CÓRDOBA. Martín Llaryora sigue viento en popa en su misión de sumar radicales al peronismo cordobés de cara al 2023. Con la intendente de Estación Juárez Celman, Myiran Prunotto, como bandera de esa movida, el candidato e intendente de Córdoba quiere aumentar el grosor de las filas para que la sumatoria no sea solo leída como una táctica electoral, sino también como una manifestación de pluralidad inédita en el PJ cordobés.
ARRASTRE
Martín Llaryora avanza sobre radicales (JxC enloquece)
Martín Llaryora sigue adelante con su plan electoral de sumar radicales al espacio que lo tiene como candidato. Alta tensión en JxC.
En ese orden, Llaryora aseguró que la sumatoria es libre, y que también habrá libertad de acción por fuera del contexto provincial. Eso le abre las puertas a dirigentes radicales que quieran seguir en el proyecto de JxC a nivel nacional.
Precisamente, Martín Llaryora busca darle su propia impronta a un eventual gobierno suyo, con la base administrativa histórica del schiarettismo, pero con nuevas características. Una “continuidad con cambio”, según le indicaron consultores al dirigente.
Para ello, no solo deberá quedarse en la sumatoria de nombres. Consciente de ello, el peronista avanza en sumar más radicales pensando en un organigrama de gobierno con legisladores y funcionarios del partido centenario entre las filas.
Con sucesivas reuniones encabezadas junto a Prunotto, Llaryora ya mantuvo contacto con numerosos intendentes radicales. Aprovechando el descontento interno, el intendente cordobés quiere ofrecer certeza a esos dirigentes.
Eso, naturalmente, generó convulsiones en Juntos por el Cambio y el radicalismo. En una maniobra tardía, la cúpula radical intentó aislar a la mujer de Juntos por el Cambio y quedó en evidencia el enojo por la “deserción” al proyecto provincial que hoy pone a Luis Juez o a Rodrigo De Loredo a la cabeza.
Justamente, esa última incertidumbre es la que empujó a varios dirigentes a considerar el apoyo al proyecto provincial a pesar de ser opositores. Mucho más a los intendentes que dependen directamente de las partidas provinciales.
Con la proliferación inminente de dirigentes cambiando de bando, al radicalismo se le volverá difícil “cortar tantas cabezas”. Sobre todo cuando se encuentre con figuras de mucho recorrido en la oposición.
Para Juntos por el Cambio eso constituye una mala noticia ya que, en Córdoba, el radicalismo es la fuente principal de votos opositores al Gobierno provincial. Algo a lo que Martín Llaryora apunta a menguar la potencia.
Así las cosas, la campaña está en marcha en Córdoba. Desconociendo las fechas electorales con precisión (solo las sabe el oficialismo), la oposición se encuentra en un delicado momento de tensión que puede terminar por desgranar un grueso importante en la provincia.
Sin todo el poder opositor unido, será muy difícil que Juntos por el Cambio le pueda discutir una elección al oficialismo que ya lleva 23 años en el poder.
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