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POLÍTICA A CIEGAS

En medio de un déficit fiscal récord, Donald Trump recorta las estadísticas: ¿cómo se decide sin datos?

Con estadísticas incompletas, deuda récord y déficit fiscal en varios países, crece el riesgo de malas decisiones políticas y una nueva crisis global.

Mientras Donald Trump aplica una "motosierra" a las estadísticas oficiales, haciendo que la información sobre inflación y empleo se vuelva menos exacta, el déficit fiscal alcanza niveles sin precedentes en el mundo desarrollado, poniendo en riesgo la estabilidad económica global.

Sin estadisticas representativas de la realidad, las decisiones de política económica pierden efecto y pueden llegar a tener un efecto negativo en la sociedad.

Estadísticas bajo presión

El Bureau of Labor Statistics (BLS), responsable del cálculo del Índice de Precios al Consumidor (CPI, por su sigla en inglés), se enfrenta a un marcado incremento en las tasas de imputación de datos debido a recortes de personal y fallos en la recolección directa.

En junio, el BLS eliminó encuestas de precios en ciudades como Lincoln (Nebraska), Provo (Utah) y Búfalo (Nueva York), y anunció la suspensión de datos del Índice de Precios al Productor (PPI) para 34 sectores, afectando 350 series económicas, según The Economist.

Las respuestas ciudadanas a las encuestas cayeron del 93% en 2000 al 67% actual, lo que sumado a una reducción presupuestaria del 18% en dos décadas, llevaron al BLS a operar al 60% de su capacidad.

En consecuencia, la imputación de precios, como reemplazar peras por manzanas o usar valores de otra ciudad, escaló de un promedio de 8% pre pandemia a cerca de 30% en abril y mayo de este año.

El riesgo de esta situación es que las estadísticas pueden subestimar o sobrestimar la inflación. Si el CPI subestima la inflación, los pagos de seguridad social quedarían por debajo del valor real; si la sobrestima, la Reserva Federal podría subir tasas de interés innecesariamente, y enfriar la economía.

Déficit fiscal: otro riesgo en el mundo

La ampliación del déficit presupuestario en Estados Unidos, equivalente al 7% del PBI en 2024, es solo un reflejo de una tendencia global. En Europa, Francia y Reino Unido presentan déficits del 6%, Alemania del 3%, y Canadá también se encuentra en números rojos.

El FMI advierte que la deuda pública global podría superar el 100% del PBI a finales de esta década, tras situarse en el 95% en 2024. En EE.UU., el déficit estructural ajustado alcanza un preocupante 7,1% del PBI, mientras la deuda pública ya representa 117% del producto.

Este elevado endeudamiento comienza a pasar factura. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 30 años en EE.UU. superan el 5% anual, un “nivel negativo para las acciones” según analistas consultados por The Economist, y las tarifas de financiamiento público elevadas pueden frenar la inversión privada.

Con estadísticas precarias sobre los datos económicos del país, la desconfianza sobre la realidad, o al menos sobre un promedio de ella, puede generar decisiones muy riesgosas de los diferentes actores económicos.

Deuda, déficit fiscal y riesgos

  • Mercado de bonos bajo presión global: el aumento de la deuda en países avanzados presiona al alza los rendimientos, lo que se traduce en mayores costos hipotecarios y corporativos.

  • Intervención limitada del gasto público: economías como Alemania, Japón o Suecia están adoptando déficits crecientes para financiar defensa e infraestructura. Sin embargo, esta estrategia “impone límites a la flexibilidad fiscal” y obstaculiza la reducción de deuda, según el FMI.

  • Riesgo de crisis: la combinación de deuda masiva, déficits prolongados y envejecimiento demográfico genera preocupación de que se repita un episodio similar al minipresupuesto británico de 2022, cuando los bonos se desplomaron y las primas de riesgo se dispararon.

¿Qué se aconseja hacer con los déficits fiscales?

Ray Dalio, el legendario inversionista, comparó la situación fiscal de EE.UU. con un “infarto financiero” y urgió a reducir el déficit del 7,5% al 3% del PBI, mediante recortes de gasto o subidas de impuestos, según BusinessInsider.

Sin embargo, los analistas de PIMCO (Pacific Investment Management Co) advierten que el próximo estímulo en caso de recesión vendrá más de los recortes monetarios de los bancos centrales que del gasto público, dados los altos niveles de deuda limitantes, de acuerdo con Reuters.

El Banco de Pagos Internacionales (BIS, por su sigla en inglés), plantea que la coyuntura global está en un “momento crucial”, y alerta en su informe anual publicado el 29/06, que el endeudamiento masivo combinado con tensiones geopolíticas puede erosionar la confianza en las instituciones globales.

Hacer política sin invertir en estadísticas

EE.UU. y el mundo se enfrentan a dos amenazas: unos indicadores domésticos cada vez menos confiables y unos déficits públicos crecientes sin un plan claro de corrección. Las decisiones basadas en datos sesgados (CPI, PPI y empleo) y la imposibilidad de financiar déficits perpetuos sin impactos sociales o macroeconómicos serios deja al sistema en un estado de vulnerabilidad.

De no recuperarse la capacidad de medición (estadísticas públicas sólidas) y sin regresar a un enfoque fiscal responsable, se agravan los riesgos de malas estimaciones de inflación, errores de política monetaria, crisis de deuda o recesiones derivadas del aumento del costo de la deuda.

El uso del CPI y otros índices estadísticos como puntos de referencia sin su calidad garantizada conduce a malas señales para agencias como el BLS, Fed o gobiernos. Al mismo tiempo, déficits masivos sin paridad de ingresos/gasto minan la sostenibilidad fiscal.