La invasión de Rusia a Ucrania ha servido a China como banco de pruebas sobre movimientos de ocupación geopolítica en el siglo XXI. Si bien el gigante asiático no ha tomado partida activa en el avance ruso, si ha observado de cerca como el país europeo fue sufriendo diversas sanciones occidentales y sus efectos.
En ese orden, una de las materias estratégicas más observadas por China ha sido la industria aerocomercial. Algo crucial en el mundo interconectado moderno, donde el transporte es uno de los temas más importantes para la humanidad.
Rusia le ha demostrado como ejemplo viviente a China la importancia de un mercado aerocomercial independiente de Occidente, cuna de la aviación mundial y sede de las dos mayores empresas en el rubro: Boeing y Airbus. Actualmente, y tras la ocupación a Ucrania, Rusia ha sufrido las sanciones aerocomerciales como nunca antes en la historia.
Con una flota civil deteriorada, y las restricciones de mantenimientos e insumos vigentes, el país europeo inició una transición tecnológica tardía con la finalidad de restaurar la industria aerocomercial soviética más de 30 años más tarde. Algo que China estaría en vías a resolver de manera anticipada.
Para ello, el gigante asiático aceleró su desarrollo de aeronaves de construcción china, con el gran objetivo de lograr una integración de piezas totalmente independiente. Algo que todavía está lejos, pero que avanza poco a poco.
Para China, romper con la hegemonía de Boeing y Airbus es clave pensando en las posibles intenciones expansionistas que el régimen chino podría tener. Así, podría saltarse previamente futuros bloqueos.
Además, el país asiático cuenta con un mercado interno de enorme potencial gracias a los miles de millones de habitantes que posee. Literalmente, una porción del mercado mundial aerocomercial puertas adentro.
Con todo ese potencial, esta semana se conoció un nuevo avance de China en su independencia aérea. La compañía estatal COMAC (Commercial Aircraft Corporation of China), encargada de llevar adelante el desarrollo aerocomercial chino, recibió una orden por 100 aviones C919 por parte de China Eastern.
De esa manera, la empresa asiática tendría el mayor pedido de su corta historia por la aeronave regional diseñada para competir con el Boeing 737, Airbus A320 y sus respectivas variantes. El objetivo es entregar los pedidos con límite al 2030, y en el horizonte poder poblar de aeronaves chinas el cielo local.
Además, para el 2039, COMAC planea entregar más de 40.600 nuevos aviones en el mercado mundial. Con especial ahínco en mercados emergentes.
Así las cosas, Chinas estaría en vías de lograr dicha independencia aérea en el mediano y largo plazo. Mientras tanto, el gigante asiático debe seguir ceñido a las reglas de juego impuestas por Boeing y Airbus, dos marcas que operan en ese país y son las conectoras para miles de millones de personas en todo el mundo.