando de generar es el contexto para que YPFB cumpla con sus obligaciones de entrega de gas hasta junio del año que viene, que entendemos que es el espacio de tiempo que necesitamos para la ejecución de la obra" de reversión.
Y agregó que esas gestiones apunta a tener garantizado el suministro "los primeros 5 meses del año, con el compromiso nuestro de tener la reversión -para mayo del 2024- y algo de tiempo más por las dudas de que pueda aparecer algún imprevisto".
La finalización anticipada del contrato de importación entre Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y Enarsa no es una sorpresa. El año pasado, como parte de la sexta adenda del contrato se fijó el primer recorte en el plan que en 2006 fue firmado por los gobiernos de entonces de Evo Morales y Cristina Kirchner.
El plazo se achicó en ese momento un año, al 31 de diciembre del 2025. Y a principios de este año se volvió a acortar otro año más, como parte de la adenda vigente, la séptima que se negocia en este contrato
"El contrato con Bolivia finaliza el 31 de diciembre del año que viene, ese es el plazo máximo del contrato, el 31 de diciembre de 2024", recordó Gerez.
Pero "las partes ya están entendiendo que, realizada la obra de la reversión del Gasoducto Norte, la disponibilidad por parte del gas boliviano de Argentina no va a ser necesaria porque Argentina ya puede cubrir esos volúmenes enviando gas desde Vaca Muerta".
Cabe recordar que el contrato de importación desde Bolivia siempre fue polémico, con negociaciones tirantes, denuncias de incumplimientos de envío y de faltas de pago, y en los últimos años se sumaron complicaciones por la caída de la producción de Bolivia y la consiguiente prioridad que le dieron al contrato con Brasil, por sobre el local.
"Desde Enarsa somos los titulares del contrato de importación de gas de Bolivia por lo que tenemos un conocimiento bastante acabado de cómo viene la producción de gas de Bolivia", contó Gerez:
Esa situación no solo marcó la premura con la que deberá realizarse la reversión del Gasoducto Norte, para permitir reemplazar el gas que no llegará de Bolivia con producción de Vaca Muerta, sino que además traza los límites de la negociación que se encara para el último semestre del contrato. Puntualmente, desde Enarsa se busca que YPFB entregue en forma firme un piso de entre 4 y 6 millones de metros cúbicos por día, que permitan garantizar la demanda de las provincias del norte.
Actualmente, una parte considerable de esas centrales ya se encuentran fuera de funcionamiento, al menos en este invierno. Pero a medida que baje la entrega de Bolivia o si la misma se vuelve interrumpible como plantean desde el gobierno de Luis Arce, el riesgo ya no es solo que estas centrales térmicas dejen de funcionar, sino que incluso puedan afectar a todo el sistema eléctrico del país, ya que en conjunto superan el 10% de la potencia instalada de Argentina.
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