Desde que la edición 2022 de Gran Hermano inició en octubre del 2022, no caben dudas que a todos nos haya tenido al tanto, inclusive a aquellos que no miran el programa y por alguna razón un tanto sospechosa, están bastante informados sobre el tema.
TRAS BAMBALINAS
La revolución Gran Hermano: La historia detrás del reality
Gran Hermano es un negocio multimillonario que lucra con la intimidad de participantes en donde el ganador ¿se expone a cambio de qué?
Esta edición se convirtió en una de las más vistas. Todas las noches domina el rating, los programas que lo tocan ganan televidentes, y ni hace falta mencionar Twitter. En medio de su demoledor éxito, una pregunta no logra ser silenciada: ¿Es real " Gran Hermano"?
Cuando comenzó a transmitirse en Argentina, por allá por el 2001, un año signado por la crisis política y económica, lo cual, si se tiene en cuenta el origen del formato, a nadie debería sorprender, no paró gracias al boom que significó. Para las personas era algo novedoso y la televisión facturó millones con el morbo de miles de televidentes emocionados por consumir un poco de la vida privada de unos cuantos anónimos que luego se convertirían en nombres reconocidos dentro de la industria televisiva.
Por otro lado, más allá de la banalidad que GH representa hoy en día, (porque seamos honestos, estar al pendiente de unos desconocidos tampoco es algo que nos retroalimente la cabeza), el nombre de “Gran Hermano” tiene origen en la novela de George Orwell “1984 ”, en donde Big Brother es un personaje ficticio.
En la trama de ciencia ficción, esta figura es omnipresente y simboliza personas, organizaciones y gobiernos que vigilan excesivamente a sus ciudadanos, invadiendo su intimidad. Esta novela junto a Rebelión en la granja, ambas de George Orwell, son una severa sátira política en la que se critica el comunismo, el estalinismo y las sociedades totalitaristas, así como se anticipan de alguna manera a ciertos mecanismos a los que el mundo tendería en las décadas siguientes: el control y la represión por parte del Estado, el rol determinante de los medios de comunicación y la importancia del manejo de la información brindada.
En la modernidad, este concepto se adoptó para televisar la convivencia de 20 personas que, luego de ser seleccionadas a través de un casting, quedan aisladas dentro de una misma casa superando varias galas de eliminación. Los participantes (al igual que los ciudadanos en la novela) son monitoreados de forma permanente.
Entender el reality de Gran Hermano no es mucha ciencia, pero cuando los oímos hablar de estrategias, juegos o popularidad fuera de la casa, entra la confusión.
¿De qué se trata entonces Gran Hermano?
Actualmente está en curso su décima temporada, la cual inició el 17 de octubre de 2022 y se emite en vivo por Telefe y PlutoTv.
El show consiste en que durante un tiempo aproximado de cuatro meses, un grupo de participantes intentará evitar las "nominaciones" efectuadas por ellos mismos y superar las eliminaciones que, periódicamente, la audiencia decide y así conseguir el premio final.
Hoy Gran Hermano es el programa más visto de la televisión argentina, con su décima edición y aún resulta una buena inversión para su creadora: Endemol. Sin embargo y aunque se diga por ahí que la inspiración para crear GH fue 1984, la realidad es que no ha sido un libro, sino un experimento social fallido llamado “Proyecto Biosfera 2”.
Resumen de Gran Hermano 2022
Los nombres que entraron a la casa fueron Tomás Holder, Martina Stewart Usher, Mora Jabornisky, Juan Reverdito, María Laura Álvarez, Juliana Díaz, Constanza Romero, Alexis Quiroga, Thiago Medina, Walter Santiago, Romina Uhrig, Maximiliano Giudici, Marcos Ginocchio, Lucila Villar, Julieta Poggio, Juan Ignacio Castañares Puente, Daniela Celis, Camila Lattanzio, Ariel Ansaldo y Agustín Guardis.
Como ya mencionamos, el programa inició el 17 de octubre y durante la primera semana, el primer eliminado fue Tomás Holder, quien actualmente se mantiene en el ojo público por ser una especie de Ricardo Fort actualizado y mucho más elitistas. La segunda eliminada fue Martina Stewart Usher, la favorita del público para la eliminación por sus dichos homofóbicos, trampas dentro de la casa, entre otras cosas que no le jugaron a favor, principalmente su personalidad.
Por otro lado la tercera eliminada fue Mora Jabornisky porque según el público, hacía “demasiado bullying” al resto de los participantes, Juan Reverdito por conflictivo quedó como el cuarto eliminado mientras que la quinta que salió de la casa fue Lucila Villar por conflictos con Agustin Guardis, quien tenía aguante con la “Frodoneta”.
La sexta eliminada fue Juliana Díaz, quien por decisión de sus compañeros y del público quedó eliminada a raíz de una pelea en donde quedó al descubierto y la tildaron de “hipócrita” y “mala amiga”, la misma luego volvería en el repechaje pero a los 5 días fue expulsada por decisión de la producción por romper la regla de oro: no se puede hablar del afuera con los de adentro.
La séptima eliminada fue María Laura Álvarez, esta eliminación resultó extraña para muchos porque si bien estaba votada por sus compañeros para la expulsión (fue más estrategia que otra cosa), no tenía conflictos con nadie y el público apreciaba a esta concursante. En Twitter los rumores de fraude por parte de la producción fueron muy fuertes, al punto de acusarlos de que en esa gala de eliminación, los porcentajes fueron retocados para mantener a otro concursante que generaba más rating.
A partir de la octava eliminación la casa se puso más picante ya que fue donde se lo eliminó a uno de los favoritos: Agustín Guardis. El público consideraba que lo tenía merecido por dichos misóginos, acoso a sus compañeras, comentarios en donde se expuso que poseía fotos íntimas de sus exs parejas en un drive y que las mismas eran usadas para extorsionarlas y muchas cosas más. Agustín volvió en el repechaje mucho más cauto y todavía continua en competencia por el gran premio.
Daniela Celis fue la novena eliminada pero volvió en el repechaje por “venganza” a su compañera ‘Coti’ y a su pareja Thiago Medina, quienes la votaron para irse de la casa.
Constanza Romero, alias “Coti” o “Cotita” como le decían cariñosamente sus ‘hermanitos’, fue la decima eliminada. Causó furor su salida y el rating de Gran Hermano disminuyó ya que era ella el personaje principal que le daba vida al programa. Una de sus jugadas que le costó la participación dentro de GH fue la traición a sus amigas cuando se enteraron que solía ser ella quien las votaba para que se vayan.
Seguido a Coti, detrás fue Alexis Quiroga, su novio y onceavo eliminado. Esta pareja era un dúo dinámico ya que Alexis planificaba las estrategias y Constanza era quien las llevaba a cabo, pero la gloria no les duró mucho cuando quedaron al descubierto.
Finalmente el doceavo eliminado fue Thiago Medina, al público le cansó el personaje del “pobre de la villa” que Telefe adora incluir. Anteriormente no solía quedar en placa y a sus compañeros les daba miedo votarlo por el “qué dirán afuera”, porque claro, ser pobre era una excusa que Thiago usaba para ser un machista, misógino y un tanto idiota con el resto.
Igualmente y repasando las ediciones anteriores de Gran Hermano, el temor del resto era comprensible. Si nos remontamos al 2015, cuando al participante “vulnerable económicamente” Brian Lanzelotta, lo votaron sus compañeros, la producción lo transmitió como una “traición” porque ¿cómo vas a poner en tela de juicio su accionar cuando no tuvo los mismos privilegios que vos?, se cayó la patraña muchachos.
Jugadores como Brian Lanzelotta, con esas actitudes, independientemente de su historia, no deben verse más en la TV. No por ser pobre hay que simpatizar y empatizar con una personalidad, esa no es excusa para golpear, insultar, mentir y aprovecharse de sus compañeros.
¿Gran Hermano un reflejo de la sociedad o simplemente una pantalla guionada?
Las dudas aparecen cuando pasan cosas consideradas “extraordinarias”, ¿los participantes realmente son así?, ¿Eso que pasan en pantalla es un reflejo de nuestra sociedad? ¿Está todo guionado y de pronto los participantes no son personas comunes, sino actores? Haber visto las Kardashian nos ha llevado a cuestionarnos una serie de cosas que según la profundidad que se le dé, puede resultar atemorizante o ciertamente un chiste.
Una empleada del reality narró su experiencia trabajando hace varios años y cómo se puede manipular lo que sale al aire de los participantes de Gran Hermano.
Cuando la votación no elimina al participante que el televidente quería afuera de la casa, no es extraño escuchar la ya clásica queja: "Y bueno, está todo guionado". El rumor de la manipulación por parte de la producción volvió para su edición 2022, hasta realizando una aparición dentro de la casa con la ayuda de Mora y generando un gran revuelo en las redes sociales.
Sin embargo, si es el caso que Telefe se encarga de escribir guiones para sus 20 protagonistas y entregarlos sin que las 36 cámaras que transmiten las 24 horas lo vean, nunca fue probado. Hasta ahora: con la excusa del regreso de " Gran Hermano Argentina", una productora salió adelante y confirmó lo que todos sospechábamos: "Sí, es verdad, está todo recontra guionado".
Así lo afirmó Luciana Porchietto, guionista en la edición 2007 de " Gran Hermano" en su artículo para la Revista Anfibia. El testimonio de la licenciada en Letras no es la confesión que los internautas imaginaban. Recordando su propia experiencia en la isla de editores durante el año que coronó a Marianela Mirra como ganadora, Porchietto explicó el truco detrás de la magia de " Gran Hermano".
Según su explicación, el detrás de escenas de " Gran Hermano 2022" no sería muy diferente a la sala de control de la Matrix: una serie de pasillos con computadoras frente a las cuales un equipo de "editores, productores de edición, directores y guionistas, con sus asistentes" se toman turnos de 8 horas para monitorear todos y cada uno de los movimientos de los participantes.
"Mientras mira, escribe una especie de resumen de los acontecimientos y resalta aquello que le parece importante. Cada tres horas, lleva esas planillas a las islas de edición. Ahí, las recibe el productor de edición, que en realidad es el último eslabón del equipo de guión: junto con un editor, convierte esas tres horas de material crudo en una nota de dos o tres minutos sobre un tema determinado", relató Porchietto.
Y es ahí donde sucede la magia, donde la manipulación decide qué se ve y qué no: "¿Qué historia seguimos, dónde ponemos la atención de las cámaras, de la escucha? ¿Confiamos en el conflicto o nos jugamos por la tensión sexual? Casi como si fuéramos grandes pensadores, podemos decir: ¿qué recorte hacemos de lo real?".
Al final del día, lo cierto es que la realidad nunca dejó de vencer a la ficción: "Sería tonto intervenir sobre estas historias, darle indicaciones de guion (entendido en tanto ficción) a los participantes, porque lo que el reality tiene servido es lo que la ficción busca denodadamente: una emoción real, que no sea el invento de un autor sino que se parezca a la verdad del personaje. Esa emoción está ahí, al alcance de la mano. Sólo hay que captarla y editarla".
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que GH llegó para alimentar el morbo de los argentinos: sexo descontrolado, masturbación, acoso sin importar género, posible embarazo, entre otros éxitos que llevan al tope la espectacularización de la intimidad. Mujeres y hombres hegemónicos con el único objetivo de ser parte de un show, pegar algún trabajo en teatro de revista después o tener más seguidores en Instagram. Independientemente del juego y destino que pueda llegar a tener cada uno de estos 20 participantes, todos buscan algo: ser alguien, durante o después de que este ciclo televisivo termine.
Andrea Rincón fue una visionaria cuando en el 2007 le dijo a Juan de Antón, uno de sus compañeros “Che, quiero tener sexo” pero él era un poco más reservado y Andrea respondió 'no, esto es un programa familiar, lo que hagamos no pasa nada, no se va a mostrar' (…) “Pensá que nosotros estábamos comiendo en un lugar y ellos tenía sexo tirados al lado”.
A la ahora actriz, Andrea Rincón, no le importaba nada. No salió nada, solía ser un programa con formato familiar y por eso no lo mostraban, es más, si las chicas se tapaban y lo simulaban, a eso lo mostraban más. Si ellas se ponían en pelotas al frente de todos, a eso no lo mostraban porque no se puede mostrar. Diferente a la actual edición que por PlutoTV pasan absolutamente todos los momentos denominados hot.
Lo cierto es que, como experimento social, se sabe que funciona. Todo lo que pasa en la casa, no queda en la casa porque lo ven ellos, lo ven los de la producción, después el mismo programa hace clips sobre lo más jugoso y la hinchada en las tribunas lo festeja, el público se pone hot con el tema y los medios lo levantan porque vende.
Pero, en tiempos de tanto cambio, en tiempos de que los feminismos en la Argentina llegaron para ganar algunas luchas y poner en agenda los derechos de las mujeres y colectivos LGBTIQ+ así como la necesidad de ir en camino a una sociedad más igualitaria; en tiempos de matrimonio igualitario, de Ley de cupo laboral trans, de Ley de violencias de género, entre otras necesidades de las personas que son prioridad más allá del género, ¿qué hace Gran Hermano? ¿Cómo puede ser parte del momento? ¿Se puede cuestionar y qué no?
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