Primeras ideas: esto fue lo que buscó Fernando Gago en su primer partido en Boca

Fernando Gago

No fue el comienzo esperado para Fernando Gago en Boca Juniors. Sin lugar a dudas. El Xeneize cayó 3 a 0 ante Tigre en Victoria y dejó una pálida imagen. De las peores del año. Sin embargo, algunos pasajes del encuentro permitieron vislumbrar lo que quiere el entrenador de su equipo.

El análisis del funcionamiento en vistas a lo que Fernando Gago planea para construir para su Boca, queda demasiado opacado y carece de sentido en un partido tan malo. Tigre, un equipo que desde que llegó Sebastián Domínguez como DT ha mejorado sustancialmente y es un elenco reconocible, le planteó una estrategia inteligente y que anuló todos los circuitos del Xeneize.

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Los mejores minutos de Boca estuvieron al inicio del 1T y al inicio del 2T. En esos dos tramos, que duraron unos 20 o 25 minutos cada uno, dejaron ver lo más reconocible de la idea de Fernando Gago, que seguramente con el correr de las semanas irá puliendo la propuesta a partir de los entrenamientos.

El bajo nivel del equipo mostrado ante Tigre fue producto de una flojísima performance de los jugadores; pensar en apuntarle a Fernando Gago sería un error, ya que se hizo cargo del plantel hace apenas algunos días. Lo que sí quedó claro es que será responsabilidad suya trabajar también desde lo actitudinal y lo emocional con el grupo.

4-3-3, el sistema preferido de Fernando Gago

No hubo sorpresas. Fernando Gago paró un 4-3-3 bien definido, como se especulaba se haría a partir de ese Juego de Posición que le gusta y que ya ha implementado en Racing o Chivas.

De mitad de cancha para adelante, un volante central bien definido, Miramón, y dos volantes internos a los costados, Zenón y Medina. Arriba, tres delanteros. Edinson Cavani como 9 más posicional, con Aguirre y Merentiel como extremos.

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En el inicio 2T y frente al 4-4-2 que plantó Tigre en defensa, Fernando Gago corrigió y armó una línea de 3 en el fondo, con Miramón como stopper sobre izquierda, permitiendo mayor peso ofensivo a Lautaro Blanco y también a Luis Advíncula, que por momentos tuvieron roles de carrileros. Fue un buen movimiento porque Boca ocupó mejor el ancho del mediocampo. Además, entre Merentiel y Aguirre se turnaban para hacer descensos como internos, aprovechando los espacios a las espaldas de los mediocampistas de Tigre.

Fue lo "menos convencional" que se pudo ver de la idea del DT. Luego, volvió a armar un 4-3-3 más definido, pero frente al 5-4-1 del Matador nunca encontró el hueco.

Los extremos, la referencia en el ataque

Fernando Gago se lo había dejado en claro a Miguel Merentiel en la semana: él no juega con doble 9. Así las cosas, puso a la Bestia de extremo por izquierda, mientras que por el sector derecha jugó el joven Brian Aguirre. Para el entrenador son dos posiciones innegociables y fundamental en el ataque del equipo.

De hecho, ambos futbolistas fueron las referencias en fase ofensiva. Mucho más que Cavani, incluso. La idea era buscar siempre a alguno de estos dos jugadores antes que al 9, intentando explotar el ataque por las bandas, con los laterales y los internos sumándose a la gestación de la jugada.

Verticalidad en ofensiva

Con ese protagonismo en los extremos, pudo verse en algunas situaciones a un Boca que iniciaba por un costado y rápidamente buscaba girar al sector opuesto para encontrar a alguno de los extremos (también internos) libres.

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Hubo una jugada clara, al comienzo del partido, en que Merentiel quiso cambiar de frente para poner a Aguirre a correr al espacio y en velocidad, y lo hizo casi de memoria. La pelota se fue al lateral y el pase no fue preciso, pero fue una pauta clara de lo que había indicado el DT: verticalidad en el ataque.

Presión alta

Lo dijo el propio Gago en su presentación como entrenador de Boca: "Intensidad y presión de querer tener siempre la pelota". Con ese principio salió el Xeneize a jugar en Victoria, y lo llevó a cabo puntualmente en las salidas del fondo de Tigre. Con un equipo visiblemente adelantado y 6 jugadores en campo rival, se apostaba cerca del arquero del local con el objetivo de robar lo más rápido posible.