El organismo nuclear de la ONU respaldó a su aliado comercial Japón en el proyecto en fase piloto del vertido de aguas contaminadas con energía nuclear de Fukushima al Pacífico, tal como contó Urgente 24, pese al supuesto cumplimiento de “standards internacionales” que no dan cuenta de los radionucleidos infiltrables.
“Hemos visto una evaluación de impacto radiológico y ecológico inadecuada y nos preocupa que Japón no solo no pueda detectar qué está ingresando en el agua, los sedimentos y los organismos, sino que si lo hace, no haya forma de eliminarlo.... no hay manera de volver a meter al genio dentro de la botella”, explicó el biólogo marino Robert Richmond, profesor de la Universidad de Hawái, en diálogo a la BBC.
Como este biólogo de Hawaii, Greenpeace observa con suma preocupación el proyecto “Cloaca Nuclear” de Japón. Es que la tecnología de filtración nuclear del operador de la planta paralizada Tokyo Electric Power Co (TEPCO) no es suficiente para eliminar los radionucleidos (átomos con exceso de energía nuclear) como el tritio y el cesio, así lo refieren los especialistas.
Tal como indicó Urgente 24, estos isotopos radioactivos escapan en el proceso de filtración. Por lo que, el tritio y cesio de aguas residuales podrían no sólo concentrarse en las costas de Corea del Sur y China, sino también en áreas del resto del mundo dada las corrientes oceánicas.
Estas naciones asiáticas amenazan a Japón con rescindirle el comercio marino por temor al cáncer u otras afecciones, aunque tendrán que depender del agua para bañarse y consumirla.
“El gobierno aplica una política fuerte de no tirar basura al mar... Pero ahora el gobierno no está diciendo ni una palabra (a Japón) sobre las aguas residuales que fluyen hacia el océano”, dijo un pescador surcoreano a una agencia de noticias.
Según Global Times, la planta paralizada Fukushima Daiichi envió (06/06/23) 6 mil toneladas de agua de mar a través de un túnel submarino diseñado para liberar las aguas radioactivas hasta un punto específico a un kilómetro de la costa, como parte de una prueba piloto para el vertedero final.
En ese sentido, el temor sobre el vertido nuclear se extendió al resto del mundo debido a que los especialistas medioambientales aseguran que estos residuos nucleares se dispersarán por las aguas del planeta a través de la circulación de las corrientes oceánicas, las migraciones de peces y la liberación de agua de lastre desde embarcaciones internacionales.
De hecho, David Cutipa, administrador del puerto de Morro Sama, está solicitando al Gobierno de Perú que coopere con organizaciones internacionales para persuadir al país nipón de cambiar de planes.
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