Tu mascota puede enfermarte, y vos contagiarla (riesgos ocultos que no te cuentan)

Zoonosis.

La ciencia confirma que la relación entre un humanos y su mascota nunca fue tan estrecha como ahora. Dormís con tu gato, compartís el sillón con tu perro y hasta dejás que te den besos. Pero esta intimidad pone en riesgo la salud: las enfermedades zoonóticas representan patologías que viajan entre especies sin que te des cuenta.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 60% de los patógenos que afectan a los humanos provienen del reino animal. Este intercambio biológico funciona en ambas direcciones: no solo ellos pueden enfermarte, sino que vos también podés transmitirles virus, bacterias y hongos que pongan en riesgo su vida.

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Ciencia: Cuando vos sos el peligro para tu mascota

Contrario a lo que muchos creen, los humanos también actuamos como vectores de contagio. Durante los picos de gripe estacional, gatos y hurones pueden infectarse con los mismos virus que nos afectan. Los síntomas suelen ser leves, pero en animales con defensas bajas las consecuencias se agravan rápidamente.

El COVID-19 marcó un punto de inflexión en esta problemática. El SARS-CoV-2 demostró su capacidad para saltar de humanos a gatos, perros y hurones, aunque la transmisión inversa sigue siendo poco frecuente. Sin embargo, los especialistas recomiendan mantener distancia con las mascotas cuando das positivo.

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La tiña en animales, también conocida como dermatofitosis, es una infección fúngica que afecta la piel, el pelo y las uñas. Afecta a diversas especies, incluyendo perros, gatos, ganado vacuno, entre otros, y es transmitida por contacto directo o indirecto con animales u objetos contaminados.

La tiña representa otro ejemplo de esta transmisión bidireccional. Aunque tradicionalmente se asocia con el contagio animal-humano, el Microsporum canis también puede seguir el camino inverso cuando una persona infectada acaricia a su mascota sin las precauciones necesarias.

Las amenazas silenciosas que viven en tu hogar

Del lado animal, las zoonosis presentan riesgos variables pero constantes. La toxoplasmosis, causada por el Toxoplasma gondii presente en las heces felinas, pasa desapercibida en adultos sanos pero puede generar complicaciones severas durante el embarazo.

La leptospirosis llega a través de la orina canina, especialmente cuando los perros beben agua contaminada en charcos o ríos. Esta bacteria provoca fiebre, vómitos y daño renal que puede volverse irreversible sin tratamiento oportuno.

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La leptospirosis es una enfermedad bacteriana zoonótica, transmitida a humanos por el contacto con la orina de animales infectados, especialmente roedores. Puede ser grave y requiere tratamiento rápido con antibióticos para evitar complicaciones.

Los reptiles domésticos esconden otro peligro: la salmonelosis. Tortugas, serpientes y lagartos portan esta bacteria en sus intestinos sin mostrar síntomas, convirtiéndose en transmisores silenciosos para familias desprevenidas.

La prevención se basa en tres pilares fundamentales: vacunación regular, higiene doméstica rigurosa y consultas veterinarias periódicas. Lavarse las manos después de cada contacto con las mascotas, mantener limpios sus espacios y evitar el contacto estrecho durante enfermedades respiratorias reduce significativamente los riesgos de contagio.

La convivencia con mascotas seguirá siendo una fuente inagotable de bienestar emocional, pero la información y la responsabilidad garantizan que esta relación se mantenga saludable para ambas especies.

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