"El día que pensé que Carlos Slim me ha estafado"

Relato de un usuario desesperado del servicio de modem de Claro, con servicio de prepago.

En febrero decidí comprar un modem para acceso inalámbrico a internet. 2 amigos que no se conocen entre ellos -Gustavo Hernández y Silvio Robles- me comentaron el servicio de Claro, empresa de América Móvil.
Cuando fui a comprar el equipo me preguntaron si quería un abono mensual pero respondí que no porque ignoraba la calidad del servicio, y relacionarme por un período mínimo de año y medio era riesgoso; prefería experimentar con un sistema de prepago, que suponía asumir un riesgo de menor precio.
En la sucursal de Claro de avenida Cabildo y Roosevelt, en el barrio de Belgrano, adquirí el modem que llegó con un obsequio de $ 20.
Luego viajé al balneario atlántico Mar de las Pampas, donde nunca conseguí conectarme a internet utilizando el modem de Claro.
De todos modos, en Mar de las Pampas hay una grave deficiencia de antena para telecomunicaciones y se utilizan las de Villa Gesell, sobredemandadas a su vez en el período estival.
Entonces, durante el día a menudo era difícil conectarse desde el móvil de Movistar. Por lo tanto no resultó tan extraño, reflexioné, que tampoco pudiera utilizar el equipo de Claro.
De regreso a Ciudad de Buenos Aires, de todos modos me presenté a la oficina donde había comprado el equipo y expliqué mi desventura solicitando que me explicaran el funcionamiento correcto del módem.
Antes que nada, 2 personas (la que me atendía desconocía el funcionamiento del módem, un verdadero inútil pero la culpa es de Claro por brindarle capacitación, por lo que tuvo que llamar a un compañero suyo de trabajo), verificaron si yo tenía saldo en la cuenta de pre-pago y resultó que yo ni siquiera había utilizado los $ 20 que me habían obsequiado. Ni los $ 10 que le había agregado por mi cuenta.
El sistema consiste en enviar, desde el equipo informático y como SMS, al 454, un pedido de acreditación de tiempo de navegación.
Me retiré convencido de que esta vez sí lo lograría y como demostración de mi fe renovada le agregué una carga virtual de otros $ 20.
Sin embargo solamente en 1 oportunidad de las 10 que intenté conseguí que el sistema de Claro me concediera tiempo de navegación.
El módem lo compré para situaciones de emergencia: o porque tengo que cargar una nota en Urgente24 y me encuentro en un lugar sin Wi-Fi o porque se cortó la luz y me quedé sin Fibertel.
Por lo tanto esas 10 ocasiones fueron situaciones críticas, a las cuales Claro sólo me brindó una respuesta favorable en 10% de mis necesidades.
Así llegamos al martes 09/03 cuando al llegar a la oficina, volvió a caerse Fibertel, según dijeron por la reparación de un nodo importante.
Una buena oportunidad para demostrar la utilidad del módem de Claro.
Comencé a solicitar la acreditación de tiempo de navegación a las 16:50 y a las 17:10 ya me harté.
Llamé a un 0800 de Claro y me respondieron que el problema es que se satura la capacidad de respuesta del servicio de prepago.
Le expliqué al gentil telemarketer que eso no me lo habían explicado cuando compré el equipo. Luego, que hasta cuándo ocurriría esa situación.
Me respondió que lo ignoraba pero que hasta tanto ocurriera una ampliación de la capacidad de respuesta, la acreditación podría demorarse.
Luego, me dijo que él podía autorizarme la hora de navegación solicitada pero le dije que yo no podía estar llamando al 0800 cada vez que quisiera utilizar mi saldo disponible y que quería encontrar una forma más normal de acceder.
Me dijo que había un *611 o lo podía solicitar desde la página web de Claro, a la que sí podía acceder aunque no tuviera el período de navegación autorizado.
Cuando intenté enviar mi solicitud por la página web, me respondió una leyenda que explica que en ese momento no podía utilizar el servicio.
En el *611 abandoné cuando se habían cumplido 8 minutos y no me respondían.
Una lástima porque la única vez que me autorizaron a navegar, el servicio es interesante, bastante rápido. En esa ocasión demoraron 12 minutos en responder a mi SMS.
Pero en esta ocasión habían transcurrido 40 minutos y tuve la sensación de que no solamente era un abuso de parte de la compañía mexicana sino también una estafa de parte de la empresa de Carlos Slim Helú.
Justo horas antes había leido una nota de la web mexicana CNN Expansión que afirmaba que Telefónica Móvil y Telefónica competían a cara de perro en la región, que Telefónica Móvil conseguía vender más líneas y Telefónica conseguía vender más servicios de triple play.
Es muy diferente leer noticias que experimentar la frustración del consumidor/usuario insatisfecho.
Probablemente Carlos Slim no atraviese situaciones tan desoladoras por lo que no podrá comprender mi situación, y quizá es injusto de mi parte considerarlo el culpable directo de mi desventura.
Pero soy periodista y siento que si Claro se portó mal conmigo y, entonces, tengo derecho a defenderme de la manera más convincente posible. Hoy día pasa por considerarme estafado en mi buena fe por Slim y su gente.
Algo importante: si la gente de Prensa de Claro desea comunicarse conmigo (¿tendrán lengua como otros humanos?, me he preguntado), que por favor no apelen a una señorita de apellido Scoccimarro porque no solamente no atiende el teléfono cuando lo derivan desde el conmutador sino que tampoco responde a los mensajes en su contestador telefónico, por lo que ahora cualquier gesto sería muy hipócrita de su parte.
Resultaría interesante que los accionistas de Telefónica Móvil se enteraran lo escasamente comunicativos que resultan los de Prensa de Claro en la Argentina.
En fin, no me hablen del servicio de Claro con sistema de prepago,
Atentamente
Edgar Mainhard
Director de Urgente24