CÓRDOBA. La intervención nacional de la CGT Córdoba trajo consigo un conflicto que, en las últimas semanas, escaló en silencio entre los sindicalistas y políticos involucrados. Claro, lo que se juega no es menor.
PULSEADA
Tensión en Córdoba: ¿Se viene una CGT paralela?
En Córdoba, la CGT local vive momentos convulsos fruto de la intervención inevitable de la CGT nacional. Foguean una separación.
Cabe recordar que todo comenzó hace meses, cuando el último secretario general de la CGT Córdoba, José Pihen, fue puesto en cuestión por un sector del gremio de los trabajadores local, encabezado por Pablo Chacón (Comercio) y Rubén Urbano (UOM), ante su estado de jubilado. Además, los sectores disidentes del a su vez secretario general del SEP (Sindicato de Empleados Públicos) denunciaron el vencimiento del mandato correspondiente y la falta de elecciones.
Ante ello, la CGT nacional vio la oportunidad de reestructurar el gremio en Córdoba y poder ganar músculo político frente a una dirección actual más cercana al Gobierno de Juan Schiaretti. Este último, posicionado en clave de opositor al Frente de Todos pasó a ser un objetivo en varios planos, sobre todo para el kirchnerismo.
En ese sentido, el triunvirato nacional y principalmente Héctor Daer dispuso la intervención de la regional en pos de la “normalización” institucional, que apunta a retomar el control local por parte del Gobierno nacional. Para ello, la CGT nacional tendría decidido formar un triunvirato local, del cual Pihen quedaría afuera.
Ante el inminente corte del histórico dirigente, que cuenta con el apoyo de más de 60 sindicatos locales, el PJ schiarettista tendría decidido jugar fuerte en la pulseada para seguir con la regional dentro de la zona de control. Y eso podría implicar la apertura de una CGT paralela a nivel local.
“Córdoba vive un momento inédito. Estamos viviendo una avanzada de un grupo de porteños que desde Puerto Madero quieren intervenir y poner a dedo la conducción de la CGT Córdoba”, señalaron dirigentes schiarettistas a La Voz durante un acto del PJ local en el que estuvo presente la última dirigencia formal del gremio. Allí estuvo también la senadora Alejandra Vigo, quien a su vez es esposa del propio Juan Schiaretti.
Si bien las posibilidades de la creación de una CGT paralela en Córdoba son muy remotas, la realidad es que los puntos de negociación hasta aquí han sido tensos entre los dos sectores que disputan el poder. Tanto en la mediación previa a la intervención nacional, como en la situación actual, no hubo forma de zanjar las diferencias y nadie querrá tener a los sindicatos en contra.
Con vistas al 2023, el control de la CGT Córdoba será importante para quien logre quedarse con ella. En el caso de Juan Schiaretti, tener el apoyo de los gremios cordobeses implica la tranquilidad de poder batallar las paritarias locales en paz.
En la vereda de enfrente (CGT nacional), contar con la CGT Córdoba sería una herramienta importante para poder controlar el tono de la crítica de Juan Schiaretti, que al fin y al cabo también es peronista. E incluso tiene planes de presentar un espacio alternativo a nivel nacional, aunque su mayor interés el blindar la provincia ante su inminente salida.
Con todo eso en juego, la batalla librada por la CGT Córdoba tendrá muchos más capítulos de aquí en más. Y también podría extenderse hacia otras jurisdicciones.
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