En el pasado se creía que las personas con obesidad simplemente carecían de la fuerza de voluntad para bajar de peso. Pero cada vez hay más pruebas de que los cuerpos tienen un tamaño natural que es difícil de cambiar. Pero, ¿podría un fármaco ser parte de la solución?
PARA LA OBESIDAD
Polémica por revolucionario fármaco que "elimina el hambre"
Una nueva generación de medicamentos para la obesidad podrían ayudar cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes.
09 de enero de 2023 - 12:00
A pesar de las incertidumbres, los niveles de pérdida de peso después del tratamiento con tirzepatida se acercaron a los que solo se pueden lograr mediante la cirugía bariátrica.
“El cuerpo defenderá su peso”, explicó en referencia al supuesto popular, Richard DiMarchi, químico de la Universidad de Indiana, Estados Unidos, en diálogo con Nature.
Las tasas de obesidad se triplicaron desde 1975 en todo el mundo. En 2016, alrededor del 40% de los adultos tenían sobrepeso y el 13% obesidad, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Además, con el peso extra a menudo viene un mayor riesgo de problemas de salud como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer, por lo que la OMS recomienda dietas más saludables y actividad física.
No obstante, los medicamentos podrían ayudar cuando los cambios en el estilo de vida no son suficientes.
En este sentido, los nuevos fármacos buscan imitan las hormonas conocidas como las incretinas, que reducen el azúcar en la sangre y el apetito. Algunos ya se aprobaron para tratar la diabetes tipo 2 y están comenzando a obtener el visto bueno de los reguladores de medicamentos para inducir la pérdida de peso.
Sin embargo, a algunos investigadores les preocupa que estas drogas jueguen con la obsesión de algunas sociedades por ser delgadas dado que el tamaño del cuerpo no siempre es un buen predictor de la salud, advierte un artículo firmado por McKenzie Prillaman en Nature.
“Realmente dudo en estar emocionada por algo que creo que es potencialmente dañino desde la perspectiva del estigma del peso”, señaló Sarah Nutter, psicóloga de la Universidad de Victoria, Canadá, especialista en estigma del peso e imagen corporal.
¿Mismos resultados que la cirugía bariátrica?
Por primera vez, los científicos pueden alterar farmacológicamente el peso de forma segura, aseguró a Nature el médico y científico Matthias Tschöp, director ejecutivo del centro de investigación Helmholtz Munich, Alemania.
A principios del 2021 un ensayo clínico de fase III que investigaba a la semaglutida sorprendió por sus resultados. La molécula es una versión modificada de la liraglutida y actúa por las mismas vías, pero permanece intacta y activa en el cuerpo por más tiempo. También podría tener un mejor acceso a las regiones del cerebro que regulan el apetito.
De hecho, los que recibieron inyecciones semanales de semaglutida perdieron el 14,9% de su peso corporal en promedio, después de 16 meses de tratamiento. Mientras, los que recibieron un placebo, perdieron un 2,4%.
En 2021, cuatro años después de aprobarlo para la diabetes, la FDA aprobó la semaglutida para la pérdida de peso en adultos con obesidad.
Ahora podría haber una droga que parece aún más eficaz: tirzepatida. Desarrollado por el laboratorio Eli Lilly, recibió la aprobación en 2022 para la diabetes tipo 2, pero también condujo a una reducción del peso del 21%, en promedio, comparado con el 3% del placebo.
A pesar de las incertidumbres, los niveles de pérdida de peso después del tratamiento con tirzepatida se acercaron a los que solo se pueden lograr mediante la cirugía bariátrica.
Con todo, una gran pregunta que enfrentan los investigadores ahora es si las personas necesitarán tomar estos medicamentos de por vida para mantener su peso.
En paralelo, “a algunos investigadores también les preocupa que, al ofrecer una solución para el peso en sociedades que valoran la delgadez, estos medicamentos también podrían reforzar, sin darse cuenta, el vínculo en disputa entre el exceso de peso y la salud”, dice Nature.
Según Nutter, consultada por la revista, “un estudio encontró que casi el 30% de las personas que se consideran obesas son metabólicamente sanas. Otro mostró que otros problemas de salud tienden a predecir mejor el riesgo de muerte de una persona que el peso, lo que demuestra la necesidad de considerar otros factores además del peso al juzgar la salud", sostuvo.
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