CÓRDOBA. El actual intendente de Córdoba, Martín Llaryora, es el primer nombre que aparece con firmeza para ser candidato a gobernador en todo el tablero político que va tomando forma de cara a 2023. En una decisión casi consumada, el PJ cordobés no pasaría mayores sobresaltos gracias a que su líder, Juan Schiaretti, tendría la palabra final sobre su sucesor, desestimando cualquier intento de interna por parte de otros integrantes al menos a nivel gobernación.
2023
Martín Llaryora, el heredero de Schiaretti que desvela a JxC
Martín Llaryora será candidato a gobernador de Córdoba en 2023 y pone nervioso a Juntos por el Cambio. ¿Trueque de oficinas?
El recambio que enfrentará el jefe municipal de Córdoba capital será histórico y muy pesado: tras más de 22 años de gestión entre Juan Schiaretti y José Manuel de la Sota, un nuevo nombre se inscribirá en la oficina del gobernador, sea cual sea el partido ganador. Atento a ello, Martín Llaryora ya se encuentra trabajando en pos de lograr ese objetivo y no defraudar a su mentor, que estaría más que decidido a pasarle el bastón de mando.
Con la maquinaria de campaña con gestión en marcha, de la cual Hacemos por Córdoba es experto, al intendente cordobés le queda un camino de gestión ordenada para llegar a su objetivo. Es decir, traer “el carro” tal y como lo viene haciendo, sin mayores sobresaltos, y redoblando esfuerzos en obras e intervenciones para hacer crecer su imagen.
Así, la solidez de la candidatura no sólo entusiasma a muchos en peronismo de Córdoba, que ven en el intendente un heredero natural del poder gracias a su demostrada capacidad de liderazgo en la segunda ciudad más grande del país y una de las más grandes de Latinoamérica, sino también pone en guardia a la oposición.
Desde Juntos por el Cambio observan atentamente cada movimiento del PJ schiarettista, y en las últimas semanas, la consolidación de Martín Llaryora como heredero de Juan Schiaretti ha encendido las alarmas, ya que podría complicar los planes cambiemistas para tomar control del gobierno provincial. Y eso por una táctica que se viene barajando en el oficialismo.
La misma comprendería un bloqueo de imágenes. Es sabido que Luis Juez aventaja a todos dentro de la coalición para convertirse en candidato, e incluso está algunos puntos por encima del propio Martín Llaryora en términos de imagen.
Por ello, el peronismo cordobés tendría planteado el siguiente movimiento. En primer lugar, disponer que las elecciones provinciales se despeguen de las nacionales, pero vayan conjunto a las municipales en Córdoba, sacando de juego las influencias nacionales.
En segundo orden, la intención es que la figura de Martín Llaryora esté acompañada por la de Juan Schiaretti. El gobernador cordobés ya acompañó en 2021 a su dupla Alejandra Vigo-Natalia de la Sota.
Precisamente, este segundo movimiento es el que más preocupa en Juntos por el Cambio. En los últimos días, y ante la falta de un sucesor claro del intendente, surgió el rumor de que el propio Schiaretti podría integrar el tándem yendo por la intendencia, algo insólito en la historia cordobesa.
De ese modo, Hacemos por Córdoba intentaría bloquear a Luis Juez y Rodrigo De Loredo, el dúo que por ahora se viene mostrando con mejores chances en Juntos por el Cambio. Y eso también abriría la posibilidad de una negociación de intercambio (gobernación a cambio de intendencia) que podría terminar de partir a la oposición, al igual que ocurrió en 2019.
Con esta versión de la jugada, que se contrapone a las intenciones nacionales de Juan Schiaretti, Martín Llaryora logró poner nerviosos a los socios de Juntos por el Cambio, que a su vez desatan discusiones internas. Lo cierto es que, en tiempo de definiciones, quien se arma primero corre con la ventaja de poder ir metiendo “el dedo” en la cocina de sus rivales, algo que el intendente cordobés parece haber entendido a la perfección.
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