Con el stock de crudo reduciéndose a gran velocidad y la capacidad ociosa erosionándose semana tras semana, el mercado del petróleo vive los días de calma que anteceden al huracán. El estrés se está acumulando sigilosamente desde hace varios meses y solo será aliviado por un shock que impactará en las principales economías del mundo. La alternativa es una fuerte aceleración de la producción.
El alivio más probable del estrés provendrá de una desaceleración de los principales consumidores de petróleo (EE.UU., Europa y Asia) como resultado de una recesión. El crecimiento económico ya se está desacelerando en Estados Unidos y dando los primeros indicios en Europa y China bajo el impacto de
- la mayor inflación,
- el aumento de las tasas de interés y
- los controles por coronavirus.
A diferencia de las desaceleraciones cíclicas anteriores, es probable que esta vez los bancos centrales continúen endureciendo las condiciones financieras a medida que la actividad de la economía declina para eliminar la inflación.
La alternativa es una fuerte aceleración de la producción, lo que significaría más producción de los miembros de la OPEP, EE.UU., otros productores no pertenecientes a la OPEP o de Venezuela, Irán y Rusia (países actualmente bajo sanción).
- Los miembros de la OPEP ya están produciendo a plena capacidad, con la excepción de Arabia Saudita y Emiratos Árabes. La capacidad excedentaria disponible de estos dos países no es mucho más que 1 millón de bbl/d.
- EE.UU. está aumentando las tasas de perforación, lo que producirá una mayor producción en los próximos meses, una vez que los pozos hayan sido perforados, fracturados y conectados a los sistemas de tuberías. Sin embargo, se verá limitado por la decisión de las principales empresas productoras de repartir dividendos a los accionistas. (Una promesa a cumplir por todo lo que los accionistas respaldaron durante la expansión del fracking). Lo que limitará el crecimiento.
- Se espera que los productores no pertenecientes a la OPEP como, por ejemplo, Brasil, Canadá y China aumenten la producción en menos de 1 millón bbl/d tanto en 2022 como en 2023.
- Otra fuente de aumento de la producción resultaría de aliviar las sanciones actuales a Venezuela, Irán y Rusia, que podrían agregar varios millones de barriles diarios al mercado.
La visión del mercado
El precio spot del Brent y el spread están enviando señales contrastantes sobre la escasez de los suministros, lo que implica que el mercado está acumulando volatilidad. Los precios de los futuros son altos, pero no extremadamente altos ajustados por inflación.
La implicación es que el mercado está falto de petróleo, pero el déficit (aún) no es crítico y se espera que se resuelva con relativa facilidad mediante un aumento en la producción, una reducción en el consumo o ambas.
De todos modos, el spread de 6M del crudo categoría Brent, generalmente visto como una señal más clara sobre el equilibrio entre producción, consumo, stocks y capacidad ociosa, cotiza cerca de niveles récord.
El spread del Brent señala que el mercado está
- extraordinariamente ajustado,
- con una escasez que se vuelve crítica y
- difícil de aliviar sin un aumento masivo de la producción y/o una caída del consumo impulsada por una recesión.
Los spreads están señalando una escasez extrema de crudo, a pesar de que la Reserva Estratégica de Petróleo de los Estados Unidos descargará 1 millón bbl/d hasta fines de octubre.
Los spreads indican que se espera que el equilibrio entre la producción y el consumo sea mucho más ajustado que en 2007-2008 o 2012-2014, la última vez que los precios reales del petróleo fueron altos.
La contradicción entre los precios spot y los spreads debe resolverse, lo que probablemente inducirá una volatilidad significativa.
O bien los precios spot deben subir para alinearse con la rigidez implícita de los spreads, o bien los spreads deben suavizarse para que coincidan con el equilibrio implícito en los precios al contado.
El límite de precios propuesto para las exportaciones de petróleo de Rusia está diseñado para reducirle los ingresos sin reducir el suministro de petróleo, aumentar los precios, aumentar la necesidad de una recesión o relajar las sanciones contra Irán o Venezuela.
En el pasado, las estrictas sanciones lideradas por Estados Unidos contra Irán contribuyeron al período de precios reales muy altos entre 2012 y 2014. Las sanciones elevan los precios de la energía para los consumidores a menos que haya suministros alternativos disponibles para compensar el déficit.
En el mercado actual, hay una capacidad excedentaria muy limitada, a menos que una desaceleración en la economía mundial y el consumo de petróleo cree algo de margen.
En conclusión, los principales responsables en torno al petróleo deberán decidirse entre:
- menores sanciones contra Rusia, Venezuela e Irán;
- un crecimiento más rápido de la producción de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes;
- apostar a un crecimiento poco probable de EE.UU.; o
- resignarse a una recesión más profunda.
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