Martín Llaryora se plantó en el patio de los "pituquitos"

Con el poder asegurado en Córdoba, Llaryora se mostró mucho más suelto y decidido a marcar su impronta. En su discurso, volvió a poner en agenda el “porteñocentrismo” que supo colocar en foco el 23 de julio pasado, con la victoria de Daniel Passerini en la Municipalidad de Córdoba.

De hecho, ese discurso es el que se tornó central tanto a nivel provincial como así también en la campaña nacional de Juan Schiaretti. Una especie de combustible para un largo trabajo hasta octubre, que posiblemente termine con el gobernador actual fuera de la Casa Rosada.

A pesar de que las posibilidades de que Schiaretti sea presidente son remotas, para Llaryora lo que se juega no es simplemente un cargo. Se trata de su proyección de cara a 2027, lo que explica la banca del nuevo líder del PJ cordobés a su predecesor.

En ese orden, a Llaryora le resultará fundamental contar con un fuerte brazo armado en el Congreso. Algo que puede cotizar más o menos según quién se quede con el bastón de mando.

En un escenario de victoria de Unión por la Patria, Llaryora deberá contar con un buen capital legislativo para poder convertirse en un gobernador influyente a nivel nacional. Con esa herramienta asegurada, incluso podría ser el líder de los gobernadores para una nueva etapa del PJ.

Por otro lado, un escenario de derrota contundente del oficialismo le abriría las puertas a ser un líder directo del PJ nacional. Para ello, Llaryora deberá contar con legisladores que le surtan potencial de liderazgo en un mapa que se reconfiguraría en caso de que Unión por la Patria quede fuera de un balotaje, por ejemplo.

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Martín Llaryora le aporta energía a la campaña de Schiaretti.

Atento a ello, el gobernador electo se mostró dispuesto a “empujar el carro” tanto como lo hizo con su candidato,Daniel Passerini. “Van allá a faltarnos el respeto, a querer decirnos cómo hacer. Hace poquitas horas, casi antidemocráticamente, fueron a pedirnos que nos bajáramos. Yo les digo: por qué no se bajan ustedes, que son los responsables y causales de esta crisis económica y social. Bájense ustedes y háganle un favor a la patria. Es más, si se bajan los responsables de la grieta, le hacen un bien a la Argentina y de esa manera el pueblo argentino puede optar por dos opciones de cambio real: en una, tal vez el abismo; y en la otra, la certeza, la gestión, la esperanza, el proyecto general, el futuro de una Argentina de progreso, de paz y de esperanza”, vociferó en un tono que, a cualquier desprevenido, lo hubiera sugerido como candidato a sí mismo.

“Nos vienen a hablar de voto útil, yo les voy a hablar del voto inútil. Inútil es votar a los mismos de siempre, a los partidos que les tocó gobernar y no supieron qué hacer, inútil es votar aquellos que nos hundieron en el fracaso. Útil es votar a aquellos que cuando les tocó gobernar lo hicieron bien”, disparó Llaryora. claro, en todo su discurso evitó hablar de los “pituquitos”, ya que se encontraba en el patio de los mismos.

Sin embargo, su tono no mermó a pesar de donde estaba parado. “Si votan a los mismos, después no se quejen. Estar con Juan es estar con un gobernador de lujo, es estar con un estadista, a quien el país necesita”, sentenció en su discurso que terminó bajo un aplauso cerrado.

Así las cosas, Llaryora volvió a dejar en claro que, al menos hasta octubre, el apoyo a Schiaretti está completamente sellado. Más adelante, el nuevo gobernador cordobés tampoco entregará la cartera a pesar de los coqueteos de muchos, o al menos no de forma explícita.

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