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Síntomas de cáncer que no debes ignorar en la noche

Los síntomas de cáncer a menudo son difíciles de notar. He aquí algunos síntomas que aparecen en la noche y no deben ser ignorados.

Síntomas de cáncer

Hablar de síntomas de cáncer puede ser complicado. Hay muchos tipos de cáncer y cada uno se manifiesta de manera diferente. Aunado a esto, los síntomas de esta enfermedad afectan de diferente forma a cada persona.

Sin embargo, hay algunos síntomas comunes o más generales que podrían ayudar a levantar sospecha de cáncer. Si bien, es probable que estos síntomas sean causados por otras afecciones, es importante que si se agravan o perduran en el tiempo, se consulte al médico.

Entre los posibles síntomas de cáncer se encuentran algunos que se caracterizan por manifestarse en la noche. Esto incluye la nicturia, la sudoración nocturna y ciertos problemas de sueño.

Nicturia

Se conoce como nicturia a la micción nocturna frecuente. Esta afección es muy común a medida que las personas envejecen, y ocurre por diferentes razones. "Normalmente, debes de poder dormir de seis a ocho horas durante la noche sin tener que levantarte a ir al baño. La gente que tiene nicturia se despierta más de una vez durante la noche para orinar", reseña la Clínica Cleveland.

De acuerdo con expertos, la nicturia puede ser un síntoma de cáncer de vejiga, cáncer de próstata y cáncer de riñón.

Por ejemplo, "en el cáncer de próstata, un cambio en los hábitos urinarios suele ser más significativo que los propios hábitos. Si normalmente no se levantaba a orinar y lo hace ahora, debe hablar con su proveedor de atención médica", recomienda el sitio especializado Verywell Health.

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Sudoración nocturna

Otro posible síntoma de cáncer que se presenta en la noche son los sofocos y sudoración nocturna.

El Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos explica que, "el sofoco es la sensación repentina de calor en la cara, el cuello y el pecho que a veces se acompaña de sudoración y enrojecimiento en la cara. El sudor es la manera en que el cuerpo reduce la temperatura al provocar la pérdida de calor a través de la piel. Las oleadas de calor y los sudores que se presentan durante el sueño a menudo se llaman sofocos o sudores nocturnos".

En ese sentido, Cancer Research UK, la organización independiente de investigación del cáncer más grande del mundo, indica que uno de los síntomas de alerta de cáncer son los "sudores nocturnos muy intensos o fiebre".

Los sudores nocturnos, según expertos, pueden ser un signo de linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer en la sangre. Asimismo, los sofocos y los sudores nocturnos son frecuentes en pacientes que reciben tratamiento del cáncer.

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Ciertos problemas de sueño

Finalmente, el cáncer también puede estar relacionado con problemas para dormir. Aunque se sabe que estos trastornos tienen múltiples causas que no necesariamente tienen que ser graves.

En Cancer.net, el sitio web informativo para pacientes de la American Society of Clinical Oncology, indican que el cáncer y el tratamiento contra el cáncer pueden afectar el sueño.

"Los efectos secundarios del cáncer o del tratamiento que está recibiendo, su salud emocional y otras afecciones médicas no relacionadas con el cáncer pueden causar problemas para dormir. Es importante que informe a su equipo de atención de la salud si tiene algún problema para dormir o si presenta cambios en el sueño con el tiempo", aconsejan.

Uno de los problemas de sueño que se vincula con el cáncer es la hipersomnia. "Las personas con hipersomnia sienten mucho sueño durante el día o desean dormir más tiempo de lo normal a la noche", detallan.

Una de las causas de la hipersomnia puede ser un "tumor en el cerebro y en el sistema nervioso central, ya sea porque allí comenzó el tumor o porque el cáncer se diseminó hasta allí desde otra parte del cuerpo".

¿Cómo se manifiesta el cáncer?

Ahora bien, a continuación se mencionan otros signos y síntomas comunes que podrían ser debido al cáncer, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer:

  • Cansancio o un agotamiento extremo
  • Pérdida o subida en el peso sin razón aparente
  • Problemas de la alimentación como no tener hambre, problemas de deglución o para tragar alimento, dolor abdominal, náuseas y vómitos
  • Inflamación o protuberancias en cualquier parte del cuerpo
  • Endurecimiento o una masa en el seno o en cualquier parte del cuerpo
  • Dolor, especialmente el que surge de forma nueva y sin razón aparente, y que no desaparece, sino que incluso podría empeorar
  • Cambios de la piel tal como alguna protuberancia que presente algún sangrado
  • Tos o irritación de la garganta que no desaparece.
  • Sangrado inusual o amoratamiento sin razón aparente
  • Cambios en los hábitos intestinales, tal como estreñimiento o diarrea que no desaparece, o algún cambio en el aspecto de las heces
  • Cambios en las hábitos vesicales, tal como sangre al orinar, o la necesidad de orinar de manera más frecuente o con menor frecuencia
  • Dolores de cabeza
  • Visón o problemas de audición
  • Cambios en la boca, como úlceras o llagas, sangrado, dolor y entumecimiento

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