Un satélite zombie de la NASA desató el pánico entre astrónomos tras 57 años de silencio

Esto da de qué pensar.

La NASA y la ciencia se vieron conmocionadas cuando un satélite zombi despertó de su letargo después de medio siglo. Una explosión de ondas de radio tan intensa como inexplicable sacudió los registros del Australian Square Kilometre Array Pathfinder (ASKAP) en junio de 2024.

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Durante exactamente 30 nanosegundos, un destello de energía superó en intensidad a todo lo que el cielo ofrecía en ese momento, dejando perplejos a los científicos que lo detectaron.

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El misterio detrás de la señal zombie en la NASA

Los investigadores utilizaron ASKAP para capturar el pulso de radio de 30 nanosegundos que eclipsó todos los demás objetos en el cielo. Inicialmente creyeron haber descubierto un nuevo púlsar, pero el rastreo reveló que la fuente estaba dentro de los 20.000 kilómetros de la Tierra.

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El Relay 2 forma parte de un grupo de satélites pioneros en comunicaciones que marcaron el inicio de la era espacial. Su misión terminó cuando sus transpondedores dejaron de funcionar, pero su estructura continuó orbitando silenciosamente entre los 1.867 y 7.648 kilómetros de altitud.

Los científicos proponen dos teorías principales: una descarga electrostática (ESD) resultado de la acumulación de electricidad que produce un destello similar a una chispa, o que un micrometeorito golpeó el satélite y produjo una nube de plasma cargado.

Cuando la basura espacial cobra vida

El caso del Relay 2 pone de manifiesto un fenómeno poco estudiado: cómo los satélites inactivos pueden generar señales inesperadas décadas después de su "muerte". Los satélites, particularmente los más antiguos como el Relay 2, pueden acumular cargas por interacciones con el plasma espacial.

Esta acumulación puede provocar descargas electrostáticas cuando las cargas se liberan entre superficies conductoras. Los satélites modernos incorporan materiales y diseños que limitan esta acumulación, pero el Relay 2 fue construido en una época donde estas protecciones no eran prioritarias.

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A diferencia de incidentes previos vinculados a actividad residual de baterías, los investigadores australianos creen que la señal del Relay-2 fue provocada probablemente por una carga electrostática súbita o el impacto de un pequeño meteoroide.

El descubrimiento plantea interrogantes sobre miles de objetos espaciales inactivos que orbitan la Tierra. Si las señales como la registrada en junio pueden repetirse en otros satélites zombie, la astronomía de radio podría enfrentar una nueva categoría de interferencias que complique la búsqueda de fenómenos cósmicos genuinos.

El hallazgo también subraya la importancia de catalogar correctamente las señales espaciales. Esta ráfaga de radio rápida detectada el año pasado fue rastreada hasta una fuente profundamente inusual, recordando que no todos los misterios del universo provienen de galaxias lejanas.

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