El Gobierno de Javier Milei sacó a la luz la última creación en materia de ahorro fiscal: la Canasta Básica Energética. El nuevo esquema de asistencia no tardó en atraer la crítica opositora por implicar un fuerte golpe a la clase media, un segmento vapuleado por la inflación y el estancamiento salarial.
PESADA
Javier Milei se complica solo: Canasta Básica Energética
La última creación de Javier Milei puede complicar a gran parte de la clase media, el segmento más golpeado por la inflación.
Fuentes opositoras señalaron que la nueva dinámica subsidiaria que propone el oficialismo nacional será muy difícil de cumplir para los usuarios, que deberán sortear todo tipo de requisitos para poder acceder a los beneficios en materia energética. Todo basado en estimaciones de consumo que pueden distar mucho de la realidad.
“La Canasta Básica Energética (CBE) contempla las necesidades básicas de consumo de electricidad y de gas de los hogares, para cada mes del año, según su ubicación geográfica conforme al mapa de zonas bioambientales de la República Argentina -establecido por la Norma IRAM 11603- y a la conformación del hogar: de 1 a 2 personas, de 3 a 4 personas, o más de 5 personas”, explicó el Gobierno. Así, el Estado buscaría reducir la asistencia a hogares con ingresos “subdeclarados” o en negro, algo que comprende a gran parte de las casas argentinas en medio de la crisis.
La CBE de Javier Milei es pesada
Por otra parte, un sector de la oposición en el Congreso señaló que las complicaciones no serían exclusivas de la clase media, que en su mayoría clasifica actualmente como beneficiarios clase 2 del esquema vigente. También complicaría fuertemente a los funcionarios encargados de fiscalizar el direccionamiento de los recursos asistenciales.
En ese sentido, los opositores criticaron los plazos de implementación, previstos para abril. Algo que, teniendo en cuenta la cantidad de información que se debe procesar para determinar quienes califican al beneficio, parece difícil de lograr, más aún en un contexto con la pobreza rondando el 60%.
También se señaló la falta de contemplación para todos los consumidores por fuera de las redes de gas natural. Con el nuevo esquema, los usuarios de garrafas sociales podrían quedar en un limbo, siendo los más vulnerables.
Por último, el arco opositor no estaría de acuerdo con el avance del esquema teniendo en cuenta la fuerte y dura merma del consumo que se está produciendo. Tan solo en febrero, segmentos como farmacia y alimentos vieron caer sus ventas entre un 37% y un 45%, revelando un fuerte golpe a la capacidad de consumo en áreas sensibles.
Sin energía
El nuevo esquema deja fuera del beneficio de energía a quienes tengan titularidad de una aeronave, titularidad de embarcación de lujo o con fines recreativos, titularidad total de dos o más inmuebles, titularidad de al menos un automóvil con una antigüedad inferior a 5 años o dos automóviles con una antigüedad menor a 10 años, titularidad de al menos un automóvil de lujo o colección independientemente de la antigüedad que registra, titularidad de medicina prepaga no vinculada a empleo en relación de dependencia (total o por derivación), más de una salida a países no limítrofes en los últimos 5 años, pertenencia al directorio o ser propietario de una empresa privada (IGJ), consumos en tarjeta de crédito superiores a cinco Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM), lo que equivale a $1 millón, compra de moneda extranjera en al menos uno de los últimos tres meses, consumos en billeteras virtuales superiores a cinco Salarios Mínimos Vitales y Móviles (SMVM), lo que equivale a $1 millón y consumos en telefonía móvil superiores al 25% del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM), lo que equivale a $50,700 desde marzo.