CÓRDOBA. Las marchas no paran en Córdoba, una ciudad que parece ser rehén de una realidad muy cerca de estallar (si es que ya no lo hizo). Hace semanas, la capital provincial y segunda ciudad más poblada del país sufre protestas diarias por diferentes motivos, que cooptan las calles y producen varios problemas a personas que, muchas veces, no tienen nada que ver con lo que se reclama.
Córdoba imposible.
Además del lógico caos vehicular que generan las marchas, la frecuencia de estas últimas ya comenzaron a tener efectos más graves, como el resentimiento en las ventas de los comercios céntricos. Esa área, altamente comercial y que es fundamental para la economía provincial y nacional, es la elegida para hacer los reclamos.
Por otra parte, las marchas también entorpecen al turismo y a la actividad ejecutiva que se desarrolla a diario en la zona, dos rubros que inyectan dinero en una economía más que necesitada. Todo ello sin contar el despliegue permanente de fuerzas de seguridad, que aminora la capacidad de respuesta ante el delito que, por cierto, está que arde.
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Tanto las autoridades de la Municipalidad de Córdoba como el Gobierno provincial han reducido al mínimo las posibilidades de enfrentamientos en las marchas que se producen a diario. Ambas gestiones demostraron la voluntad de brindar el derecho a la protesta (algo indiscutible), aunque eso termina por alienar otros tantos.
Así las cosas, la situación en Córdoba es caótica hace varias semanas. Por ejemplo, tan solo en el día de hoy, se esperan tres manifestaciones simultáneas.
La primera y de mayor tensión será la del sindicato de municipales (SUOEM), que pide un aumento del 63% para el segundo semestre del año, algo poco fácil de conciliar. Por los antecedentes del gremio, el foco de la seguridad se posará allí.
A ellos, en otro sector de la ciudad, se sumarán los empleados de la Empresa Provincial de Energía Eléctrica (EPEC), en reclamo por la presunta reforma laboral que se avecina y por la “precarización del servicio” ante el recorte de áreas en la entidad pública. Se espera que esta marcha también sea mediana, y que se replique en diferentes puntos de la provincia.
Por último, se dará una nueva marcha del Polo Obrero. El movimiento de izquierda volverá a movilizarse en Córdoba, como casi todas las semanas, bajo la consigna de reclamar alimentos para comedores y merenderos sociales.
En los tres casos, se tratan de marchas de mediano calibre, aunque generan todo lo que produce una marcha masiva. Caos, pérdidas y mucha molestia.
“El Gobierno no entiende la magnitud y la cantidad de dinero que va a perder el comercio de Córdoba, porque el centro va a estar sitiado por piqueteros", señalaron los comerciantes de la ciudad a Cadena 3. "Ninguno va a abrir caja porque sitian el centro pero asimismo tienen que seguir pagando empleados, luz y alquileres", continuaron, apuntando además que, al mes, se pierde al menos una semana comercial.
De esta forma, y luego de una pandemia que fulminó a varios negocios, la prioridad debería ser mantener en pie los que quedan.
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