CÓRDOBA. Martín Llaryora no es Juan Schiaretti, pero se parece bastante. A pesar de que el candidato a gobernador de Córdoba por el peronismo oficialista de esa provincia quiera marcar su propio sello en lo que sería un eventual gobierno suyo, no se aleja demasiado de las prácticas del legendario dirigente que lo llevó hasta ese lugar.
GOBERNADORES
Martín Llaryora y un encuentro que augura la implosión K
Martín Llaryora acompañó la ruptura del bloque del Frente de Todos en el Senado con un encuentro que pinta el futuro kirchnerista solitario.
Claro, no es casualidad que Schiaretti haya elegido al sanfrancisqueño como su heredero. Algo tuvo que notar parecido en su visión política.
En ese orden, Martín Llaryora se encargó de dar una nueva señal de ello ayer por la tarde cuando, tras el fuerte cimbronazo en el Senado por la ruptura del bloque del Frente de Todos, se mostró con el candidato a gobernador santafesino del oficialismo, Roberto Mirabella. El encuentro se produjo entre los hombres fuertes de Juan Schiaretti y Omar Perotti, dos gobernadores que tuvieron mucho que ver con lo sucedido ayer en la Cámara alta.
Bien sabido es que Schiaretti hace rato quiere concretar la sumatoria de Perotti a su movida nacional, por la cual quiere concretar un espacio amplio que termine de aislar al kirchnerismo. En esa materia, la sumatoria de un dirigente clave como Perotti podría asegurar que, de una vez y por todas, las provincias productoras tomen la decisión de emanciparse de un kirchnerismo que dirige para el AMBA.
Si bien el gobernador de Santa Fe aún no confirmó su participación en el peronismo de Schiaretti, la realidad indica que su sumatoria sería inminente, luego de años de buena relación con el cordobés. Ambos comparten el final de sus carreras políticas en sus respectivas provincias y estarían dispuestos a combinar sus capitales políticos para dar paso a una nueva era sin kirchnerismo dentro del peronismo.
Bajo esa coyuntura, la reunión de Llaryora y Mirabella no fue casualidad. De hecho, el agasajo al diputado santafesino responde a una movida táctica del cordobés, que quiere apuntalar la relación estratégica con Santa Fe de cara al futuro.
Según el candidato santafesino, en el encuentro se tocaron temas muy parecidos a una agenda que pronto será compartida por Schiaretti y Perotti a nivel nacional. “Junto con Martín Llaryora, compartimos las mismas posiciones en defender nuestras provincias. El gobierno nacional es rápido para recaudar de nuestra producción, pero lento para hacer obras que ayuden a producir más”, señaló Mirabella, en un tono que perfectamente podría haber salido de la boca del mismísimo Schiaretti.
“Asumimos el compromiso de terminar los acueductos que comenzaron Schiaretti y Perotti, que llevará agua potable a las familias cordobesas y santafesinas. Vamos a seguir Luchando por lo que es nuestro, para que la Nación no se siga llevando los recursos de nuestras provincias”, lanzó el diputado, dejando claro que en Santa Fe, el modelo del AMBA viene en picada y probablemente tenga un futuro difícil en caso de que se combinen oficialismos como ahora. Aunque deben pasar muchas cosas aún.
Por el lado de Martín Llaryora no hubo expresiones al respecto, aunque la movida fue evidente. El sanfrancisqueño lanzó un guiño fuerte a su patrocinador y augura un futuro complicado para los fundamentalistas del kirchnerismo dentro del peronismo que no estén dispuestos a flexibilizar sus posturas.
En ese sentido, Juan Schiaretti parece seguir una serie de pasos que no solo apuntan a lanzarse como candidato y competir, sino también a ir generando micro implosiones en la estructura del Frente de Todos, que sin las provincias apoyando nunca hubiera llegado al poder. La carta de los gobernadores, tal vez la más pesada, parece ir pasando a manos del cordobés, tanto en el presente como en un posible futuro.
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