Este jueves (18/01/24) Pakistán, en sintonía con sus promesas vengativas y la predicción de varios analistas, lanzó ataques en represalia contra Irán con drones drones asesinos y cohetes que apuntaban contra supuestos terroristas militantes. El brutal atentado mató al menos a 9 personas, incluidos 4 niños.
"Varios terroristas murieron durante la operación basada en inteligencia", dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores de Pakistán, describiéndola como una "serie de ataques militares de precisión altamente coordinados y específicamente dirigidos contra escondites terroristas".
"El único objetivo de la ley de hoy fue la búsqueda de la propia seguridad y el interés nacional de Pakistán, que es primordial y no puede verse comprometido".
Es que los recientes ataques de Irán contra un grupo armado sunita Jaish al-Adl (Ejército de Justicia) en la provincia suroccidental de Baluchistán (Pakistán) que provocaron la muerte de al menos 2 niños e hirieron a 3 más dieron una especie de justificación a Pakistán para seguir el mismo camino hostil atacando a rebeldes baluchis presuntamente refugiados en Irán.
Tras el atentado, Pakistán retiró a su embajador de Irán y bloqueó el regreso al país del enviado de Teherán, que actualmente se encuentra en Irán.
Teherán horas antes había lanzado un ataque en la región semiautónoma del Kurdistán de Irak contra presuntos espías israelíes y otro en Siria contra Daesh en represalia por el asesinato de comandantes claves y el atentado en el que murieron más de 100 personas.
Si continúan los mortales ataques entre Irán y Pakistán, la guerra entre Israel y Hamas recrudecerá aún más. Con el apoyo a Hamas, hutíes y Hezbollah y ataques en Siria, Irak y Pakistán, Irán provoca caos en Medio Oriente que, por estas horas arde.
Trasfondo
Los países vecinos han tenido vínculos difíciles en el pasado en la frontera de la que aproximadamente comparten 900 km. Ambos se acusan mutuamente de albergar a grupos armados.
Irán durante años ha estado exigiendo a Pakistán actúe contra Jaish al-Adl, un grupo armado sunita apoyado por Israel, opuesto al régimen chií de Teherán, que ha atacado a funcionarios iraníes, exigiendo supuestamente mejores condiciones de vida para la población de Sistán-Baluchistán, la provincia más empobrecida del país.
Irán sospecha desde hace tiempo que Pakistán proporciona refugio a los insurgentes y fomenta la inestabilidad en la frontera sureste de Irán, posiblemente en coordinación con Arabia Saudita.
Pakistán, por otro lado, el combate desde hace décadas a un levantamiento de los rebeldes baluchis que exigen la secesión. La situación se inició poco después de la creación de Pakistán en 1947 cuando el ejército pakistaní tuvo que someter a los insurgentes separatistas de Kalat en 1948 y 1958-1959.
Durante las décadas siguientes el conflicto entró en una etapa de baja actividad hasta que las guerras en Afganistán y noroeste pakistaní volvieron a reactivar la violencia.
El Ministerio de asuntos exteriores de Pakistán lo explicó claramente:
"Durante los últimos años, en nuestros compromisos con Irán, Pakistán ha compartido consistentemente sus serias preocupaciones sobre los refugios y santuarios de los que disfrutan los terroristas de origen paquistaní que se hacen llamar 'Sarmachars' en los espacios no gobernados dentro de Irán. Pakistán también compartió múltiples expedientes con pruebas concretas de la presencia y actividades de estos terroristas”.
"Sin embargo, debido a la falta de acción sobre nuestras serias preocupaciones, estos llamados Sarmachars continuaron derramando la sangre de paquistaníes inocentes con impunidad. Esta acción [el ataque con misiles de Pakistán] es una manifestación de la determinación inquebrantable de Pakistán de proteger y defender su seguridad nacional contra todas las amenazas".
Algunos analistas más optimistas no esperan que se desate una guerra entre los países vecinos. Sostienen que podrían brindar la oportunidad de una cierta paridad. “Ahora las dos partes están empatadas", explicó Michael Kugelman, director del Centro Wilson para Asia Meridional a la BBC. Pero sabemos que en la guerra existen ciertas circunstancias en las que se excede ese “ojo por ojo”.
China aprovechó el momento. Volvió a asomar como posible mediador entre Irán y Pakistán, ambos miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai, tras su exitosa intermediación entre Irán y Arabia Saudita.
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