N. de la R.: En el argot de los amigos el "besos en la frente" es la frase por excelencia del Bigote, Raúl Acosta -fallecido el domingo 30/03/2025, en sus despedidas: por escrito, por teléfono, por radio. Era su estàndar para el cariño. Si no había un "besos en la frente" o no era el Bigote o la amistad estaba en riesgo. Ceferino Reato siempre fue un 'privilegiado' en el club. Al 'Bigote' le fascinaba compartir hasta sus posteos en X con el colega. De hecho, le pidió que fuese uno de los presentadores, junto al ex colega, hoy concejal rosarino, Charly Cardozo, del que resultó su último libro de poemas. Basta de introducciones y vamos al texto que nos convoca.

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Quisiera en este día

Un domingo de agosto

Tener cerca mis muertos más queridos

Nada de milagros tontos

Nada de tenerlos vivos y jodiendo

Lo simple una fugaz mirada un aliento

El silbo de alguno de ellos en las orejas

El mate tibio porque dejaron enfriar el agua

Y se aburre la yerba sobre el porongo.

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Así comienza “Nada se transforma”, uno de los poemas del último libro de Raúl Acosta, muy conocido en Rosario y alrededores como 'Bigote' o ' Bigo', periodista, escritor y poeta. Libro número 28 de un intelectual santafesino único y, por lo tanto, irrepetible, publicado a esta altura del año pasado, en ocasión de su cumpleaños número 80. Hizo una gran fiesta a las orillas de su querido río Paraná; me invitó, claro, pero no pude ir, no sé por qué razón que ahora lamento por la ocasión perdida de charlar con él; su esposa, Carmen, y sus amigos.

Para escribir de 'Bigote', tengo que referirme a mi relación con él porque es una de las personas que ha enriquecido mi vida. Lo conocí gracias a Gerardo Bongiovanni cuando, al presentar en 2009 mi primer libro sobre los '70 —'Operación Traviata'— en la Fundación Libertad, en Rosario, me aseguró que contaríamos con "el mejor entrevistador para este tipo de libros”.

Apenas lo vi, me pareció un personaje salido de algún cuento o alguna película, con su bigotazo, su boina colorada y una larguísima bufanda también colorada. Pero, cuando me hizo la primera pregunta, comprendí que se trataba de un colega con una formación notable, pero, además, con una sutileza y precisión en el manejo del lenguaje y en el arte de entrevistar, pocas veces vista por mí. Es que 'Bigote' era un gran conversador, un eximio tertuliano; por eso, él tenía un manejo tan afinado de los tiempos radiales.

Y escribía muy bien; por ejemplo, en sus columnas semanales en el diario El Litoral, de Santa Fe. Bueno, el tipo era escritor, dramaturgo, poeta… Otra muestra de su último libro 'Nada se transforma':

No he tenido desengaños sino olvidos

Repita conmigo el olvido viene solo

Basta mirar a otro lado cuando lloran o suspiran

Cuando hablan con palabras sencillas

Te necesito donde estás quiero verte

Basta con partir cuando dicen quédate

Repita conmigo una canción alivia el silencio

Suma castigos al recuerdo.

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Antes de viajar a Rosario, Bongiovanni también me dijo que el tal Acosta era peronista. El dato me llamó la atención porque en aquel momento —2009— acá, en Ciudad de Buenos Aires, muchos periodistas con preferencias políticas bien definidas se habían convertido —tal como ahora— en propagandistas del gobierno de turno, en aquel momento, el kirchnerismo.

Pero 'Bigote' era único porque pertenecía al tiempo de aquellos maestros del periodismo que sabían diferenciar la profesión de las ideas políticas particulares. Era peronista, pero estaba parado en “la vereda de enfrente” del poder de turno, —tal como corresponde a un periodista, ¿qué es eso de travestirse de vocero de un gobierno?—, y de hecho ése es el nombre de una de sus numerosas criaturas radiales.

'Bigote' conocía los '70 de primera mano, en parte, gracias a su trabajo en aquella gran redacción de la revista 'Gente', previa al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Y tenía esa avidez por la información de primera mano que distingue a los mejores en esta profesión.

Su agenda de contactos y fuentes era impresionante, pero frecuentaba a los miembros del establishment rosarino y santafesino sin perder su identidad de periodista. Y ese equilibrio es muy difícil de lograr, más en estos tiempos.

Pero lo mejor de la amistad con Bigote era conversar con el de cualquier cosa, siempre con su saludo final: “Besos en la frente”. Guardo para mí algunas de sus reflexiones y lo incorporo en un lugar relevante a “mis muertos más queridos”, un elenco vital para convocar no solo “un domingo de agosto”.

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Algunos textos de Raúl Acosta en Urgente24