La narcoviolencia en Ecuador no ceja. Una nueva masacre despiadada y el asesinato de un alto funcionario penitenciario reflejan la creciente inseguridad en el país tomado por narcotraficantes y la infeciacia de Daniel Noboa.
VIOLENCIA
Ecuador narco: Nueva masacre y asesinato de alto funcionario penitenciario
Otra masacre y el asesinato de un subjefe de agentes penitenciarios en Ecuador evidencian el estancamiento de la mano dura de Daniel Noboa.
Durante la madrugada del domingo (1/12), 10 personas fueron asesinadas a balazos en el cantón El Guabo, ubicado en la provincia de El Oro, zona rural del suroeste del país.
De acuerdo a NTN24, las víctimas habrían muerto por "impactos de proyectil de arma de fuego", en una vivienda en el sector La Victoria, en Barbones, informó el coronel Fajardo.
"Fueron atacados mientras descansaban”, agregó. Las autoridades encontraron algunos de los cuerpos en el interior de una vivienda, mientras que otros yacían sobre una carretera cercana. "Estaban tratando de escapar de esta masacre".
Según el Universo, los investigadores vinculan el ataque a la disputa entre bandas criminales que operan en la provincia de El Oro. Encontraron un panfleto con un mensaje intimidatorio que aludía a un ajuste de cuentas entre grupos delictivos.
Entre las víctimas, nueve son de nacionalidad colombiana y uno era ecuatoriano, identificado como Marco Antonio Isves Niemes, de 21 años.
Según las primeras investigaciones, ninguno de los fallecidos tenía antecedentes penales. Sin embargo, aún las autoridades investigan cómo ingresaron al país.
El caso ahondó la preocupación, ya que evidencia el creciente poder y peligrosidad de las bandas armadas en la provincia de El Oro, donde en solo tres días se han registrado 27 personas asesinadas en ataques armados.
Alto funcionario asesinado
Dos días antes, un grupo de sicarios asesinó Olger M, subjefe de agentes penitenciarios de una de las mayores cárceles de Ecuador, Centro de Privación de Libertad Cotopaxi Número situada en la andina provincia de Cotopaxi.
Detuvieron a 2 personas implicadas en el crimen que ocurrió en medio de la reubicación de reclusos. Días atrás, el Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI), la unidad penitenciaria del Estado, informó sobre la reubicación de 1.193 reclusos de dos prisiones de la región central andina del país.
Más allá de los esfuerzos del gobierno, la situación sigue siendo frágil y peligrosa. Las prisiones se han transformado en "centros de mando" de poderosos traficantes, y en refugios para protegerse de sus enemigos narcos.
El 12 de noviembre una nueva masacre en la Penitenciaría del Litoral, a las afueras de la ciudad costera de Guayaquil, demostró que las múltiples organizaciones criminales del país se están atomizando a un ritmo acelerado ante el estancamiento de la estrategia de mano dura del gobierno en materia de seguridad.
Miembros de un grupo conocido como los Duendes atacaron a una banda rival, los Freddy Kruegers. Los atacantes mataron al menos a 17 reclusos y dejaron más de una docena de heridos, según el Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de la Libertad (SNAI). Las víctimas fueron decapitadas y descuartizadas
La masacre es la última de una serie de incidentes, incluidos los asesinatos de tres directores de prisiones, que sugieren que las bandas se están imponiendo en las cárceles después de que el ejército se desplegara en enero para acabar con su control, según Insight Crime.
El hecho de que se suceden los incidentes en las cárceles confirma que los militares, encargados de su seguridad desde la situación del conflicto armado, son tan corruptos como sus predecesores.
Tal como contó Urgente24, la reinstalación de las bases militares extranjeras, los megaoperativos, las innovadores estrategias de seguridad, en fin, la ofensiva del gobierno de Ecuador contra el narcoterrorismo, poco sirve si el presidente Daniel Noboa no aborda su problema central: la corrupción.
En Ecuador los orígenes de muchos grupos criminales se remontan al turbio sistema penitenciario. Un claro ejemplo es el recientemente detenido William Alcivar quién antes de ser cabecilla de Los Tiguerones era un guardia la Penitenciaría de Guayaquil.
El gobierno de Daniel Noboa no parece muy dispuesto a erradicar el máximo problema del triunfo narco: la corrupción. En el último año el gobierno cedió millones en contratos públicos a empresas profundamente vinculadas con figuras clave del narco en el país.
El caso más paradigmático es el Queenwater S.A., una empresa de Inda Mariela Peñarrieta Tuárez, la narcoesposa del líder de Los Choneros, José Adolfo Macías, alias Fito. "Fito" Macías, es el narco más buscado y peligroso. Su fuga de la cárcel Regional de Guayaquil a principios de año, donde cumplía un pena de 34 años por delincuencia organizada, narcotráfico y asesinato, propició la ola de violencia sin precedentes en el país.
Además, varias denuncias públicas en contra de la empresa familiar de exportación de bananas de la familia del presidente, la acusan de usar de fachada para traficar droga.
Noboa goza de un abultado patrimonio: su familia es dueña de la Exportadora Bananera Noboa, que pertenece al Grupo Noboa que tiene 110 compañías, y goza de activos por USD 1.355 millones. El control del grupo está en manos de Álvaro Noboa Pontón, su padre, quien también se había postulado 5 veces a la presidencia ecuatoriana.
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