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Racing perdió, ¿qué hará Fernando Marin?

Racing volvió a la rutina de perder. ¿Qué hará ahora la agrupación SARCAC (Socios Autoconvocados del Racing Club Asociación Civil), que solicitan que la entidad de Avellaneda vuelva a ser una Asociación Civil sin fines de lucro? Blanquiceleste, con un pasivo de más de $ 70 millones, tiene un escenario muy difícil por delante. Hay un contrato que defiende a Marin pero el único interesado en respetárselo es Daniel Lalin, con quien Marin y Julio Grondona parecen no querer ni hablar.

Instituto se regaló un triunfo, en Córdoba, que le puede servir de mucho de cara a las 8 fechas que faltan para que termine la temporada. Y hundió un poco más al Racing Club de Avellaneda, y a Blanquiceleste S.A., que gerencia el club. Anoche derrotó 1-0 a Racing Club de Avellaneda y sumó tres puntos muy importantes en su lucha por la permanencia. La Gloria sigue en zona de descenso directo, pero el triunfo en el Estadio Córdoba le servirá de mucho si empieza a sumar de a tres en las próximas fechas y los rivales directos no lo hacen. En un día que se presentaba para la memoria, Racing quería acordarse de cómo era ganar. Sin triunfos en el Clausura y con pocos puntos como para satisfacer la necesidad de sus hinchas, pretendía volver al viejo deseo –tan añejo como el arranque del Clausura- de la victoria. Instituto, complicado con el descenso, todavía soñaba con empezar a dejar la zona descenso. Los dos equipos que menos goles convirtieron y que más recibieron en la temporada. Racing comenzó manejando la pelota. La Gloria, sin embargo, no se quedaba atrás: Bergessio respondió con un remate cruzado que tapó Campagnuolo. El gol era esquivo para Instituto en los últimos partidos. Generaba situaciones, pero no las convertía. Ayer se abrió el arco y lo padeció el pobre Racing, que todavía no ganó en el Clausura. Caprari tuvo su premio por todo lo que hizo durante el partido. Junto con Bergessio corrieron todo y molestaron la salida de la Academia. La Gloria tuvo otra situaciones de gol en los pies de Bergessio, Barrientos y Añaños, pero entre la falta de puntería y Campagnuolo ahogaron el segundo grito albirrojo. La victoria estaba justificada hasta los 25 minutos del segundo tiempo. A partir de allí, Racing se hizo dueño del partido. Instituto se replegó peligrosamente en su campo de juego y la figura de Damián Grosso empezó a crecer. Tuvo que pasar apenas un cuarto de hora, para que el local se pusiera en ventaja. De pelota parada, esa arma que les gusta a los equipos con pocas variantes ofensivas y que hacen de un recurso, un método. Así, Caprari apareció en el borde del área chica para meter el primero en el duelo de los que menos sumaron. El partido se hacía chato. Moralez intentaba convertirse en manija, pero entre Añaños y Barrientos no lo dejaban. En un rebote de córner, Cabral le pegó en el área, Menghi la desvió con la cabeza, pero el remate se fue por encima del travesaño. La falta de ideas y de poder ofensivo se fue adueñanado de La Academia. Simeone probó con Villanueva por Luna, para intentar cambiar la historia. Caprari no supo definir dentro del área y después Añaños probó de afuera del área y casi mete el segundo. Era Instituto el que manejaba el partido. A los tumbos, intentando como fuera, desordenado aunque con empuje, Racing se lo llevaba puesto en los últimos quince al local. Valdemarín tuvo una nítida aunque se fue lejos. El equipo del Cholo le rodeaba la manzana a su rival, pero no tenía la llave para saber cómo quedar frente y quebrar Grosso. Entonces, llegó un remate de Arano desde afuera del área que pegó en el travesaño. Después, Valdemarín probó desde adentro del área, pero Grosso tapó espectacular, la pelota quedó tarareando cerca del uno, entró Villanueva, pero, inexplicablemente, el chileno le pegó desde el costado derecho y la bocha salió al lado del otro palo, y afuera, claro. Así, La Gloria se llevó un triunfo que lo motiva: ganó cuatro encuentros entre el Apertura y el Clausura, dos fueron a Racing. La Academia sumó una nueva derrota y no sabe cómo salir de un laberinto que le muestra distintos caminos, pero nunca la salida. Su gente lo sigue sufriendo.