CÓRDOBA. En medio de una ola de cambios de oficialismos provinciales, Martín Llaryora volvió a medir el tamaño de su victoria en Córdoba. El gobernador electo del PJ logró darle continuidad al ‘partido cordobés’ en junio y luego vio como muchos de sus pares fueron cayendo en provincias con aparatos incluso más instalados que en la provincia mediterránea.
2024
PJ: Martín Llaryora y otro domingo sumando
Martín Llaryora recibió los resultados de Chaco como una nueva prueba de que su performance en Córdoba fue una hazaña oficialista.
En ese orden, la caída de Jorge Capitanich en Chaco volvió a adelantar a Llaryora en el tablero peronista a nivel nacional, entregando aún más valor a lo hecho por el intendente cordobés. Cabe recordar que el sanfrancisqueño no solo retuvo la provincia, sino también la Municipalidad de Córdoba Capital con su socio Daniel Passerini.
Con el tropiezo de ‘Coqui’ confirmado y un octubre incierto para el oficialismo nacional, las acciones de Martín Llaryora en el PJ quedaron al alza. Aunque, claro, su posible protagonismo de aquí en adelante dependerá de la performance de Sergio Massa como candidato de Unión por la Patria.
Si bien Llaryora se posicionó junto a Juan Schiaretti bajo un discurso crítico del Gobierno nacional, la realidad indica que todos pertenecen al ecosistema peronista. Un espacio que, a partir del 2024, buscará actores de recambio sin importar los resultados presidenciales.
Atento a ello, Martín Llaryora se dispondrá a asumir en Córdoba el próximo 10 de diciembre. Sin embargo, el gobernador electo no esperaría a esa fecha para pronunciarse como un líder proyectado.
De hecho, su discurso reciente de los “pituquitos” lo posicionó como un dirigente con una voz fuerte y capaz de entonar una postura clara y concreta, algo que no todos han podido lograr en los últimos años peronistas. Además, también demostró pericia política para manejar el entorno.
Una muestra de eso fue la apertura de Hacemos Unidos por Córdoba, espacio al cual incluyó a dirigentes opositores como medida de campaña. Así, Llaryora demostró una apertura al diálogo mucho mayor que lo que pueden ostentar los líderes peronistas a nivel nacional en la actualidad.
“Hay que ganar la elección presidencial en Córdoba. En el peronismo nacional que viene, Martín va a ser el protagonista de la renovación de nuestro partido, que hace 20 años fue colonizado por el kirchnerismo”, dijo al respecto Schiaretti en su acto más reciente como candidato a presidente. Actualmente, la campaña del ‘Gringo’ es empujada por Llaryora y su juventud dirigencial.
Al respecto, el gobernador cordobés electo ya marcó sus inicios con mucha más presencia nacional que su predecesor. Algo que había quedado pendiente en el tintero del PJ cordobés desde tiempos de José Manuel de la Sota y el propio Schiaretti.
“Ahora, en lo que estoy concentrado es en apoyar a Juan en la campaña presidencial, terminar bien mi gestión en la Ciudad y preparar mi equipo para la Provincia. Así será hasta el 22 de octubre”, señaló Llaryora respecto a su futuro. En principio, el cordobés se mantendría impermeable a los destinos que posiblemente se definan en noviembre.
En cualquiera de los tres escenarios posibles, Llaryora tendría una posición de poder renovado. Aunque en el que mayor proyección se presentaría sería en el de una victoria de Javier Milei.
Victoria en Alta Gracia
Además de la noticia de Chaco, Llaryora también recibió novedades locales el domingo por la noche. Se trata de la victoria de Marcos Torres en Alta Gracia, una de las ciudades más importantes del “conurbano” cordobés.
El actual intendente retuvo la ciudad con el 58% de los votos y venció a la opositora Amalia Vagni, de Alta Gracia Cambia, que tan solo cosechó el 19,22% de los votos.
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