El Gobierno de Javier Milei destacó el fenómeno de "crowding in", un proceso en el cual el sector público libera fondos que se dirigen hacia el sector privado, impulsando el crédito y la inversión. Este proceso es parte de una política deliberada del equipo económico, que marcó un quiebre con la histórica monetización del déficit fiscal.
EL "PUNTO ANKER"
Javier Milei, el crowding in y el resurgimiento del crédito
El Gobierno de Javier Milei destacó el "crowding in", un proceso que deriva en un aumento del crédito y la inversión.
Desde Marangoni & Rodríguez Asociados lo tienen claro, el "punto Anker", como lo denominaron desde el gobierno, se refiere al ancla fiscal que lograron mediante el equilibrio financiero. Este equilibrio permitió que, tras el pago de intereses de la deuda, el superávit se consolidara, frenando la monetización directa e indirecta del déficit fiscal, una práctica que antes absorbía el exceso de ahorro del sector privado y lo canalizaba hacia el sector público.
Hoy, con el fin de esta monetización del déficit, gran parte del stock de pesos que antes era absorbido por el sector público ahora fue liberado, lo que permitió que se canalizara hacia la inversión privada. Este fenómeno tuvo un efecto positivo en el mercado de crédito, particularmente en el aumento de los depósitos a plazo fijo y en la demanda de LECAPS y LEFI, instrumentos clave para respaldar la liquidez de los bancos y el crédito privado.
Aumento en la demanda de crédito y liquidez
Desde la última baja de tasas del Banco Central en mayo, la demanda de base monetaria creció un 54%, mientras que la demanda de crédito privado aumentó un 71% en el mismo período. Este crecimiento fue utilizado por el gobierno como un indicio del funcionamiento del crowding in, destacando que la renovación de deuda con un "roll over" menor al 100% (67% específicamente) no generó tensiones en el mercado, y que la política se implementó de manera anticipada y controlada.
Sin embargo, algunos matices emergen al analizar el perfil de vencimientos de las Lecaps y Lefi. El grueso de los vencimientos de Lecaps se concentró en plazos de tres a seis meses, lo que puso a prueba la capacidad del gobierno para mantener el equilibrio financiero sin generar tensiones en los mercados. A pesar de ello, los depósitos del gobierno en el Banco Central se convirtieron en una fuente de financiamiento crucial para gestionar el desarme de estos instrumentos.
¿Qué significa esto para el crédito?
El crecimiento del crédito en los últimos meses fue impulsado por varios factores: la baja abrupta en la tasa de interés del BCRA, la estabilización de la inflación en torno al 4%, y la necesidad de las entidades financieras de colocar su exceso de liquidez con una mayor exposición al sector privado. Este crecimiento se reflejó en un rápido aumento de los préstamos, que en seis meses pasaron de representar el 6% del PBI en abril al 9% en septiembre.
Durante los primeros meses, los préstamos al consumo lideraron la demanda de crédito, pero desde mayo las tasas más competitivas para empresas impulsaron los préstamos comerciales, que crecieron a un ritmo del 15% mensual en términos reales para julio.
De acá en adelante
Aunque el crédito creció a tasas de dos dígitos en los últimos meses, este ritmo podría moderarse. Las tasas activas de los bancos subieron ligeramente, lo que podría desacelerar el crecimiento del crédito en el futuro.
Para 2025, podría haber un impulso adicional con el crédito hipotecario, si se estabilizan los salarios medidos en dólares.
Además, el gobierno continuará apoyándose en el crowding in, favorecido por el equilibrio fiscal y la menor necesidad de financiamiento, lo que permitió a los bancos destinar más recursos al sector privado. Es probable que el Tesoro busque renovar menores montos de Lecaps a medida que vencen, lo que aumentará la disponibilidad de fondos para préstamos
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