El acuerdo frustrado entre Honda y Nissan desató en la industria automotriz de Japón serias preocupaciones en torno al futuro de la actividad teniendo en cuenta el avance de China. La fusión, que fue declinada por ambas marcas tras meses de negociaciones terminaron derribando un proyecto que pretendía ser la esperanza de un resurgimiento dorado.
Makoto Uchida (Nissan) y Toshihiro Mibe (Honda) no lograron un acuerdo.
En ese sentido, Nissan y Honda trabajaron durante varias semanas en un esquema conjunto centrado en la producción de vehículos eléctricos y electrificados (híbridos) y así poder dar pelea a nivel global en un campo que llegó para romper antiguos paradigmas. De hecho, el holding hubiera sido el tercero más grande del mundo, tan solo por detrás de Toyota y Volkswagen Group AG.
Sin embargo, las diferencias de criterio entre ambas compañías niponas frustró cualquier tipo de colaboración directa. Algo que gatilló las previsiones negativas para buena parte de las marcas japonesas, sobre todo teniendo en cuenta el avance de China.
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Al respecto, un artículo del Yomiuri Shimbun expuso la trascendencia de la caída de las conversaciones entre Honda y Nissan, que además incluían a Mitsubishi Motors. Se trata de las tres compañías más importantes del rubro en Japón por detrás de la colosal Toyota, que actualmente parece la única capaz de enfrentar los cambios del rubro por sí sola.
Japón ve venir a China
Según ese importante medio japonés, los ejecutivos de las empresas japonesas tendrían que enfrentar “decisiones difíciles” en los próximos tiempos atentos al imparable avance de China sobre el mercado global, y en especial de los autos eléctricos. En ese orden, el sector avizora que la oferta china podría avanzar sobre lo que supo ser terreno de mercado japonés, con especial presión en Asia.
En el último tiempo, las marcas japonesas admitieron por lo bajo un acercamiento inocultable de sus competidoras chinas en materia de calidad y diseño. Eso, sumado a un bajo coste de producción y una velocidad de fabricación mayor, daría un resultado negativo para las expectativas niponas.
Otra materia que conspira contra la salud de la industria automotriz japonesa es el escenario geopolítico internacional. Las tensiones entre Estados Unidos y China vigentes harían girar los objetivos de venta del gigante asiático hacia mercados dominados por marcas como Mitsubishi, especialmente en el sudeste de ese continente.
Basta con ver los resultados del ejercicio 2024 para dar cuenta del avance chino sobre un lugar que supo ocupar Japón. Tanto Nissan como Honda fueron sobrepasados en ventas por BYD, la marca insignia de la industria automotriz china.
Lo que Japón no, China sí
Por otra parte, los ejecutivos japoneses también habrían observado cómo sus vecinos continentales habrían avanzado en acuerdos para seguir expandiendo su competitividad en materia de vehículos eléctricos. Al respecto, en China se encuentra avanzada la fusión entre las dos principales fabricantes de automóviles estatales, Chongqing Changan Automobile y Dongfeng Motor, que darían a luz a un conglomerado devastador para el actual cuadro automotriz japonés.
En China se encuentra avanzada la fusión entre las dos principales fabricantes de automóviles estatales, Chongqing Changan Automobile y Dongfeng Motor, que darían a luz a un conglomerado devastador para el actual cuadro automotriz japonés.
Con ello en el horizonte, la prensa especializada japonesa remarca el paso del tiempo y el cierre progresivo de la ventana para destrabar un rumbo que reubique a la industria automotriz japonesa en el liderazgo que merece tradicionalmente.
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