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COBRAN ENTRE UN 22% Y 27% MENOS QUE LOS HOMBRES

Mujeres en puestos clave: Los cambios que aún quedan por hacer

Las mujeres en empresas aumentan, pero el techo de cristal persiste. ¿Qué medidas son necesarias para garantizar igualdad de oportunidades?

Las mujeres han logrado abrirse paso con una voz cada vez más fuerte en el ámbito laboral, particularmente en empresas y organizaciones donde históricamente su presencia en roles de liderazgo era limitada. Sin embargo, alcanzar la plena igualdad continúa siendo un desafío. Una de las barreras más persistentes en este camino es el techo de cristal: una serie de normas no escritas que dificultan el acceso de las mujeres a los puestos de alta dirección. Esta estructura invisible refleja desigualdades que aún caracterizan al ámbito profesional, donde muchas mujeres deben demostrar constantemente su valor en un entorno que, en ocasiones, todavía las relega a posiciones subordinadas.

En los últimos años, algunas empresas han comenzado a tomar conciencia e implementan medidas para equilibrar las oportunidades. Sin embargo, el cambio avanza con lentitud, como muestran las cifras: de acuerdo al Observatorio Argentinos por la Educación (2024), las mujeres cobran entre un 22% y un 27% menos que los hombres, pese a que completan la educación secundaria y universitaria en mayor proporción. A nivel político, un informe de la CEPAL indica que solo el 28,9% de los cargos ministeriales en América Latina y el Caribe están ocupados por mujeres, y en los parlamentos nacionales la cifra apenas alcanza el 28%.

Estas cifras evidencian una brecha que va más allá de lo económico y que también limita el desarrollo organizacional. De hecho, un estudio del Instituto Peterson de Economía Internacional muestra que las empresas con más mujeres en puestos de liderazgo son un 50% más rentables.

Qué factores frenan el liderazgo de las mujeres en las empresas

Las causas son complejas y múltiples. Por un lado, se mantienen los mandatos culturales y sociales que imponen roles tradicionales a las mujeres, afectando sus aspiraciones profesionales. Muchas enfrentan la presión de cumplir con expectativas ajenas, las cuales a menudo se contraponen a sus deseos personales. Esta tensión entre “el deber ser” y lo que realmente se desea crea un obstáculo interno que se suma a las barreras externas del entorno laboral.

En respuesta a estos desafíos, el Coaching Ontológico ha surgido como una herramienta para acompañar a mujeres que buscan abrirse camino en el liderazgo, y hay un trabajo muy interesante de Yamila Martorell, Master Coach y vicepresidente de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP).

Ella explica:

"Este enfoque no solo fortalece sus habilidades, sino que promueve un cambio organizacional más amplio. Con una cultura de inclusión y respeto, las mujeres líderes que adoptan este enfoque desarrollan un estilo de liderazgo que prioriza la empatía, la colaboración y la comunicación efectiva, elementos esenciales en el paradigma actual."

Para eliminar el “techo de cristal”, las organizaciones necesitan implementar una serie de medidas que promuevan la igualdad de oportunidades. En primer lugar, es fundamental incluir a más mujeres en los órganos de decisión, lo que implica revisar profundamente la cultura organizacional y sus prácticas internas. La tendencia actual en liderazgo subraya la importancia de un estilo colaborativo, centrado en la empatía y la inteligencia emocional, características que el liderazgo femenino aporta y que pueden transformar las dinámicas laborales.

Como menciona KPMG en su estudio, “Este año en los directorios hay un poco menos del 15% de mujeres y en los directorios suplentes llegan al 16%, comparado con el mundo desarrollado, que está en un 30% o 40%”.

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A su vez, se requiere un compromiso sostenido por parte de los gobiernos para facilitar el acceso igualitario de las mujeres y que las políticas públicas aborden no solo la discriminación en el ámbito laboral, sino también en el social y cultural. Es fundamental promover una educación basada en valores de igualdad y diversidad desde la infancia, para erradicar los estereotipos de género que limitan las oportunidades de mujeres y de otros grupos.

El liderazgo femenino también fomenta la innovación y mejora el desempeño de los equipos. Las mujeres líderes suelen adoptar un enfoque colaborativo, motivando a sus equipos a salir de la zona de confort y adaptarse a nuevas tendencias. Diversos estudios demuestran que las empresas con mayor diversidad de género en sus equipos directivos logran beneficios financieros superiores.

Aunque el “techo de cristal” afecta principalmente a las mujeres, también representa un obstáculo para otras minorías. Superarlo no es solo un asunto individual, sino un esfuerzo colectivo que requiere una transformación cultural dentro de las organizaciones. Cada individuo puede contribuir a este cambio desde su lugar, promoviendo la equidad y reconociendo que la igualdad beneficia a todos.

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