Argentina enfrenta, hace décadas, un importante deterioro en su capacidad de defensa y equipamiento de sus Fuerzas Armadas. La erosión que esa parte del Estado ha sufrido es multifactorial, con especial ahínco en la decisión política nacional e internacional del desarme, y la crisis económica empujando al abismo a cualquier intención de recuperación.
DEFENSA
Tironeo: Argentina congela aviones de combate (stand by)
En Argentina, la compra de una nueva flota de aviones de combate está trabada por una discusión interna. Qué pasa con las ofertas.
Sin embargo, en los últimos meses el Gobierno nacional activó intenciones para dotar a las Fuerzas Armadas de una capacidad mínima de disuasión. Si bien no existen amenazas externas latentes, si las hay a nivel interno como el narcotráfico, la pesca ilegal y otras actividades que atentan contra la soberanía nacional.
En ese orden, uno de los puntos a reforzar para el Ministerio de Defensa es la defensa del aire. Con una Fuerza Aérea nutrida de recursos humanos de gran capacidad pero con pocas herramientas, la respuesta aérea de Argentina es casi nula ante cualquier actividad hostil.
Por ello, el Gobierno nacional dispuso la búsqueda y compra de un nuevo sistema de armas multirol supersónico que pueda proponer una oposición mínima necesaria para controlar el espacio aéreo de Argentina. Una tarea nada fácil teniendo en cuenta la falta de recursos económicos en la actualidad.
Tras varios meses de trabajo, el ministro de Defensa, Jorge Taiana, alcanzó al Gobierno nacional tres propuestas que cumplirían con las demandas de la Fuerza Aérea. Una de China con el JF-17, otra de Estados Unidos con sus famosos F-16 y una tercera de India con el novato HAL Tejas.
Las tres opciones, en cada caso, presentaron aspectos positivos y negativos, aunque todas cumplen con las exigencias técnicas de la FAA. Sin embargo, ninguna opción terminó de convencer, aún, a todos los funcionarios necesarios para llevar adelante el negocio que prevé la compra de al menos 15 aviones.
Según pudo averiguar Urgente24, esa falta de convencimiento no nació de problemas presentados por los prototipos ofrecidos en sí, sino en los distintos criterios que chocan entre el Ministerio de Defensa y el de Economía, las dos carteras directamente involucradas en el rearme de la Fuerza Aérea.
Para Defensa, dirigida por Taiana, las opciones presentadas por India y China resultarían las más viables por cuestiones doctrinarias. Al principio de la búsqueda, la fluida relación con los chinos habría puesto en la cima de la consideración del ministro a los JF-17.
Eso, sumado a la insistencia del embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, dejó muy cerca a los aviones chinos en el inicio del proyecto. Sin embargo, el avance de los JF-17 se frenó por la opinión contraria del Ministerio de Economía.
Desde la cartera económica advirtieron a Defensa que no resulta un momento prudente para hacer negocios con tintes políticos. Y mucho menos con tintes que puedan molestar a Estados Unidos.
Al respecto, en las últimas semanas, comandos de defensa de Estados Unidos expresaron su preocupación por la actividad china en Argentina. Para el país norteamericano, la compra argentina de aviones chinos implicaría una seria manifestación política que podría acarrear consecuencias en materia económica.
Con el ministro Sergio Massa pujando con el FMI, lo último que querría Argentina es sumar otro nivel de tensión. Y así se lo hicieron saber a Jorge Taiana.
La alternativa directa a los aviones chinos surgió meses después, con la oferta de India. El nuevo HAL Tejas calzaba perfecto a nivel político ya que no implicaba inclinaciones hacía ningún bloque.
De hecho, la oferta india atrajo tanto a los funcionarios argentinos, que el propio Jorge Taiana inició una misión hacia el sur de Asia. Sin embargo, el largo viaje a ese país lejano fue infructuoso, ya que el ministro se volvió con las manos vacías.
La falta de avances sobre el avión indio no se originó en una cuestión política. El HAL Tejas, a diferencia de las otras dos ofertas, sería una auténtica apuesta de Argentina sobre un prototipo que sirve solo de manera interna a India y no a otras fuerzas del mundo.
Por otra parte, el país asiático fabrica sus aviones con una gran cantidad de componentes británicos. Y eso hace inviable la compra para Argentina ya que Gran Bretaña sostiene un bloqueo al rearme nacional desde 1983, lo que complica los negocios de armamento con componentes británicos.
Para India, desarrollar reemplazos para las piezas correspondientes llevaría años de homologación. Y vender piezas británicas a Argentina implicaría sanciones económicas del Imperio del que supo ser parte.
La pausa momentánea de las negociaciones con India y China llevaron, necesariamente, a la atención de la oferta de Estados Unidos. Para Argentina, el país norteamericano tendría preparados varios F-16 que supieron servir a las fuerzas de Dinamarca hasta hace pocos meses.
El modelo, introducido en 1979 al mundo, es uno de los más confiables y cuentan con una actualización moderna de aviónica que superaría las capacidades del HAL Tejas y los JF-17. De hecho, integrantes de la Fuerza Aérea lo consideran, técnicamente, superior al resto de las posibilidades incluso con armamento (misiles) incluido dentro del acuerdo.
Así mismo, Estados Unidos estaría dispuesto a llevar a cabo el negocio a pesar de las sanciones que pudieran caer de Gran Bretaña, ya que el F-16 ofrecido también (pero en menor medida) tiene componentes de ese origen. No obstante, esto último no supondría una ventaja más que al momento del negocio, ya que a la hora de pensar en repuestos el bloqueo podría dejar en tierra a los F-16, al igual que sucedió con los Súper Étendard franceses que trajo Mauricio Macri.
A pesar de ser el modelo preferido por la Fuerza Aérea y por las relaciones del Ministerio de Economía, a los F-16 se le opondría la corriente política del Ministerio de Defensa. Y así, tanto el avión chino como el estadounidense estarían bloqueados por las diferencias de criterio.
Todo eso derivaría en una demora importante en la definición. Posiblemente, las negociaciones internas y externas (con los otros países) podrían retomarse en las semanas posteriores a las PASO.
Con la fecha límite fijada por Defensa en septiembre, el Gobierno nacional debería decidir a la brevedad cuál es el nuevo sistema de armas aéreas para el país. En caso de no lograr destrabar la encrucijada, posiblemente el proyecto pase a manos del Gobierno siguiente, que podría cambiar de signo político.
Por el momento, y ante las consultas de la prensa, la respuesta oficial es que las ofertas están en estudio.
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