El reencuentro entre Estados Unidos y Rusia en Arabia Saudita fue lo suficientemente exitoso como para discutir, más allá de los lineamientos de paz en Ucrania, una eventual cooperación en asuntos de interés geopolítico mutuo: el Ártico.
ARABIA SAUDITA
Más allá de Ucrania: USA y Rusia, de enemigos a socios en el Ártico
Rusia y Estados Unidos discutieron una posible cooperación en proyectos energéticos en el Ártico durante la reunión en Arabia Saudita.
Hace un mes esta noticia con Joe Biden al mando de la presidencia de USA y con Donald Trump, que insistía con la idea comprar Groenlandia “para efectos de seguridad nacional y libertad en todo el mundo” ante el dominio ruso y chino en la zona, habría parecido irreal.
Pero parece que algo cambió este martes en Raid en la tensa relación entre las potencias.
Según supo Politico, Kirill Dmitriev, quien dirige el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), propiedad del estado, afirmó que USA y Rusia analizaron proyectos conjuntos de energía en el Ártico, una región clave por la lucha de los recursos globales.
“Fue más bien una discusión general, tal vez sobre proyectos conjuntos en el Ártico. Hablamos específicamente del Ártico”, dijo Dmitriev por teléfono mientras abordaba un vuelo de regreso a casa después de las conversaciones en Riad.
En otras declaraciones, Dmitriev dijo: “Existe el consenso de que las malas relaciones entre Rusia y Estados Unidos en realidad cuestan mucho a las empresas estadounidenses, y hay maneras de lograr una cooperación productiva que beneficie tanto a Rusia como a Estados Unidos. Pero creo que las inversiones conjuntas entre Rusia y los EE.UU. son ahora más probables después de esta reunión que antes”.
USA tras la reunión en Raid aseguró que se había hablado de oportunidades económicas y de inversión históricas que surgirán de un eventual final exitoso del conflicto en Ucrania.
Guerra por el Ártico
El derretimiento del hielo en el Ártico ha reavivado el interés de las potencias mundiales por el control de la región, particularmente sobre el Paso del Noroeste, una ruta marítima que podría reducir significativamente los tiempos de navegación entre Europa y Asia.
El sitio codiciado se ha convertido en un tablero de guerra fría oculta , donde Rusia refuerza su presencia militar y coopera con China, mientras USA busca no quedarse atrás.
Estados Unidos y Rusia se encontraban hasta antes de Trump en la peor crisis de relaciones desde la Guerra Fría. Ambos habían dejado atrás la cooperación cuestiones como el medio ambiente, la pesca y la seguridad marítima en el Ártico.
La principal petrolera estadounidense ExxonMobil se había asociado con la principal petrolera estatal rusa Rosneft para explorar hidrocarburos en el alto Ártico, pero se retiró en 2018 tras la imposición de sanciones occidentales en respuesta a la invasión inicial de Ucrania por parte de Rusia en 2014, informó Político.
El Fondo Ruso de Inversión Directa creado en 2011 para asociarse con inversores extranjeros en proyectos quedó marginado tras la guerra de Ucrania.
Las declaraciones de Dmitriev sugieren un movimiento de Washington para explorar una vía de cooperación con Moscú y evitar que el Kremlin consolide su dominio allí. Trump de esa manera se ahorraría su controvertida última carta: la adquisición de Groenlandia y contendría o vigilaría el avance ruso en el extremo norte
Tal como contó Urgente24, aunque las dos naciones han renovado los despliegues militares en la región, USA está en clara desventaja.
En 2023, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos reconoció que la capacidad de Moscú para mantener una fuerte presencia en el Océano Ártico supera la capacidad de Washington, lo que debilita la seguridad estadounidense.
El año pasado, submarinos nucleares rusos realizaron prácticas de lanzamiento de misiles de crucero cerca de Noruega, Finlandia y Suecia, países miembros de la OTAN. Estos ejercicios se ejecutaron como represalia a los simulacros de guerra en el Ártico de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que incluyeron asaltos anfibios.
En agosto bombarderos rusos y chinos volaron juntos al norte de Alaska, en una “provocación sin precedentes". El mes siguiente, Rusia y China enviaron patrulleras a través de las gélidas aguas del extremo norte.
Además, Rusia ha reabierto sus bases de la era soviética en el Ártico y puede movilizar empresas y recursos estatales, lo que le da una ventaja significativa sobre Occidente. Puede albergar a 150 soldados y las tropas permanecen allí durante 18 meses seguidos.
El Norad, el comando conjunto de Estados Unidos y Canadá creado en 1958 ha quedado obsoleto. Su red de vigilancia de satélites, radares terrestres y bases de la fuerza aérea ha son muy inferiores a los Rusia y China, que, además, están desplegando nuevos misiles que pueden volar mucho más lejos que sus predecesores, alcanzando cinco veces la velocidad del sonido, lo que abrumaría los sensores actuales de Estados Unidos.
Estados Unidos no tiene puertos de aguas profundas en el Ártico que puedan recibir portacontenedores pesados. La mayor parte de Alaska no tiene carreteras ni líneas ferroviarias, lo que complica el acceso al extremo norte.
Rusia también es líder en la explotación de las riquezas del Ártico. Parte de su desarrollo regional comenzó hace décadas. El Ártico de Rusia ya contribuye aproximadamente con el 10% de su producto interno bruto, incluido el 17% de las ventas de petróleo, el 80% del gas natural y un tercio de toda la pesca.
Alaska representó solo el 0,2% del PIB de EE. UU. en 2023, y los territorios del norte de Canadá también representaron menos del 1% de la actividad económica del país. Rusia goza de ventaja en varios ámbitos.
Por ejemplo cuenta con doce buques rompehielos muchos de ellos de propulsión nuclear, y otros chinos. USA solo tiene tres rompehielos polares, uno de los cuales tiene 50 años y otro que quedó fuera de servicio el año pasado. Por ello, con la intención reforzar la presencia en el Ártico, Trump ordenó recientemente la compra de 40 rompehielos.
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