Con la temporada de frío iniciada, el resfriado, la gripe y la COVID-19 convivirán en el transcurso del tercer año de pandemia. Al respecto, un artículo publicado por la Universidad Johns Hopkins cuestiona si el enfoque no debería ser más “eficiente”, abarcando la mitigación de todas las enfermedades respiratorias en conjunto.
La mayoría de los países actualmente cuentan con herramientas poderosas que incluyen vacunas, tratamientos antivirales e intervenciones no farmacéuticas como el barbijo y la ventilación, para controlar el SARS-CoV-2.
“Pero estas herramientas no solo hacen posible seguir adelante y vivir con COVID, sino que también tienen el potencial de prevenir muchas otras enfermedades respiratorias”, reflexiona la médica y periodista Celine Gounder.
Para responder a esta incógnita, la autora consultó con Joshua Sharfstein, médico y vicedecano en Johns Hopkins:
COVID-19: ¿Una enfermedad respiratoria más?
Los expertos en salud pública no creen que sea posible erradicar la COVID-19 en el futuro cercano. Al contrario, creen que lo más posible es que sea como otros virus comunes de la tos, el resfriado y la gripe.
En este sentido, Sharfstein destacó que hay una serie de infecciones respiratorias virales que tienen modos de transmisión similares. "Al mitigar el SARS-CoV-2, también podemos tener un tremendo impacto en otras infecciones virales respiratorias importantes, como la influenza y el RSV [virus sincitial respiratorio]. Ambos causan una enfermedad significativa e incluso la muerte en algunos casos, particularmente en los ancianos, así como en los niños más pequeños".
Por eso, en los últimos años se ha visto una baja importante de casos de gripe, resfriados y otras infecciones respiratorias debido a que se contagian de la misma forma que el COVID-19. “Muchas de las medidas que usamos para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 también previenen la transmisión de estas otras infecciones respiratorias virales”.
¿Qué significa atacar todas estas enfermedades en conjunto?
En primera instancia, afecta la forma en que se diseñan las intervenciones, opinó Sharfstein. Aunque también influye en cómo se evalúa su efectividad.
"Muchas de estas diferentes medidas serán familiares para las personas. Por ejemplo, enmascaramiento, ventilación y filtración de aire interior: estas son medidas que controlarán el COVID, así como la influenza y el RSV".
Otras de las medidas usadas para todas las enfermedades respiratorias son la vacunación y el testeo: también existen las pruebas caseras rápidas de antígenos para la gripe, pero “simplemente no las hemos estado usando sin receta médica. Se usan en urgencias, en clínicas o en el hospital”.
Finalmente, al igual que con COVID, “durante mucho tiempo hemos tenido medicamentos orales para la gripe. Desafortunadamente, muy a menudo no se toman a tiempo para tener un impacto en el curso de la enfermedad porque el diagnóstico se hace demasiado tarde, la prescripción se da demasiado tarde, la persona comenzó el tratamiento demasiado tarde”.
Para Sharfstein, se requiere pensar en este grupo de infecciones en conjunto y, si es temporada de tos, resfriado, gripe o COVID, también tener incorporada la posibilidad de hacerse pruebas caseras.
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