Elon Musk, agitador desde USA del ultraderechista AfD, no lo podría creer pero ya es verificable que el gobierno que lidera Olaf Scholz pierde muchísimos electores hasta en el bastión socialdemócrata, corazón fabril de Alemania.
DERROTA EN EL CORAZÓN INDUSTRIAL
Alemania a las urnas: Olaf Scholz en terrible caída, ascenso de AfD y sonrisa de Merz
Para entender lo que sucederá en Alemania el 23/02: la ultraderecha (AfD) ganaría sus primeros escaños en el bastión socialdemócrata en el Ruhr. Adiós a Olaf Scholz.
Acaba de verificarlo Financial Times, en crónica de Anne Sylvaine Chassany: "Cómo el partido de Scholz pierde terreno en el corazón industrial de Alemania".
El relato impacta:
"En Bochum, una ciudad en el valle industrial alemán del Ruhr, la quesera Heike Wischnewski dijo que estaba considerando votar el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD).
Esta mujer de 60 años, cuyos padres emigraron de Polonia, es socialdemócrata de corazón. “Me gustaría volver a votar por el SPD”, afirma. Pero el problema es su candidato, el canciller Olaf Scholz.
“Cuando escucho a Scholz, pienso: ‘Hemos hecho esto, hemos hecho aquello’. Y todo el mundo se pregunta: ¿dónde? Uno podría pensar que vive en otro mundo”, dijo Wischnewski.
Aunque desconfía de los extremistas en la AfD, Wischnewski dice que “quiero creerle a Alice Weidel”, la líder del partido y candidata a canciller. “El trabajo debe dar sus frutos nuevamente. Y en lo que respecta a la inmigración, también soy de la opinión de que quien quiera vivir aquí debe hacer su parte”.
El domingo, la AfD podría ganar por primera vez distritos electorales directos en el Ruhr, una región con una fuerte inmigración y que lucha contra la desindustrialización.
Scholz, que convocó elecciones anticipadas en noviembre tras poner fin a su impopular coalición con los liberales y los verdes, podría llevar a su partido a su peor resultado desde 1887 con un magro 15%. (...)".
¿Qué está en juego en Alemania?
Sabine Kinkartz para Deutsche Welle:
"Esta ha sido una campaña electoral corta, pero dura en Alemania, y la palabra clave es "cambio de dirección”. "Durante tres años, se ha intentado hacer política de izquierda en Alemania. No se puede continuar con eso", ha dicho Friedrich Merz, candidato a canciller por los partidos conservadores CDU/CSU (la Unión Demócrata Cristiana y la Unión Social Cristiana, su socia bávara), 2 semanas antes de las elecciones.
Merz pronunció estas palabras en el Parlamento alemán, dirigiéndose al Partido Socialdemócrata (SPD) y a Los Verdes, que gobernaban en coalición junto con el Partido Demócrata Liberal (FDP) desde 2021. En noviembre de 2024, la alianza formada por el partido de centroizquierda SPD, con Los Verdes y el liberal FDP colapsó, después de meses de disputa por la falta de dinero en el presupuesto estatal. Por eso, el domingo 23/02 se llevarán a cabo elecciones anticipadas.
Mientras Los Verdes tienen aproximadamente el mismo nivel de apoyo que en 2021 en las encuestas actuales, el SPD y el FDP se han desplomado. El FDP podría no superar el obstáculo del 5% de votos, porcentaje necesario en Alemania para acceder al Bundestag, y el SPD corre el riesgo de sufrir una amarga derrota.
Cualquier resultado inferior al 20% para los socialdemócratas sería el peor en una elección federal en la historia de posguerra de Alemania, y el SPD está muy lejos de ese valor en las encuestas. Si se cumplen los pronósticos de las encuestas, el actual canciller alemán, Olaf Scholz, sería el jefe de gobierno con el mandato más corto de los últimos 50 años, y el único canciller del SPD que no haya sido reelegido.
Las mejores chances para llegar al gobierno las tiene, según sondeos, Friedrich Merz. El presidente del partido CDU es el candidato de la unión CDU/CSU, que en 2021 se convirtió en la mayor fuerza de oposición en el Bundestag después de gobernar 16 años con Merkel a la cabeza. Ahora quiere regresar al poder. El partido Alternativa para Alemania (AfD), en parte de extrema derecha, ocupa el 2do. lugar en las encuestas, con un 20% de los votos, el doble que en 2021.
¿Cómo se produjo la dramática caída del SPD y el ascenso del partido AfD? Merz, candidato a canciller de la CDU/CSU, dice que fue por el colapso de la economía. "La economía de nuestro país, la República Federal de Alemania, se encuentra ahora al final de la lista de la Unión Europea".
Han quebrado 50.000 empresas, y cada año alrededor de 100.000 millones de euros de capital empresarial fluyen al extranjero. "Nuestra economía se está contrayendo, estamos en recesión por tercer año consecutivo. Esto nunca había sucedido en la historia de la posguerra en Alemania", señaló.
Scholz y su ministro de Economía, Robert Habeck, candidato a canciller de Los Verdes, "ya no son conscientes en absoluto de la realidad", afirmó Merz. "¿Sabe usted lo que me parecen? Dos directores ejecutivos que han llevado a la empresa a chocar con la pared y luego se dirigen a los propietarios y les dicen: ‘Nos gustaría seguir así durante otros cuatro años'".
Mientras Merz atacaba cada vez más duramente en la campaña electoral, el canciller Scholz se ponía cada vez más a la defensiva. Aunque exteriormente parecía mucho más valiente, seguro de sí mismo y combativo que en los últimos años, en el fondo se encontró a menudo en la situación de tener que defender y justificar sus políticas.
Según Scholz, no fue su gobierno, sino el ataque de Rusia a Ucrania lo que habría provocado una crisis energética y una inflación. "La economía sigue luchando hasta el día de hoy con las consecuencias", afirmó Scholz. La situación no será más fácil en los próximos años con respecto a Estados Unidos y las "irritantes” exigencias del presidente estadounidense, Donald Trump: "Tenemos el viento en contra. Y la verdad es que esto no cambiará fundamentalmente en los próximos años", advirtió. (...)".
El desastre
Volvamos a Financial Times:
"(...) Un resultado tan desastroso para el partido de los ex cancilleres Willy Brandt, Helmut Schmidt y Gerhard Schröder pondría de relieve un giro a la derecha en la mayor economía de Europa, que lleva estancada los 2 últimos años. Aunque los problemas económicos del país preocupan a los votantes, la campaña electoral ha estado dominada por un tenso debate sobre la migración, acentuado por una serie de ataques mortales por parte de inmigrantes.
Un SPD débil también presagiaría mayores dificultades para que el líder conservador Friedrich Merz forme una coalición estable. Se prevé que la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merz y su partido hermano bávaro, la CSU, ganen las elecciones con un 30% de los votos y han descartado asociarse con la AfD, que probablemente quede en 2do. lugar y obtenga su mejor resultado hasta ahora con un 20%.
Pero la construcción de una coalición por parte de Merz podría resultar complicada si los partidos más pequeños alcanzan el umbral del 5% de los votos y entran al Bundestag en un momento en que Alemania necesita abordar cuestiones urgentes, como las propuestas de Donald Trump a Rusia sobre poner fin a la guerra en Ucrania sin involucrar a ningún socio europeo.
Uno de esos partidos podría ser el izquierdista Die Linke, que ha experimentado un aumento tardío de apoyo y se prevé que obtenga alrededor del 6% de los votos. Una encuesta de Forsa de esta semana mostró que una coalición entre el SPD y la CDU/CSU podría no alcanzar la mayoría en el parlamento.
El profesor Manfred Güllner, de Forsa, afirmó que nunca había visto un nivel de descontento tan alto con un canciller en ejercicio y con la coalición. “El resultado final es un descontento extremo con la coalición”.
En el centro de los desafíos democráticos de Alemania se encuentra la erosión constante de los partidos tradicionales, que solían “cubrir una amplia gama de votantes, grupos con diferentes intereses, agrupándolos bajo un mismo techo”, dijo Güllner. “Han perdido esa capacidad”.
La región del Ruhr es un antiguo bastión minero de carbón y sede del conglomerado siderúrgico Thyssenkrupp, cuyos altos hornos de 110 metros de altura en su enorme planta de Duisburg han sido durante mucho tiempo un motivo de orgullo entre sus trabajadores, los Kruppianer .
Pero la empresa, que está lidiando con una recesión en la industria automotriz (su principal cliente) y tiene dificultades para competir con las importaciones chinas baratas, ha anunciado planes para recortar 11.000 empleos en Duisburg, o el 40% de su fuerza laboral allí.
La región ya había pasado por dificultades con el cierre de sus minas entre los años 1970 y 1990. Desde entonces ha atraído empleos relacionados con los servicios, sobre todo en torno a sus tres universidades y empresas de logística. Pero la pandemia de Covid-19, seguida de 2 años de recesión económica bajo la coalición de Scholz, ha aumentado el resentimiento político en sus zonas más pobres.
Hans-Peter Noll, presidente del Zollverein, un antiguo complejo de carbón cerrado en 1986 que ahora alberga un museo y nuevas empresas, dijo que las "grandes estructuras, las que cuidaban de los trabajadores, que resolvían todo, ya no existen".
“Lamentablemente, el populismo está ofreciendo soluciones aparentemente buenas a los perdedores de esta transformación”, dijo Noll, hijo y nieto de mineros de carbón. (...)".
AfD
En el cierre, DW otra vez:
"(...) La debilidad de la economía fue un tema muy debatido durante la campaña electoral. Sin embargo, tras el mortal ataque con cuchillo perpetrado en Aschaffenburg por un solicitante de asilo afgano cuya solicitud había sido rechazada, la migración pasó a ser el tema dominante. Sobre todo, porque Friedrich Merz anunció, inmediatamente después del crimen, que quería endurecer la política de asilo antes de las elecciones al Parlamento. De ser necesario, también con los votos del AfD.
Sus diputados celebraron cuando una primera moción presentada por la unión conservadora obtuvo una mayoría con la ayuda del AfD, a finales de enero. "Aquí y ahora comienza una nueva era”, aplaudió Bernd Baumann, secretario parlamentario de AfD. "Ahora comienza algo nuevo, y lo lideramos nosotros, las fuerzas de AfD". Y anunció que su partido está dispuesto a una coalición con la unión CDU/CSU.
Después de la votación del Bundestag, cientos de miles de ciudadanos salieron a protestar en todo el país contra un giro hacia la extrema derecha, y el canciller Scholz expresó su enojo: "No da lo mismo si se coopera con la extrema derecha. ¡No en Alemania!". Los ciudadanos no pueden confiar en que la unión conservadora no forme una coalición con el AfD después de las elecciones federales.
En los días y semanas siguientes, el regañado Friedrich Merz no perdió ninguna oportunidad para decir que descarta cualquier tipo de colaboración con el AfD. El objetivo de la extrema derecha es destruir a la CDU y al CSU, señaló, y aseguró que su partido no formará, en ningún caso, una coalición con el AfD.
Si el FDP logra el mínimo del 5% para entrar al Parlamento, se necesitarían probablemente 3 partidos para una coalición. Como el FDP excluyó mediante una resolución partidaria cualquier alianza con Los Verdes, solo resta una coalición de la unión CDU/CSU, el SPD y el FDP.
Si hubiera menos partidos en el Bundestag, podría ser una coalición de CDU/CSU y el SPD, o de CDU/CSU y Los Verdes.
La candidata a canciller por el partido AfD, Alice Weidel, se queja de que una alianza así sólo permitiría continuar con las políticas actuales. Pero eso no detendrá al AfD, dice. El "cambio” político llegará, y sólo se retrasará "innecesariamente”.
Tras el escándalo que rodeó la votación en la que la CDU obtuvo el apoyo del AfD, la relación del SPD y Los Verdes con la unión conservadora no es la mejor. Al final, una coalición dependerá, ciertamente, de cuántas de sus ideas políticas puedan implementar los respectivos partidos. (...)
Friedrich Merz sabe que las negociaciones pueden no ser fáciles. Sin embargo, después de las elecciones federales existe una "responsabilidad política” de resolver los problemas de Alemania. Esta es "una de las últimas oportunidades” de privar al AfD de su caldo de cultivo. "Si esto no funciona, ya no tendremos que lidiar simplemente con un 20% de populismo de derecha", predice Merz. (...)".
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