La fabricante de aviones estadounidense Boeing emitió declaraciones luego de un trágico accidente aéreo en India que involucró a uno de sus aviones. El vuelo AI171 operado por Air India tuvo un desenlace fatal para 242 personas que viajaban a bordo de un 787-800 Dreamliner.
La aeronave, que partió pasado el mediodía indio (alrededor de las 13.00 horas) del aeropuerto de Ahmedabad (AMD) hacia Londres (Gatwick) se precipitó segundos después de despegar, estrellándose en una zona urbana y generando un desastre en tierra. El combustible previsto para la ruta generó un incendio de grandes proporciones, lo que dificultó las tareas de evacuación y rescate a los locales.
Según videos que recorrieron las redes y sitios de noticias, el avión se precipitó a tierra sin poder romper la fase inicial de despegue. Sin conclusiones técnicas oficiales, por el momento se desconocen los posibles motivos del evento, que habría terminado con un gran número (no confirmado) de personas muertas.
Boeing 787-800 Dreamliner
El aparato accidentado en cuestión es uno de los modelos de fuselaje ancho más importantes de la historia de la aviación moderna. Se trata de uno de los aviones más avanzados y recientemente lanzados, capaz de cubrir grandes distancias con importantes rendimientos en materia de combustible.
Introducido en 2011, el 787 fue una de las mayores apuestas recientes de Boeing para continuar con su reinado en el mercado de los aviones de fuselaje ancho. El fin del programa del 747 empujó a la empresa con sede en Seattle a buscar nuevas soluciones centradas en la eficiencia para las rutas de larga distancia.
En ese sentido, Boeing decidió incorporar una nueva familia de motores de las marcas Rolls Royce y General Electric, que proporcionaban al nuevo avión un 20% de eficiencia extra, convirtiéndose en una aeronave muy atractiva para las aerolíneas con problemas de costos operativos. Así, la empresa estadounidense pudo mantener la competencia con Airbus y su A350, otro de los aviones de fuselaje ancho más recientes del mercado.
El 787-800 es capaz de albergar más de 300 pasajeros. Posee un alcance de 13.620 kilómetros y es capaz de alcanzar velocidades de hasta 913 kilómetros por hora.
Durante sus 14 años de servicio, el 787 no había registrado accidentes fatales. De hecho, la aeronave de Air India fue la primera de la familia en protagonizar un accidente de tal magnitud, aunque su tránsito no estuvo exento de problemas técnicos.
En esos 14 años de récord “limpio”, el 787 fue protagonista de varios eventos graves en lo que respecta a la seguridad operacional. Desde desperfectos técnicos en sus motores, pasando por el incendio de baterías internas y llegando incluso a problemas de calidad constructivas, fueron algunos de los problemas que se reportaron y que ocasionaron un “recall” global empujado por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA) a mediados de la década pasada.
Nuevo dolor de cabeza para Boeing
La noticia de Air India llegó en un momento de estabilidad para Boeing. Luego de meses duros por cuestionamientos por parte del Gobierno federal en Estados Unidos respecto a la calidad constructiva de los aviones y una huelga de los trabajadores exigiendo mejores condiciones de cara a un nuevo contrato en sus fábricas, la compañía atravesó un cambio en la dirección para intentar estabilizar la situación.
Esa crisis, que parecía haberse aplacado, volvió a poner la lupa sobre la cultura constructiva de la empresa ante repetidos eventos de fallas que involucraron al 787 en los últimos años. Algo que se suma a las dificultades financieras que atraviesa la empresa de Seattle, devenidas en serias demoras en la entrega de nuevos aparatos que ya fueron contratados por distintas aerolíneas en todo el mundo.
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