El mercado cambiario siendo un terreno de volatilidad y especulación a pesar de la relativa calma del último mes. Este viernes (20/9), el dólar blue se negocia a $1.250 en la City Porteña, mientras que en el segmento bursátil, el contado con liquidación (CCL) se sitúa en $1.213 y el dólar MEP ronda los $1.193.
La apreciación del peso frente al dólar ha sido uno de los principales focos de atención en la agenda económica de los últimos meses, marcando el fenómeno conocido como "súperpeso", que viene sorprendiendo tanto a analistas como a inversores.
¿Hay superpeso?
En este contexto, el fortalecimiento del peso no es fruto del azar, sino de una combinación de factores que incluyen las políticas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) y la reactivación del carry trade, una estrategia financiera que busca capitalizar las diferencias en las tasas de interés entre distintas economías.
Los beneficios y riesgos de la apreciación
Si bien esta fortaleza cambiaria ha tenido ciertos efectos positivos, como el incentivo al carry trade y la reducción de la demanda de dólares para importaciones debido a las recientes restricciones, también se presentan claros desafíos.
Los productos nacionales se encarecen en términos relativos, lo que dificulta la inserción de las empresas locales en mercados externos, afectando así la balanza comercial.
Un ajuste abrupto en el tipo de cambio podría provocar un alza inflacionaria significativa, afectando el poder adquisitivo de los salarios y generando tensiones sociales en un país que ya enfrenta altos niveles de pobreza e inflación crónica.
La visión de los actores internacionales
En este marco de incertidumbre, instituciones como JP Morgan también han emitido sus previsiones. Según la entidad, la inflación mensual en Argentina promediará el 3,6% hasta noviembre de 2024, con un repunte hacia fin de año, mientras que para diciembre de ese año se espera que la inflación alcance un 127% anual.
Este escenario prevé una eventual estabilización si el país logra implementar un régimen cambiario más sostenible y una unificación del mercado de divisas. Asimismo, proyectan una desaceleración de la inflación a un ritmo mensual del 2% para 2025, lo que sería coherente con una inflación anual del 35% a finales de ese año.
No obstante, JP Morgan también advierte que la liberación de los controles de capital, un aspecto clave para la normalización de la actividad económica, podría generar nuevas presiones inflacionarias, especialmente si se realiza de manera apresurada o en un entorno de mayor volatilidad.
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