ACTUALIDAD avenida del medio > centro > La Libertad Avanza

HACIA LAS ELECCIONES 2025

¿Qué pasa con la 'ancha avenida del medio'?: La ausencia del centro político

Los encuestadores afirman que no hay electores para la 'ancha avenida del medio'. Sin embargo el centro político es clave para equilibrar el sistema.

Los estudiosos de la opinión pública insisten en que los ciudadanos prefieren la polarización binaria antes que la 'ancha avenida del medio', o sea un espacio moderado, el centro político. Sin embargo, el diseño 2025 de La Libertad Avanza parece apuntar a una fragmentación casi inédita en distritos muy importantes: Provincia de Buenos Aires y Ciudad de Buenos Aires. Si esto fuese correcto, sería totalmente distinto a lo que espera el PRO, en su deseo de consumar la fusión, más que alianza, con LLA. En tanto, Urgente24 cree que el problema de la 3ra. Vía deviene de dificultades de credibilidad de quienes intentan representar el espacio. Por ejemplo, ni Horacio Rodríguez Larreta ni Sergio Massa ni Miguel Pichetto parecen hoy opciones populares válidas para el electorado, por diferentes motivos. En la Argentina, las personas más que las ideas definen las preferencias. Pero, si bien la sociedad argentina tiene comportamientos pendulares, en general resulta conservadora y, por lo tanto, temerosa de los jacobinos. ¿Estamos ante un cambio copernicano? Entre tantas cavilaciones, muy interesante la columna del periodista y politólogo Horacio Enrique Poggi:

Schiaretti
Juan Schiaretti: Para muchos, el referente más interesante que tiene hoy día la Avenida del Medio.

Juan Schiaretti: Para muchos, el referente más interesante que tiene hoy día la Avenida del Medio.

Reconocer, en términos generales, que el centro político en la Argentina tiene “mala prensa” es una condición primordial para cualquier abordaje teórico. Partidos minoritarios, de raigambre liberal, aprovecharon el nombre para designar sus agrupaciones. El fracaso de sus liderazgos ha asociado el concepto al personalismo de figuras polémicas. El caso de Álvaro Alsogaray, fundador de la Unión del Centro Democrático (Ucedé) –hoy en modo testimonial-, proyecta su sombra sobre experiencias actuales, sin redituarle prestigio alguno. Aunque resulte esquemático, digamos que, para el imaginario colectivo, la Ucedé fue una fuerza conservadora de derecha, por su apoyo a la represión antisubversiva de los años '70. A pesar de haberse mimetizado con la reforma económica del menemismo, de centro, solo ostentaba la denominación.

Asimismo, el centro, por aquella y otras cuestiones, carga con una pesada mochila –falsa, por cierto- que connota debilidad, tibieza, oportunismo. El político de centro es ridiculizado por la antipolítica y la antidemocracia, que enarbolan relatos épicos para enmascarar liderazgos mesiánicos y, una vez en el poder, adoptan el patrimonialismo y la corrupción administrativa como fórmula de gobierno. El caso venezolano es un claro ejemplo.

El centro político representa el equilibrio en la institucionalidad, superando la polarización de los extremos clásicos, sean del liberalismo autoritario, el populismo autocrático o el socialismo marxista. Aunque los extremos corran por andariveles paralelos, coinciden en atacar al sistema democrático. Concurren a elecciones y son antidemocráticos. Variantes trotskistas ocupan escaños en las legislaturas, alentando la desaparición del sistema que les da representación. Un verdadero dislate permisivo. La extrema izquierda impulsa la abolición del capitalismo, protegido por el ordenamiento jurídico argentino. Mientras que cualquier extrema derecha, por su parte, repudiará la “partidocracia”, ignorando el artículo 38 de la Constitución Nacional.

facundo-manes-2022jpg.webp
Facundo Manes, otro dirigente que intenta convertirse en referente del centro político. 

Facundo Manes, otro dirigente que intenta convertirse en referente del centro político.

La búsqueda

La irrupción libertaria genera la oportunidad de reabrir el debate acerca del centro político, un camino en constante recorrido que, por necesario, no deja de ser un desafío frente al deterioro alarmante de las instituciones representativas.

La violencia verbal de la “redcracia” alcanza niveles de ferocidad inaudita, aupada en la simpatía presidencial. En los '80 parecía una perogrullada: “la democracia se perfecciona con más democracia”. Sin embargo, hoy se ha vuelto una imperiosa prioridad. De la mano de un ejecutivismo patibulario, reproducido por la patria locutora a su servicio, pretenden enterrar a la democracia por los defectos, errores, horrores y la mar en coche de gestiones precedentes.

Lo que se hizo mal no es argumento válido para destruir la institucionalidad, por más pruebas y desaguisados corruptos que se detecten. El Poder Judicial dirimirá el contencioso de acuerdo a derecho, pero la política, es decir, el arte del consenso y del encuentro entre los diferentes, es indispensable en todo sistema democrático. Lo que se hizo mal no es argumento válido para destruir la institucionalidad, por más pruebas y desaguisados corruptos que se detecten. El Poder Judicial dirimirá el contencioso de acuerdo a derecho, pero la política, es decir, el arte del consenso y del encuentro entre los diferentes, es indispensable en todo sistema democrático.

centro politico3.jpg
En El Definido, de Santiago de Chile, el dibujante Gojko Franulic ilustró así una nota que se tituló "¿Queremos que exista un centro político? ¿Cómo debe ser?".

En El Definido, de Santiago de Chile, el dibujante Gojko Franulic ilustró así una nota que se tituló "¿Queremos que exista un centro político? ¿Cómo debe ser?".

Por su carácter moderador, el centro salvaguarda los valores de la institucionalidad republicana. Representa el cambio racional y busca la amistad social por encima del conflicto permanente, construyendo liderazgos alternativos basados en el diálogo, el acuerdo y la transparencia. Tal como diría Hipólito Yrigoyen, su programa, sobre todas las cosas, es la Constitución.

La pregunta nace naturalmente: ¿el centro político es un partido, una doctrina, un estilo de gestión, un procedimiento dentro del sistema de partidos? Existen liderazgos centristas en todas las fuerzas democráticas, aunque en el poder dichas fuerzas no implementen políticas moderadas y vuelquen energías hacia alguno de los extremos.

Asimismo, el centro expresa una transversalidad que en gobiernos de coalición puede gestionar políticas moderadas. Por tanto, la tipología es amplia y, a veces, confusa, difusa y profusa. Recordemos que en las campañas electorales, cada consultor se desvive por hacer de su candidato un líder centrista, racional, moderado. El centro, entonces, no siempre está sintetizado por un partido, pero existen partidos y líderes centristas, más allá de las organizaciones en las que militan.

En cierta manera, las ideologías modernas han encontrado su centro. Del socialismo deriva la socialdemocracia; del socialcristianismo, la democracia cristiana. Existen multitud de partidos de centroderecha con ascendencia liberal, como el Partido Popular español y los partidos Nacional y Colorado en Uruguay. Mientras que la centroizquierda ha calado hondo en Chile con Gabriel Boric, en Colombia con Gustavo Petro, en Brasil con Luiz Inácio Lula da Silva; y cree que retornará al poder en la vecina orilla con el Frente Amplio.

La falta de un centro político deteriora las relaciones democráticas y condena al sistema a una tensión constante, donde la diatriba reemplaza al debate y la agresión a la concordia. La democracia nunca es un lecho de rosas, pero tampoco es el lecho de Procusto, al que la reducen los extremos con sus apetencias oligárquicas.

pullaro frigerio.webp
Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos): Gobernadores que no imaginan polarizaciones.

Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos): Gobernadores que no imaginan polarizaciones.

Proyecto de Nación

El panorama para la gobernabilidad democrática, ante la ausencia del centro político, convengamos que es desalentador y peligroso. Ningún extremismo favorece el desarrollo sostenible de las naciones. La Nación, precisamente, es un desafío social que se aborda en democracia, con inteligencia y partidos políticos actualizados. Por ahora, todo eso falta. Sin el pacto constitucional y democrático de 1994, la Nación Argentina languidece, se hunde en las ruinas de aventureros y oportunistas. Comprender esta premisa ayudará a limitar la escalada antipolítica y el imperio de la “redcracia”, con su virulencia ramplona, carente de rigurosidad conceptual y proclive a la falsificación histórica.

Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu -sí, un poco largo-, señalaba que todas las naciones propenden a su conservación, pero cada una tiene un objetivo particular. El objetivo particular para que sea efectivo y viable debería debatirse entre los partidos democráticos.

Nos referimos a la reiterada discusión del aún pendiente Proyecto de Nación, que nada tiene que ver con el Pacto de Mayo alentado por el régimen libertario. La experiencia enseña que ninguna fuerza es conveniente, para la legitimidad política, que imponga el objetivo nacional. La Constitución de 1949, con la inmensa transformación de su contenido social de avanzada, fue el resultado exclusivo del primer Peronismo y quedó teñida de parcialidad. Por eso, fue derogada por un decreto del dictador Pedro Eugenio Aramburu, quedando como un recuerdo y no como un hecho institucional perdurable.

---------------

Más contenido en Urgente24:

Lilia Lemoine contra Villarruel: "La peor vicepresidente de la historia"

Milei sacó cientos de inmuebles del Estado a la venta, y activó la polémica y la codicia

Esta miniserie de 6 capítulos está en Netflix y es una de las mejores

Fines de semana largos: Arde el sector turístico por el informe para eliminarlos

Riquelme vs Pablo Toviggino podría ser la disputa del año