La sequía que el campo argentino viene enfrentando hace varios periodos se comenzará a traducir, en este 2023, en fuertes pérdidas de cosecha estival. Ese escenario, naturalmente, complica las aspiraciones económicas de todos en un país donde la actividad agropecuaria es el motor fundamental en medio de una crisis sin precedentes.
En ese contexto, las probabilidades de pérdidas grandes son muchas, y los productores advierten que la situación no viene bien. Desde Rosario, uno de los centros del campo argentino, se emitió una alerta fuerte que prevé pérdidas de hasta un 50% de la cosecha en caso de que el nivel de agua no repunte este verano.
“La campaña fina se perdió y la cosecha gruesa, de soja y maíz, está muy comprometida”, aseguró Soledad Aramendi, presidenta de la Sociedad Rural de Rosario a Cadena 3. La dirigente destacó que, incluso, están en peligro los costos de los productores por lo que se espera que el ingreso de dólares sea sensiblemente inferior a otros periodos.
“Lo que se sembró en los primeros meses está perdido y lo que se está salvando es muy poco Hay crecidas muy desparejas y si no se llega a sembrar o se compromete por la carencia de lluvia, podríamos perder el 50% de la cosecha”, dijo dejando claro que el verano consumido hasta aquí no fue para nada productivo. En zonas como Rosario y Córdoba las lluvias repuntaron recién en los últimos días del 2022, con acumulaciones muy bajas de precipitaciones.
“La ganadería en estos tiempos también tiene una caída, porque no hay pasto, el pasto natural no se ha desarrollado y el alimento es carísimo. Eso también a largo plazo, es calamitoso”, explicó Aramendi. Además, reclamó al Estado nacional la falta de hidrovías y acueductos que podrían solucionar las épocas de sequía.
Al respecto, el Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba aseguró que allí se habrían perdido 900 millones de dólares correspondientes a la cosecha fina. Esto fue empujado por una pérdida de un 35% de la superficie sembrada.
Así las cosas, la sequía que golpea al campo y en especial a la soja y el maíz podrían complicar los ingresos de divisas previstos para el año entrante. Claro, eso dependerá de la suerte climatológica que prosiga en la campaña, que anuncia pocas lluvias al menos hasta julio del 2023, cuando la tendencia cambie hacia “El Niño”, marcando un periodo de mayor humedad.
Más contenidos en Urgente24
Joseph Tsai, el anfitrión de Kylian Mbappé y Achraf Hakimi