Se desploma el dólar en Uruguay y expone a Pesce/Guzmán

A su vez, si bien 8% de inflación para los uruguayos es un tema de preocupación, es interesante que las proyecciones de las principales consultoras y bancos no se disparan más allá de la media internacional; situación a la que estamos mal acostumbrados en la Argentina.

De acuerdo a la prensa local, el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, dijo ayer (25/05) que el equipo económico de Luis Lacalle Pou está “preocupado” y “sigue con atención la devaluación del dólar” tras registrarse la cotización más baja en dos años. En ese sentido, sostuvo que el Ministerio de Economía y Finanzas “viene manejando el tema” con cautela y que su posición es seguir esta situación con “preocupación” y “ver cómo evolucionan los hechos en cuanto al manejo de las variables monetarias que maneja el Banco Central”, informó La Diaria.

En una rueda de prensa, Mattos consideró que el proceso es “tan fuerte” que “hemos tenido en cuatro meses de una revaluación del peso de 10%” genera “algunas luces amarillas” en algunos sectores que ven con “dificultad” que el dólar haya bajado. En ese sentido, se refirió al sector turístico, que ve con “preocupación el encarecimiento del costo interno de Uruguay”.

La Unión de Exportadores apuntó que la devaluación del dólar “perjudica a todo” el sector, y en particular a la industria manufacturera exportadora, “gran generadora de puestos de trabajo”. Por último, recordaron que la institución se encuentra “en permanente contacto” con las autoridades gubernamentales, “planteando su profunda preocupación por la actual situación”, agregó el medio.

La agencia especializada Bloomberg graficó, a partir de datos de la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay (BEVSA), que en lo que va del mes el dólar cayó 2,24% y, en el año, el retroceso fue de 10,7% frente al peso uruguayo, que había terminado el 2021 en $44,695 por dólar. En las pizarras del Banco República, el dólar cerró a $38,80 la compra y $41,20 la venta.

Delicado equilibrio entre dólar e inflación

Frente a la disparada proyección inflacionaria de casi el 8,5% anual 2022, el Banco Central del Uruguay (BCU) intentó plantear un sendero de corto plazo tras anunciar suba de tasas de interés del 8,5% al 9,25%: vendrán dos subas más.

El BCU decidió un incremento de la tasa de interés de política monetaria en 75 puntos básicos, hasta 9,25%. Este aumento permite ingresar en la fase contractiva de la política monetaria en línea con lo anunciado en las dos reuniones anteriores del COPOM.

En la senda de ingreso gradual a la fase contractiva de la política monetaria, se prevén dos aumentos adicionales de 50 puntos básicos en las próximas reuniones del COPOM, hasta llevar la tasa de interés a niveles consistentes con la convergencia de las proyecciones del BCU a su objetivo de inflación En la senda de ingreso gradual a la fase contractiva de la política monetaria, se prevén dos aumentos adicionales de 50 puntos básicos en las próximas reuniones del COPOM, hasta llevar la tasa de interés a niveles consistentes con la convergencia de las proyecciones del BCU a su objetivo de inflación

Sí, esto está pasando pegado a la Argentina, que tiene un presidente del BCRA como Miguel Pesce y un ministro de Economía como Martín Guzmán que vuelcan más y más pesos a la economía con una inflación proyectada del 87%, rezando para que el dólar blue no se dispare más allá de los $200 con una tasa de interés muy por debajo de las expectativas de inflación. Y donde el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, tiene que amenazar a Guzmán por Ganancias.

La economista Tamara Schandy de la consultora Exante dijo a El País que el proceso de suba de la tasa tiene como posible riesgo algún “costo de actividad”, a raíz del impacto en el tipo de cambio que golpea la competitividad; pero señaló que “es un riesgo que el BCU está dispuesto a tomar, dada la coyuntura inflacionaria y el desanclaje de expectativas”.

En tanto, el economista Ramón Pampín expresó al mismo medio que si la tasa de interés sube hasta 10,5% —tomando en cuenta los anuncios tras el Copom— habrá “una presión a la baja sobre el tipo de cambio, en un contexto en el que la Reserva Federal no está siendo tan agresiva” con el proceso de incremento de la tasa estadounidense, que se toma como referencia mundial.

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