“¿Por qué voy a cambiar?" La declaración con la que Javier Milei cerró la entrevista que le hizo la agencia Bloomberg suena a provocación pero también refleja la convicción del Presidente en el rumbo que ha tomado para la administración del país. Milei reivindicó “el ajuste más grande de la historia de la humanidad” que aplica en la Argentina y remarca que aún así sus índices de popularidad no han sufrido el desgaste que cualquiera esperaría luego de 120 días de licuación de los ingresos y de motosierra sobre el gasto público, que condujo a un derrumbe de la actividad económica en el primer trimestre del año. El Presidente sostiene su entusiasmo con encuestas. Aseguró que si hoy se repitiera el balotaje que lo depositó en la Casa Rosada, ampliaría sus votos hasta el 58%. Son números similares a los de una medición de Aresco que incluye indecisos y votos en blanco. Es un escenario contrafactual. De cara al futuro la primera encuesta electoral que se conoció en los últimos días fue la de la consultora RDT, que le adjudica al oficialismo una intención de voto del 45% si los comicios legislativos fueran hoy. Pero ese test electoral no será hoy. Ni mañana ni pasado. Falta alrededor de un año y medio para que esa instancia se materialice. Es un tiempo en el que podría ocurrir cualquier cosa. Basta como ejemplo el proceso electoral del año pasado en el que Milei pasó de estar 3ero en las encuestas, primero en las PASO, segundo en la general y, finalmente, victorioso en la 2da vuelta. Es un periplo con el que puede entusiasmarse cualquier opositor, como -por si hace falta recordarlo- lo era el propio Milei.
PANORAMA
Javier Milei pone a prueba su capital político
A pesar del ajuste, el Presidente mantiene considerables niveles de apoyo. La crisis del dengue y los aumentos de tarifas desafían ese respaldo.
Tras la devaluación al principio del mandato, la consecuente disparada de los precios, el aumento parcial de tarifas, entre otros puntos, Milei conserva el visto bueno de alrededor del 50% de los consultados. La última encuesta nacional de CB Consultora, que se publicó en días recientes, le otorga al Presidente una aprobación del 51,3%. Distintos analistas, como Rosendo Fraga y Carlos Fara, coincidieron esta semana en que el fenómeno se sostiene principalmente en la expectativa de que el ajuste de Milei sea virtuoso. La encuesta de CB muestra que el 46% de los consultados cree que dentro de un año la situación económica mejorará, cifra que se estira al 50% si el plazo es hasta el final del mandato presidencial. Otro dato: el 60% cree que el ordenamiento de la cuentas públicas es necesario. Pero tanto Fraga como Fara estiman que la tolerancia social empezará a encontrar límites hacia el segundo semestre del año. Para entonces, el Gobierno deberá ofrecerle a la sociedad señales concretas de que el rumbo, tal como está convencido Milei, es el correcto.
El Presidente mantiene considerables niveles de apoyo, pero los pone a prueba todo el tiempo. La mala gestión de la crisis del dengue puede llegar a impactar en el humor social. El Gobierno abrió tardíamente la importación de repelentes ante un faltante en el mercado local que genera temor entre las familias. Se registraron alrededor de 129 muertos por la epidemia, una cifra récord. En paralelo se niega a lanzar una campaña de vacunación, a pesar de la recomendación al ministerio de Salud de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (Conain) de realizar inoculaciones focalizadas en poblaciones de riesgo. La crisis obligó al titular de la cartera sanitaria, el “exquisito” Mario Russo, a salir del anonimato para denunciar que “los laboratorios, los medios y la casta aprietan" para lanzar una campaña de vacunación. También ratificó que la estrategia de prevención corresponderá a las provincias. Salta, Misiones y Corrientes decidieron iniciar la campaña de vacunación por sus propios medios, mientras que la provincia de Buenos Aires reparte repelentes producidos en su Instituto Biológico de forma gratuita. El Gobierno Nacional también reduce a su mínima expresión la campaña de prevención en los medios. De como termine la crisis sanitaria dependerá el impacto que pueda tener la actitud asumida por el Gobierno en su imagen.
El ajuste en las tarifas de los servicios públicos será otro elemento que pondrá a prueba la relación entre Milei y la opinión pública. Este mes entran en vigencia los de las tarifas luz, gas y agua, que -depende el caso- podrían alcanzar hasta un 600%. Será otro apretón a los ingresos en un escenario en el que el Gobierno pretende digitar los acuerdos paritarios. El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó que no se homologará el aumento del 45% que logró el sindicato de camioneros para marzo y abril por considerarlo inflacionario. Caputo decretó así el fin de 2 dogmas del Gobierno: la no intervención del Estado para fijar precios y que la inflación es en todo momento y lugar “un fenómeno monetario”. Ahora también es producto de los aumentos salariales, según el ministro. Pablo Moyano, líder camionero, le dio un ultimátum al Ejecutivo: o se deposita el lunes los salarios con la recomposición acordada o el sindicato irá a un paro durante el cual, ya había advertido, “no se moverá ni una hoja en todo el país”. Una huelga de camioneros puede afectar la distribución de distintos bienes, la recolección de residuos y el transporte de caudales, entre otras ramas.
La secretaría de Trabajo validó, en cambio, el convenio con la patronal del sindicato de Sanidad que lidera Héctor Daer, triunviro, al igual que Moyano, en la conducción de la CGT. A pesar de la presión del camionero, la central gremial posterga la definición de un un 2do paro nacional en lo que va de la gestión Milei. Tras una reunión de la mesa chica cegetista, se anunció que el Consejo Directivo de la central definirá este jueves 11/04 qué medidas de fuerza se adoptarán. Esta semana pararon los estatales de ATE por los despidos y los docentes de CTERA por la restitución del fondo de incentivo a las provincias, con movilizaciones que desafiaron el protocolo de piquetes de Patricia Bullrich.
El Fondo de Incentivo Docentes fue uno de los temas que los gobernadores del norte trataron con el ministro del Interior, Guillermo Francos, la semana pasada. Otros recortes, como el de la obra pública, fueron parte del menú discutido en la reunión que Francos y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, tuvieron con los mandatarios del exJuntos por el Cambio. El objetivo del Gobierno en ambos encuentros fue el mismo: acercar posiciones para lograr la aprobación de la versión light de la ‘Ley ómnibus’ y el paquete fiscal. Los mandatarios excambiemitas mostraron vocación de apoyar las iniciativas, aunque manifiestan sus reparos. Uno de ellos tiene que ver con la restitución del impuesto a las Ganancias. Piden un impuesto a los altos ingresos, con un piso no inferior a los $1,6 millones mensuales, y que se “regionalice” teniendo en cuenta las características de ingresos de acuerdo a la zona del país. El Gobierno enviaría en los próximos días su propuesta definitiva.
No estuvo en la Casa Rosada para esa reunión Jorge Macri, porque al mismo tiempo tenía un mano a mano con Luis Caputo para destrabar los pagos por coparticipación que Nación le debe a la Ciudad de Buenos Aires. Son fondos que le devolvió al gobierno porteño la Corte Suprema que Milei quiere completar con el polémico juez Ariel Lijo. La nominación del magistrado sigue cosechando rechazos, incluso en filas libertarias. El senador formoseño Francisco Paoltroni confirmó su rechazo al pliego imputándole a Lijo haber favorecido al gobernador de su provincia, el eterno Gildo Insfran, en la causa Ciccone. También se sumó al coro de impugnaciones Alberto Benegas Lynch (h), figura de gran influencia en Milei. El economista usó una figura que pega en la línea de flotación del Presidente: dijo que el juez icónico de Comodoro Py representa todo lo contrario a Juan Bautista Alberdi, prócer liberal que Milei ubica como faro. Dicho de otra forma, proponer a Lijo va a contramano de la "batalla cultural" que jefe de Estado dice estar librando. ¿Está en riesgo la aprobación del pliego de Lijo? No se ha visto ningún pronunciamiento de relevancia en contra de la nominación entre los senadores que tienen que votarla, incluido el presidente de la UCR, Martín Lousteau, aunque cerca suyo dan por hecho que habrá “consenso” para la aprobación. Será fundamental, no obstante, el rol del kirchnerismo, sin cuyo apoyo parece inviable alcanzar los 2 tercios que depositen al juez en la Corte. Cristina Kirchner reapareció con un mensaje en un foro de Nuevo Encuentro, el partido de Martín Sabbatella, en el que advirtió sobre el agravamiento del cuadro económico y social. Pero de Lijo, ni una palabra. Ni a favor ni en contra.
Cristina puso el foco sobre los aumentos tarifarios que se vienen. Anticipa allí “un punto de inflexión”. Hay un antecedente: los aumentos que llegaron a superar el 1000% en 2018 fueron un factor decisivo, aunque no el único, en la ruptura entre Mauricio Macri y el electorado que lo había avalado el año anterior en la elección de medio término. En la Casa Rosada no soslayan el precedente. Patearon para junio la quita de subsidios que dispararía aún más los valores de las facturas. Sin estructura ni legislativa ni territorial, Milei debe preservar el vínculo con la opinión pública, su principal capital político. Tal vez el único.
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