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La postpandemia en la Salud: 'Empastillados' y con angustia

Alteración del ciclo de sueño, cuadros depresivos y crisis en las infancias aumentaron tras la Pandemia, según Ministerio de Salud de Santa Fe.

Un reciente estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada (OPSA) de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA) reveló que casi el 80% de los argentinos padecen alguna alteración del sueño —como insomnio, somnolencia, espasmos, apneas— y más del 50 % de quienes necesitan tratamiento psicológico no lo realizan porque no pueden pagarlo, no logran acceder a un horario, las obras sociales o prepagas no lo cubren, no encuentra un servicio gratuito, prefieren recibir un tratamiento presencial en vez de distancia. Ahora, un nuevo informe del Ministerio de Salud de Santa Fe que comparó los ingresos en las guardias locales pre y post Pandemia, develó que aumentaron la concurrencia a urgencias por consumo problemático y crisis psicóticas, además de triplicarse las consultas en Salud Mental Infantil.

“Son datos alarmantes que hablan de la situación compleja que se vive, no solo por la pandemia sino que también por las condiciones de vulnerabilidad social que generan situaciones que afectan la vida de las personas”, declaró a Rosario3 la doctora Celina Pochettino, directora provincial de Salud Mental, quien acompañada por la doctora Ana Paula Milo, se hizo presente en la habitual reunión de la comisión de Salud del Concejo y abordó el tratamiento desde la provincia de la Salud Mental, y sobre todo, la prevención del suicidio.

“En Rosario venimos observando un aumento mayor de esos números. Ante esto venimos trabajando en conjunto con la municipalidad para ampliar y fortalecer los equipos interdisciplinarios de contención que ahora trabajan las 24 horas”, agregó Celina Pochettino.

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En esa misma línea, en la investigación de la UBA para conocer la prevalencia de la sintomatología psicológica inespecífica, depresiva, ansiosa en la población adulta de 18 a 65 años de la República Argentina y rasgos patológicos de personalidad exhibió que el “el 54,55 % de los participantes considera que se encuentra atravesando una crisis”, entendiéndose por crisis aquella económica (49,44%), vital (42,96%), familiar (38,89%), de pareja (31, 48%), vocaciona (17,59%), duelo (15,37%), de identidad (11,48%), o por violencia de diferentes tipos (6,85%).

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Después del 2022, en Santa Fe hubo un aumento del 30 % en consultas en los centros de salud por crisis en la Salud Mental, muchas de las cuales se relacionaban con suicidios:

Son números bastante preocupantes. Tiene que ver con los problemas de salud y en general que se han agudizado post pandemia, los niños y niñas fueron muy afectados por el tiempo de pandemia, aislarse para cuidarse fue duro, aunque haya sido por un bien. Uno necesita socializar y cuidarse también implica estar en contacto con los demás, por eso la pandemia fue dura. Las condiciones del momento social y económico complejo afecta a la salud también, venimos complejos tanto a nivel nacional como mundial Son números bastante preocupantes. Tiene que ver con los problemas de salud y en general que se han agudizado post pandemia, los niños y niñas fueron muy afectados por el tiempo de pandemia, aislarse para cuidarse fue duro, aunque haya sido por un bien. Uno necesita socializar y cuidarse también implica estar en contacto con los demás, por eso la pandemia fue dura. Las condiciones del momento social y económico complejo afecta a la salud también, venimos complejos tanto a nivel nacional como mundial

Lo más alarmante es que aumentó la crisis en la Salud Mental en las infancias en un 300%. "La prolongación de los contagios de Covid impactó en el estado de ánimo, en las conductas y en las emociones de los menores. Y lo que surgió de la encuesta que hicimos a más de mil padres y cuidadores a fines del 2020 es que, entre los chicos predominaron los sentimientos negativos, como aburrimiento, tristeza, angustia y preocupación", sostuvo hace un tiempo la doctora Laura Cohen Arazi, pediatra del equipo del Hospital Fernández, coincidiendo con las actuales estadísticas en Santa Fe.

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La cronificación de la angustia y cambios en el ritmo de vida por un prolongado confinamiento dado el Covid 19 trajo aparejado un aumento de casos de depresión y ansiedad a nivel mundial, así lo refirió la Organización Mundial de la Salud. De hecho a nivel local, el fármaco marca Rivotril escaseó durante la Pandemia dada la alta demanda.

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Signos de que alguien está en riesgo de suicidio y qué hacer

El suicidio es una tragedia. Un problema que sigue siendo ignorado. Lo dice la misma Organización Panamericana de la Salud (OPS): "El suicidio es un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes". Lamentablemente, la tasa de suicidios va en aumento, lo que refuerza la necesidad de saber cuándo una persona está en riesgo de suicidio, cómo prevenir el suicidio y cómo cuidar la salud mental. Veamos lo que dicen los expertos.

Suicidio: Cifras y factores de riesgo

El suicidio es un problema sumamente grave. De acuerdo con cifras de la OPS, anualmente más de 703.000 personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio.

La cifra podría hasta pasar desapercibida para muchos, pero si lo transformamos en tiempo, es alarmante. Según la OPS:

Corresponde a una muerte cada 40 segundos Corresponde a una muerte cada 40 segundos

Solamente en Argentina, el número de casos de suicidios causa alarma. Tal como se publicó en Urgente24.

Tan solo en el 2022, se registraron unos 3 mil suicidios, sin tener en cuenta las cifras estremecedoras del 2018, 2019, 2020 y 2021, que en cada uno de esos años el número rondaba entre 3.000 y 3.300 suicidios por año.

Ahora bien, hay muchos factores que pueden aumentar el riesgo de suicidio, pero muchas veces no se les presta atención o están rodeados de tabúes, como la depresión u otros problemas de salud mental.

La OPS nombra otros factores de riesgo como las barreras de acceso a la atención de salud, las catástrofes, las guerras y los conflictos, los intentos de suicidio anteriores, los trastornos mentales o momentos de crisis, como una pérdida económica.

Riesgo de suicidio: Signos de advertencia

Ahora bien, muchas personas experimentan pensamientos suicidas, pero a veces son pasados por alto. No hay que esperar a que sea tarde. Es importante conocer estas señales de advertencia, para buscar ayuda a tiempo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, una persona que experimenta pensamientos suicidas puede mostrar las siguientes señales:

  • Hablar de querer morir o desear matarse.
  • Hablar de sentirse vacío o desesperado, o de no tener motivos para vivir.
  • Hablar de sentirse atrapado o pensar que no hay ninguna solución.
  • Sentir un dolor físico o emocional insoportable.
  • Hablar de ser una carga para los demás.
  • Alejarse y amigos.
  • Regalar posesiones importantes.
  • Decir adiós a amigos y familiares.
  • Poner sus asuntos en orden, como hacer un testamento.
  • Asumir grandes riesgos que podrían resultar en la muerte, como conducir extremadamente rápido.
  • Hablar o pensar en la muerte con frecuencia.
  • Mostrar cambios extremos en el estado de ánimo, pasando repentinamente de estar muy triste a sentirse muy tranquilo o feliz.
  • Hacer planes o buscar formas de suicidarse, como buscar métodos letales en línea, acumular pastillas o comprar un arma.
  • Hablar de sentirse muy culpable o avergonzado.
  • Consumir alcohol o drogas con más frecuencia.
  • Mostrarse ansioso o agitado.
  • Cambiar los hábitos alimenticios o de sueño.
  • Mostrar furia o hablar de buscar venganza.

Prevenir el suicidio

Pero, ¿Qué hacer si un familiar o un amigo podría estar en riesgo de experimentar una idea suicida? El Instituto Nacional de Salud Mental indica las siguientes recomendaciones:

  • Aunque no es fácil, hay que intentar preguntarle si tiene pensamientos o deseos de morir, de matarse, o si tiene algún plan de hacerse daño.
  • Tratar de mantener a la persona a salvo, esto incluye reducir el acceso de la persona a ciertos objetos o lugares sumamente letales.
  • Procure estar presente y escuchar atentamente para enterarse de lo que la persona en riesgo está pensando y sintiendo.
  • Ayudar a establecer una conexión con una persona de confianza, como un miembro de la familia, un amigo, un asesor espiritual o un profesional de la salud mental.
  • Mantenerse en contacto con la persona después de que tuvo una crisis o después de haber sido dada de alta de su tratamiento.

Finalmente, recuerde lo que dice la OPS:

Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.

Ante una situación de riesgo propia o de un conocido se recomienda recurrir personalmente al centro de salud más cercano. En Ciudad de Buenos Aires funciona la línea del 0800 Salud Mental Responde: 0800-333-1665. El Centro de Asistencia al Suicida atiende al número (011) 5275-1135 y la línea de la Subsecretaría de Salud Mental de Buenos Aires es 0800-222-5462.

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Los psicodélicos, 'una luz' para la salud mental

Los ritos milenarios y el uso de medicina natural en las culturas amerindias, tal como la ceremonia alucinógena de la Ayahuasca en el Amazonas y la del sapo del desierto de Sonora cuya epidermis tiene propiedades curativas-psicodélicas, constituyen las nuevas terapias de moda entre actores hollywoodenses como Will Smith y Roger Waters, siendo prácticas religiosas arrastradas de chamanes y brujos, en épocas en las cuales no existían ni la penicilina ni la psiquiatría.

Luego del auge del consumo recreativo del LSD y otros tantos psicodélicos en tiempos de ‘la revolución de la paz y el amor’, o sea, dentro de la cultura Hippie de los 70s, la promulgación de la ‘Ley de Sustancias Controladas’ inició una gran guerra contra las drogas por parte del gobierno estadounidense, alarmado por el amor libre y el abuso de sustancias juvenil. En concreto, el LSD y la psilocibina presentes en algunos hongos fueron incluidos en el nivel 1 de las sustancias ilegales de EE.UU (1970), dejando atrás dos décadas de investigaciones clínicas sobre sus bondades para la salud mental humana.

Sin embargo, con el nuevo milenio se restauró tal inquietud presente en dichas investigaciones científicas inconclusas que revelaban que en mínimas dosis, los psicodélicos producían algunos cambios positivos en el cerebro humano: mejorando la cognición, la actividad neuronal, alterando la percepción del tiempo y de lo sensorial, llevando a los sujetos hacia ‘estados alterados de conciencia’ que desenredaban los traumas reprimidos.

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Así, la Psiquiatría y Neurología estadounidense ha inaugurado en la actualidad, el ensayo fase 3 (anterior a la comercialización de un nuevo medicamento) en torno al MDMA –éxtasis que es estimulante y alucinógeno– para el tratamiento del estrés postraumático, y también en torno a la psilocibina –sustancia alucinógena de un tipo de hongo– para tratar la depresión.

Según últimas investigaciones en países como Suiza, USA y España, tanto los psicoactivos naturales como sintéticos –LSD– son capaces de revertir los síntomas de depresión, estrés post traumático, trastornos alimentarios, curar el alcoholismo, la migraña y mejorar la calidad de vida de los enfermos de Alzheimer, entre otros. El psiquiatra y presidente de Sociedad Española de Medicina Psicodélica, Óscar Soto Angona, sostiene que existen “estudios muy preliminares del LSD para la fibromialgia, el alzhéimer o el dolor crónico"

De hecho, a partir del estudio de sustancias psicodélicas se ha iniciado una corriente terapéutica mundial llamada Psicoterapia Asistida con Psicodélicos (PAP) formada por una junta médica de psiquiatras y psicólogos con un cierto protocolo específico de administración de la dosis justa, sumado a sesiones psicológicas.

“Los equipos de investigación involucrados en este campo imaginan un mundo donde los psicodélicos puedan usarse de forma segura, legal y provechosa en terapias, y donde la investigación tenga la oportunidad de evaluar a fondo tanto sus riesgos como sus beneficios”, indica la investigadora Claudia Schwarz-Plaschg, quien recientemente finalizó un estudio sociológico llamado “ReMedPsy”, en el que analizó la opinión social sobre el uso de psicodélicos.

Esperanza ante la ‘resistencia farmacológica’ y contra la agudeza sintomatológica

En algunos pacientes que tienen cierta resistencia a los antidepresivos como la sertalina o la paroxetina, los psicodélicos pueden ser una buena opción, ya que sus moléculas activas se unen a los receptores de serotonina del cerebro, análogo al caso de los fármacos.

Lo más interesante en los nuevos ensayos con psicodélicos, es que se han reportado que algunos trastornos psiquiátricos se han curado bajo la experimentación médica con psicoactivos. Un ensayo clínico del 2021 de la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos (MAPS por sus siglas en inglés), aplicó terapia asistida con MDMA a personas con trastorno de estrés traumático crónico (TEPT), logró que el 67 % de los pacientes no presentaran los criterios diagnósticos del TEPT en tan solo tres sesiones, mientras que el 88 % mejoró notablemente.

A su vez, la Asociación Multidisciplinar de Estudios Psicodélicos está trabajando con la psilocibina y la ketamina (sedante en altas dosis). Desde el 2019, en Estados Unidos y la Unión Europea, el uso de esketamina (pulverizador nasal basado en ketamina) está permitido para tratar la Depresión Mayor, siendo vendida solo bajo receta médica, sobre todo cuando la medicación común no ha surtido efecto.

Un tratamiento ya aprobado y que se puede comparar a los psicodélicos es la esketamina -un psicodélico disociativo-, que en el año 2000 demostró ser efectivo en la depresión resistente y que desde el 1 de noviembre puede usarse en los hospitales para tratar esto Un tratamiento ya aprobado y que se puede comparar a los psicodélicos es la esketamina -un psicodélico disociativo-, que en el año 2000 demostró ser efectivo en la depresión resistente y que desde el 1 de noviembre puede usarse en los hospitales para tratar esto

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