La compañía norteamericana Boeing, dedicada a la construcción de aviones comerciales y aeronaves militares, enfrenta un delicado momento con dos frentes abiertos: uno técnico-legal y uno financiero.
El primero se presentó por una serie de accidentes e incidentes concatenados de distintos aparatos de la compañía, operados por aerolíneas en todo el mundo. Especialmente con la familia 737 MAX, la apuesta más grande de Boeing en las últimas décadas.
Esos eventos, sucedidos incluso en suelo estadounidense, pusieron a la constructora con asiento en Seattle a rendir cuentas al Gobierno federal, que desplegó investigaciones sobre los procesos de construcción de los aviones comerciales mediante la Federal Aviation Administration (FAA) y el FBI. La sospecha de las autoridades es que la compañía ha reducido la calidad de sus fabricaciones, poniendo en juego la seguridad aérea a nivel mundial.
Ello, sumado a los problemas de cadena productiva que derivaron de la pandemia, dejó a Boeing en un estado delicado como compañía. Incluyendo el plano financiero.
Este lunes (29/4) se conoció que la empresa recurrió al mercado de bonos para tomar deuda y así poder levantar el aplazo del primer trimestre. Durante ese ejercicio, Boeing perdió efectivo por casi 4.000 millones de dólares.
Boeing fue al mercado de bonos
Ahora, con un frente de vencimientos abiertos de cara al 2025, la compañía norteamericana habría recurrido al mercado de bonos en busca de recuperar rápidamente el poder de cumplimiento de sus deudas actuales. Lo hizo por un monto aproximado a los 10.000 millones de dólares proyectando necesidades incluso hasta el 2026.
A partir de ese año, las proyecciones de desempeño financiero de Boeing mejorarían sustancialmente. Sin embargo, la empresa deberá atravesar una fuerte tormenta, que incluirá un cambio contundente del directorio actual previsto para producirse hacia fines del 2024, de no mediar eventos inesperados.