La Weisswurst, conocida también como la "salchicha blanca" de Alemania, es mucho más que un plato típico de Baviera: es un símbolo de tradición, sabor y cultura culinaria arraigada en la región. Originaria de Múnich, la historia de la Weisswurst se ganó un lugar especial en el corazón y el paladar de quienes tienen el placer de probarla.
UNA EXQUISITEZ BÁVARA
La deliciosa historia de la Weisswurst: 167 años de la salchicha blanca que conquista paladares
La Weisswurst, la tradicional salchicha blanca de Baviera, nació por accidente en 1857. Se come sin piel, con mostaza y cerveza, en una tradición matutina.
Historia de la Weisswurst
La historia de la Weisswurst se remonta al 22 de febrero de 1857, en el legendario restaurante "Gasthaus zum ewigen Licht" ("Posada de la Luz Eterna", en español) cerca de la Marienplatz en Múnich. Según la leyenda, un cocinero se encontró sin tripa de ternera para embutir la salchicha, y en un acto de improvisación, utilizó tripa de cerdo de piel fina. Esta decisión fortuita dio origen a la salchicha blanca que conocemos hoy en día.
La Weisswurst se suele elaborar con carne finamente picada de ternera y cerdo, junto con una mezcla de especias que le confieren su sabor característico, como perejil o limón. Las salchichas, de aproximadamente 12-15 cm de longitud y 80-90 gramos de peso, se cuecen en agua a 75°C para preservar su textura y sabor.
¿Por qué esta salchicha se come a la mañana?
La Weisswurst es más que un alimento; es una parte integral de la cultura bávara. Tradicionalmente se consume por la mañana, acompañada de mostaza dulce y cerveza, en los puestos callejeros del mercado. Esta costumbre se atribuye a la dificultad de mantener la salchicha fresca antes de la invención del refrigerador.
Existen varias explicaciones sobre por qué se consume por la mañana. Algunos creen que las salchichas "no pueden escuchar las campanadas del mediodía", mientras que otros sugieren que era una forma de dar prioridad a los trabajadores antes que a los clientes más adinerados.
La Weisswurst se come sin la piel o tripa exterior, cortando ligeramente la tripa longitudinalmente para revelar su interior. Los bávaros consideran de mala educación comer la piel, prefiriendo dejarla en el plato.
En resumen, la Weisswurst es mucho más que una salchicha; es un símbolo de la tradición, la historia y el sabor de Baviera. Con cada bocado, los comensales pueden disfrutar de una experiencia culinaria única que perdura desde hace varias generaciones.
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